sábado, 24 de diciembre de 2016

ES TODO COMO EL PARAÍSO SENSACIONAL

Es todo como el paraíso sensacional
de una utopía. Es el dulce amanecer
en el que por fin me encuentro contigo
en el lecho y gozo y vibro plenamente
del calor de tu cuerpo junto al mío.
Alegría cristalina de la primavera
donde huele al apetitoso aroma
del azahar y respiramos las fragancias
de todos los jardines de la pasión.
Hay brillos, hay luces, existen reflejos
que nos maravillan y hacen palpitar
que te siento conmigo y tú me adoras
y me abrazas como yo te quiero,
como ambos nos entregamos con fervor,
con alientos e impulsos arrebatados
porque el sueño de amarnos es la verdad
que ha dejado de ser utopía para siempre.

QUIERO NAVEGAR LOS MARES DE LOS MÁS DELICIOSOS SUEÑOS

Quiero navegar los mares de los más deliciosos sueños,
quiero sumergirme en los sublimes encantos de la fantasía
y que todo este universo me haga vibrar y transportarme
a los mejores paraísos de mi infancia perdida.
Oh, espejismos de una existencia celeste y radiante
que otorga recompensas y alegrías inmensas y puras
como los manantiales vitales de la naturaleza
más salvaje y perdida de bosques y junglas.
Estos son mis sueños, estos son mis jardines
perfumados de los más geniales amaneceres,
estos son los edenes que me embriagan de dichas
y me extasían y relajan, me purifican y me hierven.
Cuando la vida me regale este ansiado retorno
pero que sea siempre de futuro, una vuelta
próxima a los tiempos pretéritos pero renovados
bajo una concepción alegre de nueva primavera.
Cuando descubra la prosperidad siempre suprema
de la ilusión y el amanecer más onírico y fascinante,
vibraré del gozo y la energía más ardiente y pasional
y podré decirte para siempre el más feliz te quiero.

TE INVITO A QUE CONTEMPLES CONMIGO

Te invito a que contemples conmigo
este cielo adornado de rutilantes estrellas
bajo el dominio de esta noche serena.
Te invito doncella mía de mi corazón
a adorar la magia del cosmos y la creación,
de la astrología y de la filosofía
que transmiten tanto misterio universal.
Y ansío ardientemente que me correspondas
a este cariño emocional que te ofrezco
bajo las estrellas, con esta luna llena,
con este sortilegio del amor dichoso,
de besos ensoñadores del firmamento,
de los colores del arco iris que nos aparecen
cuando el sol y la lluvia por las mañanas
nos hacen reflexionar muchos días o temporadas.
Sí, nos transmitimos enérgicas irradiaciones
en este fabuloso edén exultante y clamoroso
del amor sensacional que nos enriquece,
porque es la recompensa más perenne y soberana
que nos mantendrá fieles y unidos para siempre.

CUANDO LA VENIDA DE NUESTRA CELESTE PRIMAVERA

Cuando la venida de nuestra celeste primavera
nos destelle de los horizontes
más supremos y enigmáticos de pasión.
Cuando ese elixir relajante y maravilloso
nos despierte con palpitaciones universales
que nos indiquen la belleza del amor,
que nos eleven hacia el éter más alto
y no haya lluvias ni existan nieves,
ni huracanes ni tormentas
y todo sea siempre luz, magia eterna,
aires templados, bosques hermosos,
lagos tranquilos, flora exuberante,
y mares que rompan sus oleajes
en las más limpias y virginales playas.
Sí, el prodigio de la naturaleza está con nosotros
y es un rotundo y afortunado gozo
sentirte como un manantial de pura lava,
de éxtasis y fervor, placer y vibraciones.
Oh, sí, pureza inmaculada que me impresiona,
estrellas y soles y cielos que iluminan
ahora y siempre más que nunca
nuestro celestial paraíso enamorado.

