miércoles, 21 de abril de 2021

LOS INÉDITOS (3)

De los análisis sobre el mundo de los inéditos de Julián Marías, yo, a mi modesto criterio, discrepo en algún que otro punto. Estoy de acuerdo con estas reflexiones, pero quisiera matizar algunas diferencias sobre la aparición de los inéditos. Resulta que se descubren obras inéditas que a sus autores --como se ha comentado-- no les parecieron aceptables y no desearon que se publicaran, no prestaron en su vida interés por su porvenir. Y, sin embargo, gustan y atraen a un sector del público lector  --ya dice el refrán que sobre gustos no hay nada escrito-- quien sí se siente identificado con ellas y no las lee solo por el hecho de tratarse de inéditos aparecidos del célebre autor. Yo expongo mi caso personal, con ejemplos, para aclarar esta cuestión tan proclive a debates y opiniones diversas. Hace unos años apareció la poesía inédita de juventud de Federico García Lorca. Yo había leído bastante la obra lírica del autor granadino y en algunos casos me había gustado y en otros no, como es normal en todo escritor, porque en la literatura no siempre se acierta. Pues sucedió que al leer estos inéditos --olvidados durante setenta y tantos años-- descubrí una poesía lorquiana que me gustó y me causó más atracción en muchos poemas que los de la mayor parte de su producción posterior editada y sobradamente conocida. En otro caso, la aparición de algunos inéditos de Luis Cernuda no me decepcionó en absoluto. Ni los de Antonio y Manuel Machado. Todo es según el criterio o el gusto de cada cual. Hay diferentes valoraciones para todo. Por ello considero que se le debe dar también valor a los inéditos, aunque, eso sí, sin olvidar por este motivo la obra que los autores respectivos destinaron para su publicación. Un caso reciente que ha sido un gran acontecimiento cultural, es la aparición de los inéditos de adolescencia de Pablo Neruda, los ya célebres y sorprendentes "Cuadernos de Temuco", perdidos durante tantos años y que su autor no quiso publicar en vida y se desentendió de ellos. Pues tras mi lectura total de estos poemas de adolescencia del genial vate chileno, he descubierto bastantes composiciones de gran belleza, de gran aprecio y valor literario por mi parte. Me han gustado y he sentido gran gozo tras su esperada aparición y voy a poner como única objeción a lo expuesto, que la mayoría de estos poemas no fueron revisados por su autor, no fueron depurados y pecan en su construcción y expresiones de falta de maduración. Pero en ellos se observa el talento artístico de un gran poeta y se contempla una voz de gran altura y valía, como luego Pablo Neruda corroboraría en tantos y tantos textos geniales a lo largo de su dilatada y ambiciosa obra. Es por ello por lo que he deseado poner estos ejemplos sobre el mundo de los inéditos que yo particularmente he observado. Y como reflexión final quiero decir que los inéditos sí deben ser publicados, pero siempre deben tenerse en cuenta las otras obras de sus autores ya editadas y valorar ambas según el gusto literario que deparen sus contenidos a los lectores.

