jueves, 17 de diciembre de 2015

VIDA LITERARIA

La pasión de la vida literaria, la aventura
del mundo de la creación, la satisfacción
y el bienestar que regala esta realidad, este
fenómeno universal de todos los tiempos.
Sí, pero es muy duro y sacrificado escribir,
a veces se convierte en una lucha desesperada,
un duelo psicológico entre la vida corriente
y la vida literaria; la entrega hacia este oficio,
querer producir, desear obtener acierto
en todo lo que escribes, lograr al final que todo
este mundo te otorgue recompensas, ese reconocimiento
en el que se valore tu trabajo,
de que se acuerden de lo que envías,
esa infinita dicha de que triunfes
en lo que de verdad es el alma de tu vida.
Vida literaria, vida difícil cuando eres novel,
cuando todo lo creado con ilusión,
con esfuerzo, con entrega y disciplina no obtiene
el reconocimiento que deseas y tu obra
permanece en silencio, en ese anonimato
y olvido que no conduce a ninguna parte,
y que deja tu trabajo rechazado en el cajón
de la oscuridad inquietante. Duelo, repulsa
hacia las injusticias literarias, hacia esa mafia
de los certámenes que no valoran
ni hacen apenas caso a las ilusiones
enviadas. Vida literaria, vida desesperante
mientras no llega lo que más se desea.
Pero esta vida se sigue sintiendo intensamente
aun cuando no te han dejado ser escritor,
se lucha contra el silencio no dejando de insistir.
¿Si la vida continúa aun cuando no se te escucha,
cuál podrá ser el ritmo literario una vez
que el fervor y la alegría del éxito
rodee de bienestar y felicidad ese camino
que al fin has encontrado?
Al final merece la pena escribir,
porque es una fuente de plenitud vital
la que se crea en tu ser, sientes
la dicha de realizarte,
de obtener satisfacción con tus resultados,
de que haces lo que te gusta, que consigues
lo que te propones día a día
y ves la luz de tus creaciones.
Sientes el relax y el orgullo de que has nacido
con este impulso intelectual que pocos
realizan en este mundo porque
la vida literaria es privilegio
de una muy restringida minoría.
Y cuando llega ese encuentro
con tu voz impresa, con tu obra
publicada, con el reconocimiento que siempre
has deseado, entonces comprendes mejor
lo hermosa que es la vida literaria,
la inmensa atracción y regocijo, la pasión
que inunda tus entrañas, la infinita
consecución de la gloria
que tanto soñabas y anhelabas.

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