EL AMANECER ES BRILLANTE COMO EL AZUL DE TUS OJOS

El amanecer es brillante como el azul de tus ojos
y tu pelo es un jardín de fragancia estimulante
como el suave susurro de las hojas del sauce.
Te lo expreso con mi cariño desbordante.
Te lo digo con alegría pura y sincera
y te lo manifiesto de tal forma
que parece que nos escucharan todas las flores
de nuestro universal paraíso enamorado.

ELEGÍA

Porque todo fue como el azul del cielo
cuando tuvimos la suerte
de conocernos.
                         Porque desde un principio
hubo amistad, hubo cariño, existió
copiosa química, existió ilusión,
estima inmensa, admiración
y respeto, existió de todo lo más grande
y positivo en el horizonte armonioso
y entrañable de nuestras relaciones.
Hubo dulzura, hubo encanto,
hubo adoración y apoyo, existió
un estímulo de fraternidad absoluta,
todo tipo de luces nos iluminaron,
todas las flores nos perfumaron,
todos los latidos nos impulsaron,
todos los sabores los degustamos,
todos los caminos los recorrimos,
toda la dicha y el gozo de vivir
nos acompañó una y otra vez alegremente.
Pero llegó el destino infausto
y todo se fue oscureciendo,
todo se fue apagando, todo
fue desolación y tristeza
porque la miel dulce de tantos años
se nos ha acabado,
se nos ha perdido,
se nos ha caducado
para siempre, qué pena
Dios mío para siempre.

viernes, 9 de diciembre de 2016

UNAS FELICES VACACIONES

1

El mar significaba para Daniel el atractivo vacacional más estimulante. El mar ya fue durante su lejana infancia un paraíso de emociones, de esos sueños que en la niñez se convierten en la más pura e inmediata verdad, esos sueños que ya durante la juventud no son retornables, no se pueden volver a repetir con la misma magia, frescura y belleza a como se palpitaron durante esa primera etapa en que despierta la vida. Daniel siempre esperaba que llegara el verano para disfrutar de los muchos encantos de la playa, sobre todo ahora que resplandecía en él vivamente el deseo de sentir relaciones con chicas que satisfacieran plenamente sus ardores juveniles. Daniel esperaba más éxito en este verano que se le presentaba, ansiaba lograr aciertos con las chavalas con las que tuviera la oportunidad de conversar para llegar al objetivo fundamental de su vida. A sus veinticinco años ya estaba maduro en la forma de seducir a las jóvenes, aunque sus fusiones amorosas fueran más bien escasas hasta la fecha.

2

Contemplar a las mujeres en la playa, semidesnudas, con deseos de provocar a los muchachos que se sitúan en los alrededores es un sentimiento que enriquecía de ardor sexual a Daniel y sus amigos. Daniel no se cortó ni un pelo en hablarles una tarde cuando se estaban bañando junto a él y sus compañeros. Llevó la iniciativa, pero los demás lo apoyaron en la conversación. Este verano comenzó estupendo para todos, porque consiguieron hacer amistad en varios días con estas cuatro chicas que les llamaron la atención por la hermosura de sus cuerpos, a los que les daba más morbo aún contemplarlos en top-less. Estas chavalas sabían de sobra a lo que iban estos jóvenes y para calentarles los motores y disfrutar de sus miradas buscaron los encantos de la exhibición sexual playera y lo consiguieron. Luego todos se acostumbraron mientras avanzaba el verano, pero el placer de los contactos en las bromas y en los juegos marinos que practicaban les parecían eternos.

