viernes, 29 de mayo de 2020

SEGUIDILLA GITANA

Vivencias alegres
en aquellos años
tan bellos y felices ochenteros
que me enamoraron.

SEGUIDILLA GITANA

Sueños y deseos
por esas bellezas
de mis felices años juveniles.
Mis musas eternas.

SEGUIDILLA GITANA

Placer y erotismo.
Hedonismo bello
y deseos de atrayentes sensaciones
con morbo al completo.

SEGUIDILLA GITANA

Otoño lluvioso
y con días fríos.
Lejos está el verano y sus encantos.
Placer del estío.

SEGUIDILLA GITANA

Sentimientos puros,
amor desbordante
en esos años jóvenes y alegres.
Sueños adorables.

SEGUIDILLA GITANA

Besos y abrazos
que nunca sentí
de las bellas mujeres de mi vida
que al final perdí.

SEGUIDILLA GITANA

Y que sepáis siempre
que no ha existido
un amor más sublime que el que os tuve.
Y así queda escrito.

SEGUIDILLA GITANA

Mundo de ilusiones
y que nunca falten.
Si la vida carece de los sueños
mejor que se acabe.

SEGUIDILLA GITANA

Ganas de vivir
se deben tener
aunque la soledad esté presente
sin una mujer.

SEGUIDILLA GITANA

Sueños creativos.
Pasión por el arte
literario colmado de belleza
que es tan fascinante.

SEGUIDILLA GITANA

Escribir poesía,
la gran ilusión
que despertó en mi vida atormentada.
Un mundo mejor.

SEGUIDILLA GITANA

Poemas de amor.
Ternura y lirismo.
Y sueños por mis lindas sevillanas
quedaron escritos.

SEGUIDILLA GITANA

Jamás la tristeza.
Si nunca hubo amor
quiero recordar siempre la amistad.
Vuestra linda flor.

domingo, 10 de mayo de 2020

SEGUIDILLA GITANA

Lluvia en el otoño.
Cielos grises. Frío.
Las calles solitarias y muy tristes
y tu amor perdido.

SEGUIDILLA GITANA

Y llegó el verano.
Playas y hedonismo.
Gozo por esta vida y sus placeres.
Un mundo distinto.

SEGUIDILLA GITANA

Cielos tan azules
de la primavera.
Parques llenos de flores y de amantes.
La sangre se altera.

SEGUIDILLA GITANA

Besos y ternura.
Dulce amanecer
junto a tu bello cuerpo acalorado
que me da placer.

SEGUIDILLA GITANA

Quiero recordaros
siempre en positivo
aunque nunca quisisteis relación
y ya nos perdimos.

SEGUIDILLA GITANA

Porque os quiero tanto
siempre lo he escrito
en todos mis poemas con pasión
y con mi cariño.

SEGUIDILLA GITANA

Jardín de tus besos.
Primavera alegre
con tu grato perfume enamorado
tan dulce y ferviente.

sábado, 9 de mayo de 2020

SEGUIDILLA GITANA

Aurora de sueños
sentí en mis entrañas
al ver la pura flor de tu belleza.
Yo me enamoraba.

SEGUIDILLA GITANA

Magia de lecturas
son las poesías.
Yo he redactado siempre infinidad
a las musas mías.

SEGUIDILLA GITANA

Arte literario.
La más pura vida
del amor siempre grande hacia mis musas,
bellezas queridas.

SEGUIDILLA GITANA

Corazón feliz.
Versos muy sentidos
escritos a las musas de mis sueños
y de mis latidos.

SEGUIDILLA GITANA

Ya sueño despierto.
El mundo me alegra.
Ya mi arte literario divulgado
merece la pena.

SEGUIDILLA GITANA

Viajar es hermoso.
Ver otros lugares.
Es inspiración para los artistas
y muchos amantes.

SEGUIDILLA GITANA

Silencio en la alcoba.
Estoy solitario.
Mis recuerdos son tristes pesadillas.
Sin besos ni abrazos.

SEGUIDILLA GITANA

La noche tranquila
en nuestra ciudad.
Mis sueños con las musas me trastornan.
Siento soledad.