LA GRACIA Y EL HUMORISMO EN ANDALUCÍA

En Andalucía se vive y se siente y se goza de la alegría y de las ganas de divertimento y de cachondeo yo creo que como en ningún otro lugar de España. Los andaluces, que bien cierto es que tenemos fama de graciosos, en realidad es que lo somos y no nos viene esa fama equivocadamente. En el día a día, en el transcurrir de la cotidianidad, en la rutina del trabajo, en la calle, en las reuniones de amigos o en las fiestas, etc. Cualquier situación o circunstancia es suficiente para que estallen de buenas a primeras las ocurrencias y las anécdotas simpáticas y divertidas en los andaluces. La vida en esta región del sur de España yo pienso que muchas veces es más atrayente y más placentera que en otros lugares, por el arte de la gente de aquí para ponerle chispa y sentido del humor a la realidad de la vida. Los andaluces vivimos la alegría como lema de nuestra idiosincrasia, nos gusta el divertimento y la gracia y es una realidad que está a la orden del día. El cachondeíto nos va tela marinera y es como nuestra razón de ser. Un servidor, que es natural de aquí, en concreto de Sevilla (y yo creo que es la ciudad donde más arte tenemos para el gracejo, dentro de que en toda Andalucía esto es una actitud muy frecuente y característica) podría contar centenares de situaciones divertidas a lo largo de mi vida y yo creo que no acabaría nunca y de esto que estoy diciendo no exagero nada. Pero como no se puede contar tantísimo en un ensayo, me viene a la memoria relatar algo, como lo que me sucedió durante un viaje en autobús que mi madre y yo hicimos desde Sevilla con destino a Jaén. Pues bien, en pleno trayecto por tierras de Andalucía, ocurrió que un viejete se vio fastidiado a la hora de encontrar su asiento en el autocar y no recuerdo exactamente qué rollo pasó que el hombre se encontró mosqueado de la situación. Entonces un típico gachó que tenía todo el arte del humor en las entrañas, como buen andaluz de pura cepa que era, comenzó a montar un espectáculo de pitorreo y de ocurrencias de todo tipo a raíz del disgusto del abuelete y lo hizo con tal talentazo, que vaya sesión de risas y cachondeíto del más bueno y genuino que casi todos los presentes en el autobús nos pegamos. Yo creo sinceramente que colegas como este simpático paisano andaluz es difícil que los encuentres en otros lugares de España, ¡o del mundo, quién sabe! Y que viajando tranquilamente te hagan disfrutar de una sesión tan espectacular como la que nos regaló este buen hombre en aquel ya memorable día de viaje.




martes, 20 de abril de 2021

LAS VIDAS EJEMPLARES DE LOS SANTOS

Los Santos fueron personas excepcionales, de las que han existido muy pocas a largo de la historia y que destacaron en múltiples y variadas facetas, dejando unos legados admirables a todos los seres humanos. En efecto, dieron un impresionante ejemplo de bondad y generosidad, de cariño, caridad y solidaridad, de hacer todo lo positivo que pudieron durante toda su vida por los demás, por favorecer al prójimo, por agradar y hacer feliz y transmitir dicha, gozo y alegría de vivir a todo el que estuviera a su alrededor. Eso por un lado, pero por otro fueron personas que destacaron por su inteligencia y creatividad, dotadas de ingenio y sabiduría, estudiosos y amantes de todo lo que fuera arte y cultura. De todos es sabido que muchos, además de teólogos y filósofos, fueron poetas y literatos, historiadores, biógrafos y científicos (San Lucas era médico), etc. Tanto destacaron en todo, dieron tan grandiosos ejemplos a la sociedad de su tiempo y a las del futuro ya para siempre, que lo mismo que durante toda su vida hicieron el bien y dejaron una huella genial a los que tuvieron la fortuna de conocerlos, después de muertos Dios les otorga la facultad para seguir haciéndolo desde la gloria del cielo a todos los fieles que acuden a ellos en busca de su bendición. Los Santos nos ayudan a vivir mucho mejor. A través de su intercesión, Dios nos libra del dolor en  infinidad de casos que se presentan a las personas. Son muchísimos los creyentes que han visto favorecidas y salvadas sus vidas gracias a los milagros de los Santos, que han estado, están y estarán siempre presentes en el mundo para aliviarnos y hacernos la existencia mucho mejor.

lunes, 19 de abril de 2021

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (1)