3

La temporada estival evolucionaba muy favorablemente para todos. La belleza marina y el calor por saborearla con más intensidad en la compañía de estas chicas, hacían sentir en las mentes de Daniel y sus tres amigos una ilusión y un especial encanto por triunfar de lleno en el amor. Pero ya se podría decir que el amor era una realidad a falta de unos veinte días para que finalizara el verano. Estos jóvenes atrajeron desde un primer momento a estas chavalas que se sentían contagiadas por la simpatía, humor e inteligencia de los diálogos que les brindaban. Además eran unos años más jóvenes que ellos y esto les atraía mucho, los observaban experimentados en la vida y con futuro, pues a excepción de Jaime que trabajaba desde hacía tiempo en unas oficinas, todos habían cursado o cursaban estudios universitarios. Estas chicas gozaban intensamente con ellos, nunca se pudieron imaginar que sería en este pueblo costero --que no les sedujo mucho en su momento--, donde comenzarían una feliz etapa amorosa en sus vidas. Por las mañanas se veían en la misma zona de la playa donde se conocieron; estaba bastante más apartada de la del pueblo donde solía amontonarse toda la gente venida de muchos lugares. En estas calas prácticamente solitarias se divirtieron cada vez con mayor confianza y sensualidad, hasta acabar todos fusionados. Quedaron en verse en la capital de donde procedían --el ser paisanos fue un requisito fundamental para que desearan firmemente continuar estas relaciones--, pero mientras absorbían con placer y dinamismo los últimos días del mes de agosto. En esta maravillosa temporada veraniega, Daniel consiguió conocer al amor de su vida y asimismo buscó la felicidad de sus amigos, que no dejaron de aplaudir y reconocer su altruismo, su deseo de lograr la conquista amorosa para todos.

4

La siguiente etapa en su ciudad se presentó de lo más feliz, atrayente e interesante y su esfuerzo estudiantil fue más relajado. Se vio gratificado con la compañía y el bienestar que les transmitían estas jóvenes, un estímulo y un apoyo que les haría prosperar en sus objetivos. Una dulce realidad que fue posible gracias al amor que tuvieron la suerte de descubrir en aquellas ya memorables vacaciones.

SUEÑOS DE INFANCIA

Pedro era un joven que guardaba gratos recuerdos de su niñez. Fueron muchas sus vivencias agradables, pero sin duda la más hermosa sensación que le inspiraba su infancia sucedida era el mundo onírico tan fascinante y original que había creado su mente, siempre portadora de pensamientos positivos. Este era el motivo por el que echaba de menos su pasado, porque había evolucionado su ser despertando a las realidades del mundo en el que habitaba. Para Pedro la etapa más dichosa de la vida era la infancia. Y se lamentaba de lo infernal que es que tantos millones de niños no puedan gozar de esta verdad tan dulce y ser víctimas de tantos destrozos y atrocidades humanas. Para evadirse de estos pensamientos tristes y negativos, Pedro volvía a sus sueños, pero ya no los sentía con tanta pasión. La infancia quedó atrás y junto con ella ese universo tan entrañable que creó su espíritu sentimental. Ahora estudiaba más, tenía que esforzarse por llegar a ser un hombre de provecho. Y años más tarde, el fruto que le otorgaría su peculiar forma de pensar, de sentir la vida, de observar todo lo que le rodeaba, sería el descubrir la afición por la poesía y la creación. Por ello no dudó en sus primeros tanteos en dedicar un poema a esa etapa soñadora y vital que experimentó con tanta intensidad.

                                                    Es la infancia y sus sueños
                                                    el paraíso de mi corazón.
                                                    Es el universo que nació
                                                    y despertó mis sentimientos.
                                                    Es el mundo deseado
                                                    de una vida ya pasada.
                                                    Es la memoria de lo amado,
                                                    el recuerdo de mi esperanza.