SEGUIDILLA GITANA

Ya todo es amor,
sueños y cariño.
Yo con vuestra belleza y sensaciones
por siempre alucino.

SEGUIDILLA GITANA

Musas de mis versos.
Poemas muy sentidos
dedicados con todo el corazón
por su amor querido.

martes, 5 de mayo de 2020

SEGUIDILLA GITANA

Me encanta besarte,
decirte te quiero
y dejarte muy claro para siempre
mis puros anhelos.

SEGUIDILLA GITANA

Los hermosos valles
que tanto me hechizan.
Paraísos que son magia de mis sueños
y me maravillan.

SEGUIDILLA GITANA

Los bosques y lagos.
Ríos y montañas.
Bella naturaleza que me llena
y que me entusiasma.

SEGUIDILLA GITANA

Playas solitarias
que tanto relajan.
Oleaje que me bate todo el cuerpo
en esta mañana.

SEGUIDILLA GITANA

El relax campestre.
La naturaleza
que llena mis entrañas solitarias
y que me embelesa.

SEGUIDILLA GITANA

Un mundo de sueños,
de otras ilusiones,
de tiernos sentimientos al completo.
Nuevas sensaciones.

SEGUIDILLA

Qué lindos son los sueños,
son muy hermosos.
Pero es mejor lo real,
lo delicioso.

SEGUIDILLA

El placer de escribir.
Canto en mis coplas
mis sentires y sueños
y otros aromas.

SEGUIDILLA

Literatura y sueños
en mis poemas.
Amor y afecto grande
a mis bellezas.

SEGUIDILLA

Poemas y lirismo.
Versos sentidos
siempre con mi respeto
y mi cariño.

SEGUIDILLA

Alegres sevillanas,
estas trianeras
que llenaron de sueños
mi adolescencia.

SEGUIDILLA

Inspiración y versos,
mucho lirismo.
Yo soy poeta y es cierto
que soy creativo.

SEGUIDILLA

Es invierno en Sevilla,
hace mucho frío
y yo tan solitario
sin calorcito.

SEGUIDILLA

Las fiestas en Sevilla
en primavera.
Y transcurrieron otro año
sin mis bellezas.

SEGUIDILLA

Mis alegres trianeras,
vuestra simpatía
y otras tantas virtudes
que a mí me hechizan.

SEGUIDILLA

Adorables amores,
mujeres bellas.
Sois las musas ardientes
que más me llenan.

SEGUIDILLA

Tormenta de verano,
me encuentro alegre
de mi numen inmenso
que me enriquece.

SEGUIDILLA

Mundo maravilloso
fue conoceros.
Me inspirásteis ya siempre
copiosos versos.

SEGUIDILLA

Esas verdes praderas
y sus encantos
pero nunca sentí
vuestros abrazos.

SEGUIDILLA

Y qué amor más sublime
el que sentí.
Mis poemas reflejan
ese vivir.

SEGUIDILLA

Este mundo amoroso
de sensación.
Yo me expreso en mis versos
con emoción.

SEGUIDILLA

Anhelos y pasiones,
sueños intensos.
Mis musas ya me inspiran
mis nuevos versos.

SEGUIDILLA

Anochece en Sevilla,
siento recuerdos
de bellezas y encantos
y sentimientos.

SEGUIDILLA

Sol radiante y puro
en el verano.
Y yo en la bella playa
y sin amaros.

SEGUIDILLA

Tardes frías y lluviosas
y yo sin veros.
Yo os perdí para siempre
y me entristezco.

SEGUIDILLA

Cielos claros y limpios
en mi Sevilla.
Y yo sin mis bellezas
y sin delicias.

SEGUIDILLA

Ilusiones inmensas,
cariño intenso.
Mis versos os expresan
lo que yo os quiero.

SEGUIDILLA

Esas flores y aromas
de primavera.
Y yo sin esas musas
y sus bellezas.

SEGUIDILLA

Mis trianeras preciosas,
dulces mujeres.
Guapas y tan sencillas
mi alma ya os quiere.