Es evidente que la actividad literaria a la que todo escritor se enfrenta es compleja, dura, sacrificada. Es una realidad que el trabajo literario requiere sumo esfuerzo, una desagradable tensión, una gran inquietud y concentración de la mente, el cerebro realiza una intensa tarea, una descarga de pensamiento enorme a la hora de desarrollar la labor creativa. En el arduo trabajo literario son muchos los rodeos que el escritor tiene que dar: qué quito aquí, qué pongo allá que coordine con lo expresado anteriormente, qué palabra sinónima es la más adecuada a la que suena algo coloquial o superficial para que la frase o párrafo resulte mejor, cómo evitar o suprimir las reiteraciones, el problema de las comas o estructuración de las frases o cómo conseguir una sintaxis lo más adecuada posible. Pero ahí no queda la cosa: en la sacrificada tarea literaria --y me estoy refiriendo a la narrativa-- hay que darle vida a unos personajes, reflejar su mundo con verosimilitud novelística, describir acertadamente sus acciones, sus pasiones, sus fortunas, sus desgracias, etc., reflejar, en definitiva, todo lo que es el universo de la vida --que es de donde emana la auténtica y mejor literatura--. Pero no solo los personajes protagonistas de la narración: surgen otros problemas para el escritor, como el ambiente en el que se desarrolla la historia, sus descripciones, sus observaciones, la trama argumental, etc. El autor, por otra parte, tiene que descubrir cuál es el tipo de novela para la que se encuentra más capacitado o cuál le gusta más, tiene que experimentar dónde puede tener mayor éxito en su trabajo, por qué camino puede dar su talento creador sus mejores frutos. Y en cuanto a la poesía, aunque para muchos sea más cómoda y relajante de escribir, presenta también innumerables problemas para sus autores. Y me voy a referir más especialmente a la escrita con métrica porque existen esquemas métricos o poemas estróficos muy difíciles y duros de escribir y se dan muchos casos de poetas que desisten de la métrica por el abarrotamiento o corrosión mental a la que les someten estas reglas que no consiguen dominar. No pueden, por lo tanto, experimentar con éxito estos objetivos de crear poemas al estilo clásico o tradicional (lo que no quiere decir que muchos no logren hermosos poemas utilizando la vía de escritura del verso libre). Lo mismo sucede con los demás géneros literarios: es una labor muy compleja para la que hay que nacer, formarse y desarrollarla con grandes dosis de esfuerzo y entrega, hacia lo que es un todo en el escritor que lo siente y lo realiza y lo vive plenamente. 

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (2)

El escritor prolífico es el que más intensamente siente la vida literaria, el que se vuelca con más esfuerzo y dedicación en la dura y dificultosa actividad literaria. El escritor fecundo vive esto como una obsesión, se siente drogado con su profesión y vive prácticamente nada más que para la literatura. Es todo un mundo al que no deja de darle vueltas en su cabeza, incluso cuando no escribe no deja de pensar en futuros proyectos, o qué arreglar o revisar de lo ya escrito. El escritor disciplinado es el que de verdad siente, disfruta o sufre con la literatura: sus pensamientos suelen girar en la mayoría de los casos en torno a su gigantesca y ambiciosa obra escrita y en lo mucho que quiere escribir en el futuro que le espera porque lo que más siente en su vida es la pasión por la escritura y es el universo literario que desarrolla la mayor de las razones de su existencia, es para lo que ha nacido y lo que más desea hacer. Y al igual que cualquier persona se vuelca con la profesión que ha elegido para ganarse el sustento, el escritor fecundo tiene, o debe tener muy claro, que es el ejercicio literario para lo que más sirve y así lo demuestra escribiendo con todo empeño. El autor que nace con el don de escribir mucho, debe sacarle partido a lo que ha elegido e intentar por todos los medios que su producción literaria crezca a paso agigantado, porque hay que producir a destajo para poder hacer del trabajo literario un medio de vida, ya que un escritor muy prolífico difícilmente puede compaginar esta inagotable y agotadora labor con otras. 

domingo, 18 de abril de 2021

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (3)

En la vida del escritor prolífico debe surgir la mentalización de considerar su tarea literaria para la que portentosamente ha nacido y se forma con constancia y por la que se ha decidido para siempre, como una profesión, como un trabajo que debe realizar mientras viva. Por ello, el escritor que tiene estas cualidades, estas grandes facultades para escribir, debe explotarlas al máximo, le cueste lo que le cueste debe volcarse por sacarle los mayores frutos a su prodigiosa actividad y darlo todo por la literatura. Es lo que denominamos "sentir una gran profesionalidad por este trabajoso y duro medio de vida que ha elegido". El autor que así lo quiere debe disciplinarse y esforzarse con intensidad, aunque es como una droga que le viene y en la que no deja de sentirse inquieto y motivado por poder sumergirse. Y salvo raras excepciones, difícilmente la va a abandonar, porque es la razón fundamental de su paso por el mundo como persona y como escritor. Y es así porque en la mente fértil y potente del escritor prolífico no cesan de venirle ideas, no dejan de surgir en su cerebro inspiraciones sobre posibles obras, y luego, con enorme afán de materializarlas y con la disciplina que le caracteriza, se entrega apasionadamente en el universo de la creación y día a día no para de trabajar, de producir su gran legado para la historia de la literatura. 