EL PRIMER DÍA DE TRABAJO

Desde hacía mucho tiempo Pablo había esperado con ansiedad la llegada de este día. Era el presente que tanto necesitaba para realizar su vida de una vez por todas, después del esfuerzo y la dedicación tan intensa efectuada para conseguir este objetivo trascendental en las realidad de las personas. Había sufrido la carga agobiante del paro durante cinco años. Después de finalizar el bachillerato no deseó ir a la universidad, ¡para qué soportar tantos años de sacrificio si después el futuro podría ser de lo más desesperante! Es la angustia de la sociedad, el problema capital, tanto estudiar y estar sin ganar ni un duro para después sufrir el severo revés del paro. Además nunca se consideró un buen estudiante como para haber hecho frente a una carrera con éxito. Sus aspiraciones tendrían que guiarse por otro camino. Y así fue cuando después de sus intentos infructuosos por encontrar trabajo, se planteó la preparación de oposiciones. Pero hasta lograr aprobar tuvo que soportar varios fracasos. Era sin duda frustrante agotarse de estudiar para después no verse en la lista de aprobados. Todo era cuestión de insistir por muy arduo que fuese porque Pablo sabía que la paciencia es un árbol de raíces muy amargas pero su fruto es dulce. Y tras tres años de amargura llegó la otra cara de la moneda, esta vez la positiva y Pablo consiguió lo que tanto quería; ya era funcionario y su vida la tendría asegurada para siempre. Todo lo vio diferente al llegar su primer día de trabajo. Toda la monotonía vivida durante tanto tiempo, de estar solitario, de tener que estudiar tanto, de no ganar ni un duro, de tener que soportar las presiones y disgustos familiares, ahora desaparecería de su mundo presente. Él ya trabajaba, ya había alcanzado una oleada de bienestar nunca sentida con tanta intensidad, había observado su progreso en la vida y pensó que esta vez la dicha le había sonreído. Ya se sentía enamorado de su realidad y enamorado de otra persona que había puesto también sus ojos en él, buscando el destino amoroso y unitivo de la vida. Ya había llegado la que también era otra de sus obsesiones, porque en el amor fue siempre un sobresaliente desafortunado. Otras ilusiones circulaban también por su mente y que todos sus amigos conocían, era otro objetivo que nunca había podido desarrollar con tiempo, desahogo y espacio. Pablo tenía inquietudes artísticas y ahora sería el momento de cultivarlas en su tiempo libre, era un autodidacta que se preparaba para su trabajo personal, era una verdad que siempre deseó y a la que por fin tendría acceso plenamente.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA ESCUELA

Comenzó el curso en la vieja escuela provinciana. Todos los niños y adolescentes que iniciaban esta nueva etapa escolar habían sido compañeros años atrás. Además se conocían de siempre, eran vecinos del pueblo, habían realizado su vida en común, sus juegos, sus peleas, sus entretenimientos y diversiones, sus excursiones por las montañas, sus baños en el río, sus malos y buenos ratos en definitiva. Era su peculiar forma de pasar los mejores años de su existencia en el pueblo, que pocas veces habían abandonado para conocer otros lugares. La escuela estaba constituida por cuatro aulas separadas y otro edificio mucho mayor. Con respecto a lo que pudiera parecer bajo nivel en su sistema de enseñanza era todo lo contrario. Contaban con buenos y preparados profesores, que bajo ningún concepto querían que el aprendizaje de sus alumnos fuera insuficiente o de mala calidad, porque eran plenamente responsables de lo que le pudiera suceder a estos chavales en el futuro, en el caso de que cursaran el bachillerato o realizaran estudios universitarios. En esta escuela el nivel era alto y se aprendía. Además de los textos escolares que se vendían en la única librería del municipio, los profesores repartían interesantes apuntes con los que ampliaban los conocimientos de los que carecían los libros o simplemente que suplieran a los que ellos no consideraran apropiados para un mejor estudio de la asignatura. La prueba de este éxito quedaba reflejada a raíz de los resultados obtenidos por bastantes paisanos que estuvieron en el pasado, pues lograron sacar carreras en la universidad, objetivo que perseguían los alumnos aventajados que ahora estudiaban en este colegio. En el octavo curso existía un deseo general por finalizar la enseñanza básica y obtener el primer título. Pero la mayor parte de estos chavales querían estudiar mucho más, sobre todo cuando se les pasaba por la cabeza lo complicada que estaba la vida en su pueblo, la crisis agrícola y la escasez de recursos para buscarse y organizar su vida provechosamente. El año escolar se desarrolló intensamente, estos alumnos trabajaron con esfuerzo, a pesar de la hostilidad de un invierno muy duro en el que se registraron hasta diez grados bajo cero y el problema que además presentaba el deteriorado estado de las aulas. Pero con estas y otras dificultades el éxito escolar fue casi total. Había que progresar y decir adiós a la escuela, al instituto y a la universidad con resultados satisfactorios o bien escoger el camino del trabajo, del esfuerzo físico u otra actividad que pudieran conseguir. Durante el verano reformaron todo el colegio, instalaron calefacción, nuevas pizarras, mesas y otros materiales, con los que se confirmó que la enseñanza y la cultura estaba abierta a todas las generaciones futuras.