SEGUIDILLA

La dicha de tu amor
me iluminaba.
Siempre quise mujer
tu flor soñada.

SEGUIDILLA

Sensaciones tan puras
por vuestro amor.
Ese feliz encuentro
que no llegó.

SEGUIDILLA

Olorosas las flores
de este jardín.
Y yo sin vuestro amor
que me perdí.

SEGUIDILLA

Belleza de trianeras
que ya no veo.
Encanto de mujeres
que ya no siento.

SEGUIDILLA

Musas de mis poemas
porque yo os quiero.
En mis versos os dejo
mi amor eterno.

SEGUIDILLA

Mis versos son deciros
que sois preciosas.
Mujeres con encantos
maravillosas.

SEGUIDILLA

Os dedico estas coplas
y es porque os quiero.
Aquí dejo grabado
mi sentimiento.

SEGUIDILLA

Y os he vuelto a cantar
tras muchos años.
Mi homenaje ya os dejo
enamorado.

SEGUIDILLA

Pureza de trianeras
que se me fueron
y que dejaron huella
en muchos versos.

SEGUIDILLA

Para siempre en mi vida
y en mi recuerdo.
Huella que ya quedó
en mis adentros.

SEGUIDILLA

Nunca pude besaros,
nunca os gocé.
Pero siento la flor
de ese querer.

SEGUIDILLA

Esas guapas trianeras
que yo perdí.
Se fueron de mi vida
y lo sentí.

SEGUIDILLA

Y cuánto os soñé siempre
aquellos años.
Cuánto tiempo lejanas
y sin amaros.

SEGUIDILLA

Yo no siento desdichas
en mi presente.
Y que siga la racha
y que haya suerte.

SEGUIDILLA

Vivo todos mis sueños
en mi existir
aunque me sienta solo
yo soy feliz.

SEGUIDILLA

Ya no te veo amada,
no sé tu vida
pero que tengas siempre
mucha alegría.

SEGUIDILLA

Aunque nunca sentí
tu amor dichoso
recuerdo con dulzura
tu mundo hermoso.

SOLEARES 35

Verdades que siempre quise
yo sentir de vuestra vida.
Sueños que fueron felices.


Esas alegres trianeras
amables y talentosas
y con su pura belleza.


Y quedan siempre los versos
y os dejo todo mi amor
mis corazones eternos.

SOLEARES 34

Amanecer de los sueños
que quedaron muy perdidos.
Despertar de sentimientos.


Todo un mundo de ilusiones
sentí por vuestra belleza
que me llenó de emociones.


Luces de amores dichosos.
Brillos por vuestros encantos
y puros sueños hermosos.

SOLEARES 33

La pureza de tu amor,
esa que nunca viví
y me perdí lo mejor.


Lindas musas de mis versos.
En mis poemas os dije
muchísimos sentimientos.


Ya os tengo siempre presentes
otra vez en mi poesía.
Musas que no estáis ausentes.

lunes, 4 de mayo de 2020

SOLEARES 32

Los vientos son muy violentos
y las lluvias torrenciales
y mientras tanto os recuerdo.


Las ilusiones profundas
en mi pasado lejano
se volvieron muy oscuras.


Un sueño impresionante
y mi pasión desbordada
porque siempre quise amarte.

SOLEARES 31

¡Qué belleza de trianeras!
¡Qué guapísimas mujeres!
Mis sevillanas eternas.


Besos que yo nunca os di
y os recuerdo en positivo
aunque al final os perdí.


Ya mis sueños son felices
y no siento resquemores.
Estos mis versos lo dicen.

SOLEARES 30

Las estrellas brillan fuerte
y la Luna también brilla
y yo sin esas mujeres.


La belleza de los astros.
La claridad de las nubes
y mis labios sin besaros.


Verdes y bellas praderas
y yo solo y sin poder
tenerte siempre a mi vera.

SOLEARES 29

Las purezas y alegrías
y belleza de mis musas
y mi corazón que latía.


Palpita mi corazón
por mis musas tan hermosas.
Late con mucha razón.


Los cielos ya me iluminan
en mi vida plenamente
aunque sin las musas mías.