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (4)

En el primer apartado de este ensayo he elaborado una reflexión en torno a algunos de los muchos aspectos que demuestran lo difícil que es escribir. Es por ello por lo que quiero hacer desde estas páginas mi especial homenaje a la figura del escritor prolífico, mi elogio a la incansable y constante labor que desarrolla. Es obvio que su producción sea unas veces más aceptable que otras y perdonándole siempre las inevitables caídas que comete, hay que constatar que su inagotable trabajo es digno de toda alabanza, se debe sentir admiración por el escritor que se vuelca de esa forma tan extraordinaria por su actividad creativa... hay que felicitar en todo momento al autor que tiene esa enorme y prodigiosa capacidad mental para desarrollar de esta manera tan asombrosa su carrera literaria. No quiero con esto quitar mérito a los escritores que escriben poco a lo largo de su vida, pues se dan casos de estos en concreto que con una obra muy reducida, consiguen aciertos literarios de gran calidad que trascienden enormemente en el futuro de la literatura. Pero esto no es el asunto que aquí me ocupa, pues mis loas van dirigidas muy particularmente a los escritores disciplinados, a los literatos que se esfuerzan día a día por sacarle partido a la vida creativa que han elegido. 

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (5)

A lo largo de la historia de la literatura se han dado extraordinarios casos de escritores prolíficos que se han dejado la cabeza escribiendo, que no han parado apenas de ejercer con tan increíble y admirable disciplina su carrera literaria. Todo el mundo, toda la sociedad no deja de preguntarse inmensamente asombrada: ¿cómo estos autores pudieron o pueden escribir tanto? ¿cómo su mente pudo o puede aguantar tantas horas de trabajo? ¿cómo pueden compaginar tanto tiempo de actividad creativa con tantos otros problemas y necesidades que surgen en la vida? La verdad es que se dan algunos casos tan insólitos que tal vez ninguna mentalidad humana puede comprender cómo esos escritores nacen tan portentosamente capacitados para lograr estas monstruosidades tan fuera de lo común.

lunes, 5 de abril de 2021

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (6)

El escritor prolífico rinde cuentas regularmente con sus fieles lectores, con sus incondicionales. Y también con los que no lo son, pues ante su insistente aparición en las librerías, en la prensa y en todos los medios de comunicación, raro es quien no lo conoce o no ha leído nada de él. El escritor prolífico está al día, mantiene comunicado y entusiasmado a sus lectores con insistencia, demostrando su gran talento y profesionalidad para el ejercicio de la carrera literaria. El escritor prolífico termina creando adictos maníacos, obsesionados por su ingente obra que les gusta llevarla al día. Y termina creando escuelas literarias, escritores que siguen muy de cerca su producción y a los que les inspira su forma de escribir y acaban contagiados por su estilo. Al escritor prolífico nunca se le acaban las ideas, a cada momento, día tras día tiene cosas que contar, su mundo es rico, variado y aunque cae muchas veces en las reiteraciones --cosa inevitable para el que escribe tanto-- siempre tiene una abundante imaginación y siempre va progresando y escribiendo cosas nuevas. Y esta es la realidad por la que su actividad está al día de todos, e incluso sus más feroces y envidiosos detractores lo leen y lo siguen en su amplia, poderosa e imparable trayectoria de genialidad. 