martes, 6 de diciembre de 2016

BEATUS ILLE

Hacía cuatro años que el joven matrimonio residía en la gigantesca urbe por razones de trabajo. Ni Eva ni Gabriel soportaban el atropello y la neurosis que les producía esta capital, muy masificada y contaminada, donde además se les habían presentado problemas de índole diversa. Eva y Gabriel habían vivido con anterioridad a su casamiento en su pueblecito natal, una bella zona natural protegida, donde siempre se habían encontrado muy relajados. Su infancia fue de lo más hermosa, siempre en el entorno provinciano que les vio nacer y que para ellos significaba el mejor de los sueños. Era su tierra, donde habían sido tan dichosos, donde su vida fue muchas veces dura pero siempre ofreció otros atractivos que lo compensaban todo. Gabriel y Eva eran funcionarios, decidieron estudiar oposiciones para asegurarse el futuro que en su pueblo era complicado. Pero la ciudad a la que fueron destinados no supuso para ambos la sensación de bienestar que tanto deseaban y que únicamente habían encontrado en su lugar de origen. Atascos, delincuencia, contaminación, intensas jornadas de un trabajo sedentario que no les atraía y los conflictos con los vecinos, eran los principales obstáculos en esta capital donde nunca se sintieron a gusto. Soñaban con volver a su pueblo y siempre que podían, viajaban para ver a los familiares que dejaron y disfrutar con ellos de las vacaciones de Navidad y verano. Gabriel y Eva les envidiaban porque era en la ciudad donde la realidad de paz y tranquilidad había sido más difícil de sentir. Pasaron dos años y el matrimonio contaba ya con unos provechosos ahorros. Un día, hablando del tema, acordaron emplear su dinero en volver a su pueblo y abrir un comercio alimenticio con el que ganarse su vida y apoyar a sus familias, que sufrían muchas necesidades. Para ello el único paso fue pedir excedencia en su profesión burocrática y regresar, actitud que fue muy bien recibida por sus paisanos. Su nueva vida, el retorno al pasado, fue más saludable y prometedora. Todo el panorama de depresiones y desasosiegos que les produjo su anterior etapa en la ciudad llegó a su punto y final. Ya estaban con sus montañas, con sus fuentes de agua pura y transparente, con sus jornadas de caza y pesca, con sus familias y sus amigos de siempre, con todo el universo natural que llenaba de desahogo y felicidad su única y trascendental concepción del mundo y de la vida.

lunes, 5 de diciembre de 2016

EL VIAJE DE FIN DE CURSO

1

Los alumnos de COU del Instituto de bachillerato se preparaban para realizar su viaje de fin de curso. Todos estaban radiantes e ilusionados, con sobrados deseos de disfrutar de esta espléndida experiencia vacacional. Realidad gratificante, sin duda, aunque para llegar a esta situación que tanto habían soñado desde el comienzo del curso --y algunos desde mucho antes--, fueron muchas las actividades y trabajos que realizaron. Pero al final mereció la pena, ya que los frutos de esas dedicaciones serían saboreados en este extraordinario viaje a una paradisíaca isla del océano atlántico. Las expectativas de estos jóvenes eran de lo más apasionantes, precisamente por las sensaciones amorosas que se transmitían muchos compañeros y compañeras, siendo en esta ocasión donde se verían dulcemente reflejadas con mayor placer, libertad y atracción. Hasta el más tímido o solitario tendría oportunidades sobradas de participar en esta aventura del amor. Todo era bienestar, satisfacción y relax en estos estudiantes ante la oleada de gozo que se aproximaba a sus vidas deseosas y ardientes.