SOLEARES 28

Mis sueños y fantasías.
Mis anhelos y sentires.
Son las musas de mi vida.


Las alegres melodías
de la música ochentera
y sin vuestra compañía.


Qué sensaciones de amor
y qué dulzura de sueños.
Y es que fuisteis lo mejor.

SOLEARES 27

Atardeceres soleados
en la feliz primavera
pero no os tengo a mi lado.


Amanece un día celeste.
Me siento a gusto y feliz
pero las dos tan ausentes.


Sensaciones siempre puras
con mis radiantes anhelos
y sin ninguna amargura.

SOLEARES 26

Y quereros fue locura
y al recordaros yo siento
un poquito de amargura.


Las luces en estas noches
brillan con muy poco encanto.
Ya no os veo como entonces.


Esta magia de soñaros,
recordar vuestra belleza
aunque no pude besaros.

SOLEARES 25

Vuestra belleza total
y esa linda sencillez
y ese encanto tan genial.


El mar está tan sereno
y tú ya no estás conmigo
pero ya siempre te quiero.


Las olas dan en mi cuerpo.
La brisa dulce en la playa
pero no siento tus besos.

SOLEARES 24

Y la Luna ya no brilla
y la noche es siempre oscura
pues no te siento en mi vida.


Esta lluvia cae muy fuerte
en las tardes de Sevilla
y vosotras tan ausentes.


Y el cielo que no es azul
y los días son muy tristes
y es porque ya no estás tú.

SOLEARES 23

Tantos años sin sentiros
y sin veros siempre hermosas,
mujeres de mis sentidos.


Son hermosos estos sueños
al recordar la belleza
de enamorados anhelos.


Y fuisteis mis musas siempre,
las mujeres que más quise
de aquel instituto Bécquer.

SOLEARES 22

Y os quise y os soñé tanto
por lo lindas y sencillas,
por otros muchos encantos.


El recuerdo ha retornado
y os siento por siempre hermosas.
Mis sueños son más cercanos.


Cuando llegue este verano
nos iremos a la playa,
nos daremos buenos baños.

SOLEARES 21

¡Qué belleza de mujeres!
Mis guapísimas trianeras.
Sois mis musas para siempre.


Y os perdí tan tristemente,
hermosura de criaturas.
Ya en mis versos estáis siempre.


¡Qué bello fue conoceros
y veros siempre preciosas!
¡Qué triste fue ya perderos!

SOLEARES 20

Mi corazón os recuerda
sois bellezas de mujeres
y lamento vuestra ausencia.


La dicha de conoceros
transformó siempre mi vida
en la ilusión de quereros.


Para siempre en mi memoria.
Vuestra belleza y encanto
ya pasarán a la historia.

SOLEARES 19

Siempre os tuve mucho aprecio
y una gran admiración.
Y ya para siempre os quiero.


A pesar de tanto tiempo
y las vueltas de la vida
yo os sigo siempre queriendo.


Sois mujeres con talento
por eso os admiro tanto.
Sois las musas de mis versos.

SOLEARES 18

Amanecieron los días
durante ya tantos años
y yo sin tu compañía.


La pasión que yo sentí
en mis años juveniles
fue muy intensa y viril.


Ha pasado mucha vida
y aquello ya se perdió.
Pero quedaron poesías.

SOLEARES 17

Sois las musas siempre lindas
que llenáis de pura luz
mi corazón de poesía.


Ya para siempre os querré
pues sois mis musas eternas.
Con cariño os cantaré.


El Sol se ha oscurecido
y la Luna ya no brilla
porque tú no estás conmigo.

SOLEARES 16

Los cielos ya me iluminan
al volveros a soñar.
¡Qué bella es la fantasía!


Mi corazón solitario
palpita siempre feliz
y ya no padece agravios.


Conocí vuestra belleza
y grabé ya para siempre
un universo de poemas.

SOLEARES 15

Busqué la fruta sabrosa
de vuestro amor tan dichoso
pero no encontré esa gloria.


Cuánto y cuánto yo quería
vuestra verdad tan preciosa
y nunca la gozaría.