TRASCENDENCIA E INTRASCENDENCIA EN LITERATURA (1)

Hay mucho que analizar sobre el tema de la intrascendencia y la intrascendencia de las obras literarias y de sus autores. Lo fundamental en toda obra literaria es la calidad de dicha obra. En este mundo literario actual en el que tanta porquería se escribe y se premia y se edita, cuando aparece algo que de verdad impacta a la crítica y a los lectores  --son estos últimos quienes mandan, los que tienen la auténtica y decisiva palabra-- es lo que realmente va a trascender en la historia de la literatura, y esa obra fundamental y rotundamente aplaudida por toda la sociedad va a inmortalizar a su afortunado autor y le va a dar relevancia para siempre. En este ambiente literario tan corrupto hacen falta obras literarias de verdad, obras que enganchen y entusiasmen a los ávidos lectores tan necesitados de sorpresas, de nuevos mitos literarios que sustituyan a los ya tan acostumbrados a ver, a los mismos de siempre que ya todo lo que tenían que decir lo han dicho y que es muy poco o nulo lo novedoso que les queda por transmitir a los lectores. En efecto, hacen falta nuevos valores --uno ya se harta de ir a las librerías y ver siempre a los mismos-- pero escritores jóvenes de calidad, porque la mayoría de lo que aparece es tan pésimo que pasa desapercibido y nadie le hace ni caso. Con apariciones como las que se están viendo, con libros tan malos --sean del género que sean pues la mala literatura está presente en todos los apartados-- el futuro de la literatura está en peligro. Muy de vez en cuando asoma una nueva obra de notoriedad indiscutible y el autor que lo consigue se lo lleva todo, se vuelca todo el mundo con él, ante la escasa aparición de obras de auténtica trascendencia literaria. En cuanto a los géneros literarios, todos necesitan la novedad de obras trascendentes, de obras geniales y de calidad asombrosa. Pero quizá sea la poesía el género que más lo necesita --es el más castigado por las vanguardias especuladoras-- y difícil es que surja un poeta o un grupo poético que logre entusiasmar a los lectores, que logre una mayor trascendencia para la poesía, que transforme el lamentable panorama que ensombrece este mundo. El caso es que todos huyen --incluso los más acérrimos e incondicionales lectores de poesía-- porque se ha llegado a una situación de absurdo por parte de todas las mafias que están metidas en este mundillo que no les pertenece --la prueba está en lo que están haciendo y de cómo tienen la poesía-- que consiguen que no pueda levantar cabeza. La poesía está en una situación de intrascendencia --y de esto tienen la culpa los actuales señores de la poesía, porque buenos vates también los hay y a estos precisamente es a los que más se les están cerrando las puertas-- y los lectores se dedican a leer lo que trascendió en el pasado y sigue trascendiendo, la auténtica poesía célebre de todos los tiempos que siempre se ha leído y se seguirá leyendo. 

domingo, 4 de abril de 2021

TRASCENDENCIA E INTRASCENDENCIA EN LITERATURA (2)

A la hora de hablar de trascendencia e intrascendencia en literatura hay que acogerse al refrán que dice: "más vale poco y bueno que mucho y malo" o a este otro: "lo bueno, si es breve, dos veces bueno". En efecto, lo que más determina en una obra literaria es que sea de calidad suprema, esas genialidades que pocas veces se escriben con tanto acierto y que son la sal y la gloria de la literatura, es la culminación que sueña todo autor escribir y que, desgraciadamente, son obras que muy escasamente surgen del talento artístico de los escritores. Pero con esto --con las obras breves que han trascendido portentosamente a lo largo de la historia-- no quiero quitar el gran mérito que tiene la actividad de los escritores prolíficos, ya que estos, dentro de su vasta producción, suelen tener también obras de gran calidad que trascienden y que aportan su gran grano de arena a la historia de la literatura. También hay que comentar sobre este tema de trascendencia e intrascendencia en literatura que hay autores que han dado sus mejores escritos en su juventud y que otros, por el contrario, las han logrado en su madurez, hasta el punto de que han destruido o se han desentendido de sus obras precoces por considerarlas con falta de interés o calidad y no aptas para que vean la luz de la edición. De aquí surge el problema de los inéditos, tema sobre el que trataré en otro ensayo. 