2

Llegó el día tan esperado por todos. La travesía la realizarían en un barco que les dejaría en una isla perteneciente a un archipiélago. Entre estos jóvenes había tres amigos que no tenían compañeras, porque se habían incorporado en este último año al instituto y hasta el momento no gozaban de relaciones con ninguna chica. Pero en ellos existía la clara convicción de que en este viaje se les presentaba su mejor oportunidad. La travesía fue muy emotiva y divertida para todos, pero aún más para Rafa, Daniel y Luis, que se evadieron de la monotonía vivida durante el curso y conocieron a varias chavalas de otra clase. El regocijo de estos jóvenes fue absoluto porque en ambos grupos existían ansias sobradas de relacionarse y disfrutar cuanto más mejor. La primera jornada fue muy estimulante. La discoteca con la que contaba el barco fue bien aprovechada pues se montaron su propia juerga; bailaron, bebieron, dialogaron y al final salieron a cubierta para contar chistes y organizar un buen espectáculo de risas y contactos. Pero todo lo mejor, todo el placer y la aventura amorosa del viaje llegaría a partir del día siguiente, cuando se encontraron en un lujoso hotel de esta isla donde pasarían los cinco escasos pero intensos días de vacaciones.

3

Nada más llegar al hotel y organizar sus respectivas habitaciones, surgió el deseo de salir a conocer cuanto antes las hermosas playas de la isla. Esta era la mayor atracción y así fue como, después de comer, se encontraron en la limpia y bien cuidada arena. Las parejas se desconectaron de los grupitos, pero fue en éstos donde más se intensificó el solaz y la alegría. Rafa, Daniel y Luis se compenetraban muy bien con sus nuevas amigas y toda la jornada vacacional transcurrió entre juegos, bromas, chapuzones y otras manifestaciones muy positivas para unas favorables relaciones. Por la noche la atracción de todos estuvo en salir por los bares y divertirse bailando en las discotecas, distraerse en los pubs... Pasaron unos días y estos jóvenes se hicieron fotografías para tener un recuerdo de lo que estaba siendo esta estancia en la isla, practicaron deportes acuáticos en el mar, otros optaron por quedarse en la piscina del hotel y dialogar sobre todo tipo de temas, algunos compraron recuerdos para sus familiares en los comercios. Y llegó el último día, que fue el mejor, como después comentaron cuando regresaron a su ciudad. Daniel acordó con sus dos amigos, proponerles a estas simpáticas y enrolladas compañeras el visitar otras playas más apartadas, aunque tuvieran que andar mucho. Luis le dijo que no era necesario pues cogiendo un autobús podrían recorrer la isla y conocerla más a fondo. Así fue como lo hicieron una vez que a sus amigas les pareció bien.
  --¡Veremos dónde nos llevan estos pillos! --comentó con gracia sospechosa Carolina a sus amigas, quienes se imaginaban también una sorpresa.
En efecto, la propuesta les pareció estupenda, porque se lo pasarían fenomenal y no había que cortarse para nada, ahora que sus relaciones podrían consolidarse aún más.