Musas con las que soñaba
la fusión maravillosa.
Solo quedó en mis palabras.

SOLEARES 14

Este placer de besarte
es mi mundo primoroso.
La dicha inmensa de amarte.


Ya tu pasión me sonríe
y todo es maravilloso.
Que por siempre me extasíe.


La magia de conoceros
me cambió mucho la vida.
Y ya para siempre os quiero.

SOLEARES 13

Tantos sueños de poeta
que sentí de aquellas musas
de los felices ochenta.


Escribir versos de amor
fue la preciosa terapia
que de mi alma me brotó.


Mis poemas lo cantaron.
En mis versos yo les dije
que las dos me enamoraron.

SOLEARES 12

Los sueños por ti mujer
son un cariño especial
que palpito por tu ser.


Un día azul en el lago
que disfruto con tu amor
al darme contigo un baño.


El cariño verdadero,
ese que se siente siempre
aunque pase mucho tiempo.

SOLEARES 11

Esos sueños juveniles
por la gloria de tu amor
fueron dulces y felices.


Esa flor de tu hermosura
la continúas conservando.
Eres de belleza pura.


Eres bella y linda flor.
Mujer de encantos sublimes.
Te quiero de corazón.


SOLEARES 10

Te recuerdo con dulzura
aunque tú no me quisiste.
Yo te añoro con ternura.


Invierno en nuestra Sevilla.
Rememoro nuestro pasado
de amistad y de alegría.


Me inspiraste con pasión
dulces versos cariñosos.
Lo hice todo por amor.

SOLEARES 9

Yo te quise con locura
y viví con ilusión
de que fueras una musa.


Te recuerdo siempre pura.
Eres toda una belleza
y un encanto de criatura.


Toda una vida sin ti,
sin poder hablar contigo
y sin poderte sentir.

SOLEARES 8

Qué dulce eres y qué bella
y qué alegre y qué sencilla.
Eres la musa de un poeta.


El verdor de esta pradera.
Las aguas limpias del río
y tu amor que me embelesa.


Las estrellas y los astros
del infinito universo
y tu apasionado encanto.

SOLEARES 7

Cuánto te quise tener
porque es que eres un encanto
y belleza de mujer.


Nos sopla fuerte este viento
y la tormenta es violenta
mas contigo estoy contento.


Hermoso patio con flores.
Jardines de primavera
y despertar de ilusiones.

SOLEARES 6

Porque te digo te quiero
tú te sientes tan alegre
y lo agradeces a besos.


Ya te recuerdo de nuevo
después de toda una vida
y te vibro por entero.


El despertar de tu vida
ya me inunda las entrañas
de bienestar y de dicha.

SOLEARES 5

Bellas nubes en el cielo.
Sol radiante y luminoso
y te digo que te quiero.


Esta tarde de verano
junto a una musa amada
que me da besos y abrazos.


Sensación enamorada
me transmite tu belleza
que me llena toda el alma.

SOLEARES 4

El estío es un placer
y sobre todo contigo.
La verdad de tu querer.


Un mundo dulce y celeste
es el de tu amor mi musa.
Un horizonte atrayente.


Olas de todos los mares.
Besos solo de ti mujer.
Amor por todo lo grande.

SOLEARES 3

Noche tranquila y serena.
La Luna con fuerza brilla.
Mi corazón te recuerda.


La soledad del otoño.
La lluvia cae violenta.
Yo mientras tanto te adoro.


El alba es tan limpia y clara
con el relax de tu cuerpo
que me llena toda el alma.

SOLEARES 2

En este jardín frondoso
de olores y de frescura
te recuerdo con decoro.


La Luna brilla radiante
en esta noche de sueños
con tu pasión tan fragante.


Las estrellas me iluminan.
El amanecer es puro
con tu grata compañía.

SOLEARES 1

Porque siempre te he querido
te recuerdo en estos versos
con encanto y con lirismo.


Ese sueño de besarte,
ese aroma de sentirte
y la locura de amarte.