TRASCENDENCIA E INTRASCENDENCIA EN LITERATURA (3)

Actualmente el género de moda, el género más trascendente es la novela. Aunque se editan muchas novelas de baja calidad o de escaso interés para el público lector, lo cierto es que en este género tan leído se dan auténticos éxitos de ventas en determinadas obras que aparecen, normalmente de escritores consagrados, cuya madurez creativa les lleva a escribir obras geniales que obtienen una rotunda aceptación. Dentro del apartado narrativo, en los últimos años están teniendo un gran éxito los libros de memorias, autobiografías y biografías. Este género, el género memorialístico, ha ocupado un lugar eminente en la lista de los libros más vendidos y ha adquirido una gran oleada de interés por parte del público lector actual. Del ensayo también hay que decir que cada vez se lee más, pero no lo mucho que merece la pena, pues se trata de un género muy atrayente que muchos lectores no han sabido o no saben descubrir. Y, además, existen muchos subgéneros de ensayo, hay sobradamente donde elegir: ensayo literario, filosófico, histórico, científico, etc. Quizás sea la historia, los ensayos de investigación histórica, los que más están cautivando a los lectores actuales y la prueba está en lo bien que se venden, sobre todo los que analizan la historia contemporánea. El periodismo también atraviesa un buen momento pero he observado que hay unos determinados tipos de periodismo como el deportivo y otros que no voy a citar, que se leen más que otros como el literario, al que no se le presta la atención que verdaderamente se merece. Pero los géneros más dejados son la poesía, como dije, que atraviesa una grave crisis, el cuento, un género muy relajante y cultivado pero que no se lee mucho, y el teatro, que atraviesa un difícil momento porque surgen pocos dramaturgos nuevos, es un género que no se cultiva tanto hoy día como los otros citados y según leí hace tiempo en la prensa, el genial y veterano dramaturgo Antonio Buero Vallejo denunciaba el mal momento que atraviesa en la actualidad y consideraba que esto significa un grave perjuicio para la cultura y el arte modernos. 

viernes, 2 de abril de 2021

TRASCENDENCIA E INTRASCENDENCIA EN LITERATURA (4)

Para terminar con esta serie de ensayos sobre la trascendencia o la intrascendencia de las obras literarias (lo que repercute después en la vida de los propios escritores), me quiero referir a los premios literarios en general. Dentro de la amplia oferta que existe de certámenes literarios tengo que decir que son una minoría de escritores los que hacen diana con frecuencia o regularidad en estos premios, son los profesionales de los premios que logran un amplio currículum de galardones, son los escritores que experimentan los premios y que escriben para los premios. Y tengo que comentar sobre esta realidad que la mayoría de estos archipremiados son escritores mediocres que tienen esta suerte para ganar tantos certámenes, que saben hacer estos truquitos y sacarles sus frutos a estas convocatorias, pero cuyas obras, por lo general, son desconocidas por el gran público lector y no adquieren trascendencia. A estos literatos habría que etiquetarles la siguiente frase: "El verdadero éxito del escritor está en que sus libros se vendan y se lean y no en el número de premios que gane". Porque la prueba está que los escritores consagrados, los que de verdad venden libros, no se suelen presentar a estos premios porque no los necesitan. Estos certámenes, estos escrutinios, son los que están sacando a la palestra una gran cantidad de obras malas, de literatura barata, que no suele trascender en la mayoría de los casos. No hay nada más que investigar por parte de los lectores el contenido de los libros premiados --si es que de verdad existen lectores que curioseen todas estas bacaladas que premian los actuales politiqueros de la literatura, que lo están destrozando todo, en especial la poesía--, y deducirán por qué no merece la pena prestar atención a la literatura mala, que ni se vende ni se venderá y que nunca alcanzará la trascendencia y la relevancia de las auténticas obras literarias. 

jueves, 1 de abril de 2021

LOS MANUSCRITOS (1)