4

Se levantaron temprano y se llevaron el almuerzo preparado, porque pensaron que sería muy caro comer en las otras zonas de la isla. Veinte minutos duró el viaje. Pasearon por el pequeño pueblo insular donde se bajaron y después fueron a la playa, que era el atractivo de todos, aunque entre ellos y ellas no comentaron nada durante el viaje, simplemente iban a conocer este lugar. La sorpresa fue negativa cuando llegaron a la playa. Estaba prácticamente desierta. ¡Y ahora qué vamos a hacer aquí solos! --comentó Rafa desilusionado. Gloria dijo que podrían ir a otra playa y decidieron preguntar a un turista, quien les dijo que andando unos dos km. había una playa muy visitada que ofrecía muchos pasatiempos marítimos. Y así fue como después de andar bastante, llegaron a esta zona. Esta vez hubo una gran sorpresa y todos se echaron a reír y bromearon, al contemplar que se trataba de una playa nudista.
  --Y ahora qué hacemos, nos desnudamos o hacemos el ridículo mirando a los demás. --comentó Daniel a sus tres amigas.
  --Lo que queráis.
  --Vamos, no os cortéis que no pasa nada.
  --¡Si nosotras no nos cortamos! ¡Sois vosotros!
Los tres muchachos se quedaron alucinados y entre cortes y sonrisas bajaron a disfrutar del espectáculo humano que observaban. Se apartaron del lugar principal y quedaron libres del traje de baño y entre bromas y chapuzones gozaron de sus cuerpos. El mar brillaba de limpieza; el sexo y el placer en la playa eran los sabores sensitivos del día y estos jóvenes absorbieron y aprovecharon oportunamente la jornada que llegaría a su fin con plena felicidad. Un día después regresaron a la monotonía de siempre en su ciudad natal, pero esta vez con la dicha de haber vibrado con unas cálidas y celestiales vacaciones de viaje de fin de curso.

sábado, 3 de diciembre de 2016

INVIERNO

Antes de que comenzara el invierno hubo gigantescas nevadas, que acompañadas de fuertes vientos, deterioraron las casas de los aldeanos. El único que parecía más relajado y tenía la conciencia muy tranquila sobre su manera de actuar era el sabio curandero. No obstante, el problema que se presentó no era esto solamente. La penetración del frío helado en algunas casas, produjo que enfermaran una mujer y dos niños. El curandero era ahora quien tenía que responder y después de examinarlos, preparó las hierbas que los podrían curar. Mientras tanto, los aldeanos trabajaban como podían en el intento de reforzar las viviendas. Los enfermos evolucionaban poco de las altas fiebres que padecían y el curandero dijo que habría que esperar. Tomaron las precauciones de aislarlos de los demás y evitar que el frío llegara a donde estaban. Todos estaban temerosos de que sucedieran más violentas sacudidas exteriores. Así de penoso y dramático era el invierno de los solitarios aldeanos, que esperaban con ansiedad la llegada del buen tiempo, de la dulce y celestial primavera, del cálido y relajante verano, las estaciones que tanto adoraban. Dos estaciones en las que tendrían que trabajar más duro que nunca y así garantizar una vida más segura y mejor que la que estaban sufriendo en este tremendo invierno que estaba azotando a la aldea.

OTOÑO

Llegó el otoño a la aldea y sus familias no se habían preparado para soportar las lluvias torrenciales que no tardaron en aparecer. Hacía cinco años que no reforzaban las casas y este abandono y descuido les podría causar problemas si estas dos estaciones se presentaban tan difíciles o peor que en otras ocasiones. Estas viviendas estaban muy castigadas por los sucesivos inviernos, eran viejas y una mala racha podría hacer peligrar el bienestar de algunas familias de la aldea. Debido a las múltiples actividades de la primavera y del verano, apenas si recordaron llevar a cabo un refuerzo y esto hizo que las lluvias tan abundantes de este otoño sembraran de inquietud y malestar a sus habitantes. Un primer percance no tardó en sucederse, pero se dio la favorable circunstancia de que afectó a una de las casas que no estaba habitada y en la que almacenaban chatarra y utensilios que no eran imprescindibles en sus vidas. Cayeron enormes granizadas, lluvias casi constantes durante bastantes días, pero la aldea no se inundó porque estaban canalizados hacia el exterior todos los puntos donde podría almacenarse el agua y afectar a las casas. Durante estas duras jornadas de intensas lluvias se desprendieron también parte de los tejados de tres viviendas y las goteras comenzaron a cubrir de intranquilidad la vida de algunas familias. El curandero había sido el único en advertir a todos que debían arreglarse las casas, pero sus paisanos fueron unos testarudos y quisieron dejarlo para el año siguiente. Esta fue una gran equivocación y el curandero, que se las sabía mejor que los demás, les recordaba ahora su actitud de entonces, porque lo que él sí supo hacer es preparar su hogar para que no le sucediera lo mismo. Su postura fue muy positiva pues sabía que si su casa se iba para abajo, podrían estropeársele sus plantas y todas sus labores quedarían arruinadas, con repercusiones muy graves para todos los aldeanos ya que no podría curarles cuando se pusieran enfermos. Se aproximaba el invierno y los aldeanos se preparaban para soportar algo todavía peor. Por ello acordaron que para la próxima primavera su principal objetivo sería dedicarse a la reconstrucción de los daños y trabajar con todo esfuerzo para conseguir unas viviendas fuertes y consistentes, que rodearan de tranquilidad y bienestar sus vidas durante las dos hostiles estaciones del año.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

