domingo, 13 de diciembre de 2015

MEMORIA DE NUESTRA VIDA 4

Sí, reventó la tragedia en mi vida y a pesar de la angustia que sufría cuando estaba tan lejos de ti, (cuando me había separado de la salud y el bienestar de nuestra ciudad) yo no dejaba de acordarme de tu persona que estaba constantemente presente en mi mente. Yo, enfermo, seguía recordándote, tú seguías siendo la musa de mis sentimientos y le hablaba a todo el personal de ti. Yo necesitaba desahogar el deseo fervoroso de tu amor comentando con los demás lo que tú significabas en mi vida. Sí, yo te seguía queriendo, yo sentía la ilusión de tu amor para cuando volviese a nuestra ciudad, yo deseaba acabar con la pesadilla de ese sanatorio donde tanto padecí. Sí, yo soñaba volver a la hermosa ciudad que nos vio nacer y en la que ansiaba realizar una nueva vida. Yo sentía optimismo y esperanza de que en el futuro podría culminar con tu verdad amorosa. Todo esto sucedía después de transcurrir cuatro años desde que te conocí y no llegar a culminar lo que siempre quise. Sí, mujer, a pesar de mi oscura situación, te recordaba y te soñaba, te quería y necesitaba verte adorando mi vida en la ciudad a la que tanto ansiaba volver y recuperarme; disfrutar de una nueva etapa después de la atormentada realidad en la que me encontraba en un lugar que no era el mío. Yo te seguía escribiendo poemas, me inspiraba de tu vida, de tu ser, de tu amorosa verdad que no dejaba de estar presente en mí. Llegó el momento en el que yo me fui recuperando, volví a Sevilla y después de pasar una semana aquí, ingresé de nuevo en el lugar maldito que no quería. Después de pasar otro periodo de tiempo allí, me dieron el alta y volví definitivamente a nuestra ciudad, a verte otra vez por las calles y a no tener ilusión por saludarte, porque no deseaba seguir insistiéndote por ese amor que tú no querías; no quería sentir más tu rechazo y aunque palpitara un deseo ferviente por tu belleza, yo no quise proseguir con un intento que sabía sobradamente que sería inútil. Yo decidí no saludarte nunca más y esta situación se prolongaría hasta la realidad presente, en la que te olvido y rechazo todo lo que sea tu persona. El desengaño se impone y yo ya no te quiero, no deseo que sigas siendo una carga dolorosa y triste para mi vida.

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