Unos versos yo te escribo.
Mi cariño yo te expreso.
Todo esto te lo dedico.

domingo, 3 de mayo de 2020

VOYEURISMO

RESUMEN DE LA NOVELA DE MARTÍN ISIDRO VÁZQUEZ LEÓN

Gregorio Rivas, un joven de veinte años, narra sus experiencias como voyeur tras haber disfrutado de variadas y originales ocasiones a lo largo de su vida. La primera le sucede con Aurora, una vecina suya, a la que observa duchándose desnuda desde la azotea a través de la ventana del cuarto de baño. Posteriormente tiene una aventura sexual con ella poco antes de que se marche de su ciudad, a la que no volverá; todo sucede en el cuarto trastero de la terraza en pleno verano: se desnudan, se magrean y se desahogan con toda clase de experiencias eróticas. Tras la partida de Aurora, Gregorio se queda muy triste y desconcertado, pero la suerte le acompaña otra vez al descubrir que en el edificio colindante vienen unas extranjeras, al parecer alemanas, y que se suben a tomar el sol a la azotea. Gregorio no desea que lo vean, y se encierra en el cuarto trastero, detrás del que hay un respiradero a través del que las observa con el inmenso deseo de que exhiban sus exuberantes cuerpos que lo tienen maravillado. Esto no sucede en un principio, pero ante la soledad de la que gozan estas alemanas en la terraza, se van desinhibiendo y se quedan en top-less. Gregorio disfruta con esta increíble experiencia voyeurista, pero su asombro y sorpresa es aún mayor cuando las observa haciendo el amor descaradamente, por lo que descubre que estas extraordinarias hembras tienen inclinaciones sexuales lesbianas. La aventura voyeurista dura poco porque se marchan con el probable destino de la playa. Pasa el tiempo y Gregorio descubre una nueva sorpresa en su entorno vecinal. Una joven se instala en un piso enfrente de donde él vive. Calcula que tiene unos treinta años y se entera que es escocesa. Comienza a saludarla y por las noches observa desde su casa todos los movimientos y evoluciones que hace Catherine --así se llama--. Al principio no tiene la fortuna de verla en ropas menores, pero ante el asfixiante calor de la ciudad y el deseo morboso de ambos --Gregorio por verla y ella por exhibirse, porque cree que su vecino la fisgonea-- comienza una nueva aventura voyeurista para el protagonista y que Catherine desarrolla con toda la expectación y el calentón para que su vecino sienta más regusto erótico. Se va desnudando poquito a poco, quitándose las prendas de tarde en tarde, hasta que Gregorio consigue al fin, tras muchas dosis de morbo y de ansiedad, verla completamente desnuda. Prosiguen los fisgoneos para Gregorio, a quien le surgen todo tipo de situaciones voyeuristas. A través de dos amigos descubre una piscina en la ciudad en pleno verano que pertenece a un prestigioso y lujoso hotel. Consigue ver mujeres con cuerpos impresionantes bañándose en top-less. Pero la historia quizás llega a su mayor salsa voyeurista cuando Gregorio y sus amigos Raúl y Gabriel entran a trabajar en una pizzería muy frecuentada de la ciudad. Una vez que salen de trabajar y ante la ausencia de los padres de Raúl, los lleva a su casa y contemplan con potentes prismáticos cómo hacen el amor dos parejas en el edificio de enfrente en plena madrugada. Pero todo parece que va a más cuando los compañeros más veteranos de la pizzería les revelan que en el almacén hay un agujero que comunica con el servicio de las mujeres. A través de este orificio y siempre que pueden, es cuando contemplan escenas de todo tipo: las mayores guarradas que imaginarse puedan y sienten más morbo aún al observar las cosas que hacen dos chavalas que conocen y que en su día los rechazaron. Mientras tanto, Gregorio sigue afianzando su relación con Catherine. Hasta que plenos de confianza y de cariño, Catherine le ofrece una aventura sexual. Ésta llegará durante la celebración de la feria primaveral en la ciudad. Gregorio y Catherine van a un teatro erótico y se divierten como no lo habían hecho nunca viendo todos los números erótico-cómicos que representan en el teatro. Suceden escenas de lo más graciosas y al final desfilan por el escenario mujeres completamente desnudas, porque se trata de una sesión especial de madrugada en la que ofrecen más desmadre. Gregorio y Catherine se van para su casa, ambos ansiosos de desahogar toda la adrenalina acumulada durante la noche echando un buen polvo. Después del éxtasis vivido con Catherine, la novela termina con una breve reflexión del protagonista en torno a lo interesante, divertida y original que ha sido su vida en cuanto a la realidad del voyeurismo durante su adolescencia y juventud y que considera una hermosa experiencia haberla sabido tertimoniar.

