lunes, 5 de abril de 2021

ELOGIO AL ESCRITOR PROLÍFICO (6)

El escritor prolífico rinde cuentas regularmente con sus fieles lectores, con sus incondicionales. Y también con los que no lo son, pues ante su insistente aparición en las librerías, en la prensa y en todos los medios de comunicación, raro es quien no lo conoce o no ha leído nada de él. El escritor prolífico está al día, mantiene comunicado y entusiasmado a sus lectores con insistencia, demostrando su gran talento y profesionalidad para el ejercicio de la carrera literaria. El escritor prolífico termina creando adictos maníacos, obsesionados por su ingente obra que les gusta llevarla al día. Y termina creando escuelas literarias, escritores que siguen muy de cerca su producción y a los que les inspira su forma de escribir y acaban contagiados por su estilo. Al escritor prolífico nunca se le acaban las ideas, a cada momento, día tras día tiene cosas que contar, su mundo es rico, variado y aunque cae muchas veces en las reiteraciones --cosa inevitable para el que escribe tanto-- siempre tiene una abundante imaginación y siempre va progresando y escribiendo cosas nuevas. Y esta es la realidad por la que su actividad está al día de todos, e incluso sus más feroces y envidiosos detractores lo leen y lo siguen en su amplia, poderosa e imparable trayectoria de genialidad. 

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