La escritura tradicional, la escritura a mano, es, a mi juicio, la forma más cómoda, grata y valiosa de escribir. Los materiales que hacen falta para llevarla a cabo, el papel en blanco y el bolígrafo o lápiz, están al alcance de cualquiera: solo hace falta pensar sobre qué se va a escribir y ponerse a trabajar, a darle vueltas a la cabeza y a ejercer con denuedo y tesón la tarea de escritor. En cualquier parte, a cualquier hora, pero siempre en la circunstancia más apropiada para realizar la difícil actividad de la creación, el escritor se puede poner manos a la obra sin tener que estar dependiendo de un ordenador. En los tiempos actuales se defiende, se aconseja y hasta se pretende imponer como medio imprescindible para escribir la utilización del ordenador. Suele decirse que es más cómodo, más rápido y más eficaz que la escritura tradicional.  Y se trata de recomendar de que es la mejor forma de escribir. Yo pienso que es más hermoso y más auténtico desarrollar la labor de escritor emborronando cuartillas, me resulta inmensamente más relajante, más bienestaroso hacerlo así, que el utilizar la moderna pantalla del ordenador. Por otra parte, en los manuscritos queda reflejado el acto de la creación, el esfuerzo que ha descargado el autor para lograr la obra literaria. Son el testimonio claro y original del trabajo del escritor. Resulta muy curioso observar en los borradores qué parte o qué partes del poema, narración, etc. le ha costado al autor más esfuerzo conseguir. Son el más vivo retrato de la personalidad del escritor. Y digo esto último porque son unas pruebas testimoniales muy curiosas y valiosas para que los grafólogos descubran cómo era la idiosincrasia y la vida de los autores que dejaron estas huellas de sus obras y que son una manera auténtica de conocerlos mejor y profundizar en ellos a través de estos legados, cosa que con los sistemas modernos inventados para llegar a cabo la actividad creativa quedan extinguidos, no existirán por la manía de muchos escritores de escribir directamente en pantalla. 

LOS MANUSCRITOS (2)

Es cierto que algunos escritores rechazan conservar sus manuscritos porque sienten malestar de andar manipulando papeles viejos. Es cierto también que otros lo hacen (suele ser este caso en un principio) porque no les dan importancia y desconocen que estos papeles garabateados e impresentables son documentos que pueden alcanzar valor en el futuro. Aunque, eso sí, hay que aclarar que ese valor es raro o dificilísimo que vaya a materializarse en vida del autor. Los originales no suelen ser tesoros de los que el escritor pueda disfrutar en su vida vendiéndolos, porque para que adquieran valor considerable el autor tiene que haber alcanzado la fama, altos niveles de popularidad, y, además, cuando más le pueden pagar por ellos suele ser cuando el escritor es ya muy mayor, cuando con los achaques de la vejez puede disfrutar muy poco de la vida, no puede, en definitiva, gozar y absorber los encantos de la existencia con ese dinero (se le puede denominar fortuna, porque se han valorado en cifras astronómicas el legado de algunos escritores después de toda una vida de plena e intensa dedicación a la literatura). Pero aunque sean unos documentos cuyo valor no pueda ser aprovechado por los autores con la intensidad que se merecen después de haber trabajado tanto, los manuscritos son unos legados que deben dejar para el futuro, que deben celosamente conservar en sus archivos, para que en la posteridad puedan ser contemplados en los museos, casas--museos, bibliotecas, exposiciones, etc. los curiosos y amantes de la literatura y todo el público en general cuando visiten estos lugares de la cultura. Aunque es cierto que algunos manuscritos dan mucho rechazo a los escritores por lo impresentables y sucios que han quedado, de enmiendas y tachaduras, después del esfuerzo descargado para conseguir la obra literaria y quedar satisfechos, se deben conservar junto a la página en limpio. En cierta ocasión comenté con una persona el asco que me daba que estos papeles estuviesen tan emborronados y feos y me contestó lo que menos me esperaba: "a mí me gusta, me encanta manipular el papel trabajado". Y es curioso porque desde entonces me resulta más relajante y gozoso contemplarlos. Los autógrafos son la memoria de los escritores y todos deberían seguir escribiendo así, no hacerlo directamente en la pantalla del ordenador.