ENRIQUE BARRERO RODRÍGUEZ

Enrique Barrero Rodríguez nació en Sevilla en 1969. Es Doctor en Derecho y profesor de Derecho Mercantil en la Facultad de Sevilla. Es un poeta que ha recibido una gran cantidad de premios, como el Ciudad de Guadaira, Juan Sierra, primer accésit del premio Luis Cernuda, Florentino Pérez-Embid, etc. Sus libros presentan, en su mayoría, una unidad temática y formal. Baste citar "Cien sonetos de amor", "El tiempo en las orillas", compuesto casi en su totalidad en versículos y girando en torno a la infancia; "Varón de Dolores", colección de sonetos de la Semana Santa de Sevilla y otro todo de décimas, también dedicado a esta fiesta religiosa. Y "Fe de vida", escrito en verso libre, con motivo del nacimiento de su primer hijo, en el que le da su bienvenida a la vida. El lenguaje poético de Enrique Barrero es rico, abundante y variado, de un volumen a otro se va renovando y domina con absoluta facilidad y buen hacer la métrica, sobre todo el soneto, que es su estrofa predilecta y que la ha cultivado prodigiosamente, ya desde sus comienzos siendo muy joven. Y lo más importante es que ha acertado mucho, pues es raro en este sonetista que se deje caer con un soneto malo. Y en el versículo consigue el éxito igualmente, porque este excelente y prolífico vate es un indiscutible maestro y genio. Y como botón de muestra para que los lectores puedan comprobar que no me equivoco, aquí pongo un precioso soneto de su libro "Cien sonetos de amor":

                                         Como tiene dos caras la moneda
                                         y dos rutas, amor, la encrucijada
                                         y dos pupilas traman la mirada
                                         y doble fronda late en la arboleda.

                                         Como es doble el sentido en la vereda
                                         y hay dos filos de acero en cada espada,
                                         como el ave en la jaula liberada
                                         que unas veces se marcha, otras se queda,

                                         así soy yo, mi amor, doble sentido,
                                         --una tarde pasión de la esperanza,
                                         otra tarde resumen del hastío--

                                         el mismo corazón, más dividido,
                                         el puro desnivel de una balanza,
                                         la doble condición del sueño mío.

                                         ENRIQUE BARRERO RODRÍGUEZ 
                                       

sábado, 2 de mayo de 2020

VÍCTOR JIMÉNEZ

Víctor Jiménez nació en Sevilla en 1957. Estudió filología y ejerce de profesor. Es un importante poeta que ha sido galardonado con numerosos premios (Alcaraván, Reposo Neble, Searus, Noctiluca, Villa de Benasque, Florentino Pérez-Embid, primer accésit del premio Luis Cernuda y finalista en dos ocasiones del Premio de la Crítica para autores andaluces). Sus poemas han aparecido en muchas revistas y suplementos y figura asimismo en varias antologías. Víctor Jiménez es un vate muy completo y de una gran calidad. Domina la métrica, es un extraordinario sonetista --también compone bellos sonetillos--, décimas, soleares, romances, poemas en alejandrinos, así como otros en verso corto rimados, etc. Pero lo mismo que Víctor Jiménez acierta genialmente en las composiciones con métrica, en el verso libre o versículo es otro indiscutible talento. Gusta y maravilla leerlo en todo tipo de procedimientos que emplee a la hora de expresarse, nada se le resiste para poder bordar lo que desea. En cuanto a los temas es también muy variado y sugestivo y tiene la virtud que todo escritor debe manifestar en sus creaciones literarias. Todo lo que Víctor Jiménez comunica en sus textos es pura vida. Cuenta sus vivencias, su infancia, sus recuerdos en el barrio de San Bernardo, sus amigos, sus relaciones, sus aficiones, sus lecturas, su soledad, sus sentimientos amorosos, sus pasiones y frustraciones... Lo que a mí personalmente me ha sucedido con las copiosas lecturas que he realizado de todos sus libros, jamás me ha pasado con ningún otro autor lírico contemporáneo. De todo lo que he leído de Victor Jiménez no me ha decepcionado nunca nada, no puedo decir que haya una sola creación suya que merezca el calificativo de infumable o floja o mediocre. La sabiduría de Víctor para la poesía es patente y su inspiración y su genio y su esfuerzo y minuciosidad para hacerlo bien lo ha demostrado una y otra vez a lo largo de toda su vida de dedicación plena y fructífera al arte de la literatura. Y para terminar el encuentro con este fundamental vate de nuestro tiempo, confirmarlo con el ejemplo de sus versos, en este caso un romance heroico:

                                          DÍAS DE VERANO

                                    Otro verano más, al que le pido
                                    un día claro, en paz, sencillo, ameno;
                                    conversar con el mar, junto a la orilla,
                                    de incertidumbres, pérdidas, deseos...
                                    Y volver a los libros donde sigue
                                    igual que un corazón dentro del pecho,
                                    latiendo, misteriosa y sorprendente,
                                    la vida por los sueños de los sueños.
                                    Y sentir el encanto de la música.
                                    Y escribir un poema o algún verso.
                                    Y, cuando vuelve el mar y el sol se esconde
                                    y sola va la tarde de regreso,
                                    dar contigo un paseo por la playa,
                                    lejanos ya los días de aguacero.

                                    VÍCTOR JIMÉNEZ

CARMEN JODRA DAVÓ

Carmen Jodra Davó nació en Madrid en 1980. En 1999 ganó el premio de poesía Hiperión con "Las moras agraces". Esta obra sorprendió entonces gratamente en el mundo de la literatura, pues hacía falta ya una voz nueva de calidad que rompiera con el anquilosamiento que padece la poesía contemporánea. Y, en efecto, la reacción positiva ante este espléndido libro no se hizo esperar. En los suplementos literarios, los críticos celebraban admirados esta aparición, que aportaba belleza y atractivo a la lírica y que para ser tan jovencísima la autora apuntaba ya muy alto. La acogida de los lectores fue espectacular, pues se vendió muy bien y las ediciones se sucedieron una detrás de otra. A mí personalmente, este volumen me maravilló nada más verlo y recuerdo con la ilusión que lo compré y la cantidad de veces que lo he leído. Y a todos los amigos/as que se lo he pasado para que me dieran su opinión, también les ha gustado mucho. Quiero decir que es una obra inscrita en la tradición, la mayoría de los poemas escritos con métrica, el lenguaje es rico, bello y atrayente, los temas interesantes y el contenido muy bien expuesto. Es triste y decepcionante para el panorama de la poesía que Carmen Jodra a lo largo de tantos años no ha vuelto a publicar. Y esta excelente autora que tan bien arrancó quedó como una flor de un día. Y pongo este precioso texto de "Las moras agraces" para terminar con este recuerdo a tan genial libro:

                                         DÍAS DE TREINTA GRADOS

                                         Es verano por fin. Por la mañana
                                         los jardines en flor, recién regados,
                                         cantan su exuberante vida y sana
                                         en mil aromas vagos.


                                         Es verano por fin. A mediodía,
                                         el sol hace empaparse nuestras sienes
                                         de sudor animal, y una alegría
                                         salvaje nos enciende.


                                         Es verano por fin. Al caer la tarde
                                         un brillo anaranjado el aire tiene.
                                         Arde una rosa, y la mejilla arde
                                         de un bello adolescente.


                                         Es verano por fin. Y por la noche,
                                         una brisa estelar refresca el mundo,
                                         y no hay lugar para ningún reproche.
                                         Es verano por fin. ¡Que dure mucho!

                                         CARMEN JODRA DAVÓ