VERANO

La temporada estival estaba presente en todos los aldeanos que disfrutaban de buenas y agradables temperaturas. Ni hacía el calor asfixiante que suele registrarse en otros lugares por estas fechas, ni las bajas cifras harían su aparición hasta la llegada del otoño. Junto con la primavera, era la estación en la que estos solitarios habitantes podían vivir en un ambiente más óptimo y favorable, lejos de la hostilidad de los otros periodos del año. Pero el verano ofrecía más atractivos que la primavera a los aldeanos: los huertos daban más alimentos, los árboles maduraban sus frutos y entre todos los recogían. Pese a la dureza con la que los inviernos castigaban a su naturaleza, esta zona era muy fértil y producía una sorprendente y variada cantidad de productos que eran bien aprovechados y consumidos. Este era el tiempo en el que todos se reunían para celebrar sus fiestas y cocinaban exquisitos banquetes con los que disfrutar plenamente de estas jornadas, organizando también bailes y juegos con los que divertirse y ser felices. Casi todos los días algunos aprovechaban para darse un baño en un río que estaba alejado, pero no les importaba andar porque querían relajarse con las limpias y transparentes aguas de este paraje natural. Así transcurría la mejor etapa del año en la que estas humildes gentes absorbían la dicha de la vida, vida que no cambiaban por nada, ya que estaban dispuestos a que el lugar no quedara desolado y acabado por el abandono, al menos durante mucho tiempo. Durante el verano no tenían que trabajar tanto como en la primavera y se dedicaban a buscar las mejores formas de recrearse, porque ya llegarían las otras estaciones más aburridas y tristes. La soledad de estar más metidos en casa, aletargados y soportando las condiciones de una vida más adversa que no tenía nada que ver con esta dulce realidad, en la que todo era pureza y encanto para los habitantes de la aldea.

PRIMAVERA

La primavera había llegado a los pocos vecinos de la aldea. De estas veinte casas solo doce estaban habitadas y las otras las utilizaban para almacenar los piensos, los excedentes agrícolas, guardar leña y colocar muebles y utensilios que no necesitaran. Años atrás, en todas estas construcciones --ya muy viejas y desgastadas--, vivieron otros paisanos que emigraron a la ciudad, pero estos aldeanos que quedaron se resistían, a pesar de las condiciones adversas en las que a veces vivían, a abandonar su lugar de origen. Se sentían felices de la soledad, de la intimidad y de la dulce tranquilidad que les rodeaba e intentaban que no faltaran tareas y actividades con las que entretenerse y aprovechar el tiempo. Estas eran sus ilusiones, crearse su propio bienestar, ayudarse unos a otros y pasarlo lo mejor posible apartados de todo el mundo avanzado del progreso y de la multitud. Justamente era con la llegada del buen tiempo, con la primavera tan esperada, cuando se les abría más campo de expansión y relax, sobre todo a los cinco niños que deseaban estas fechas para poder ir a las montañas y disfrutar de todas las bellezas y encantos que posee la naturaleza. Eran muchas sus correrías, pues si por una parte tenían que ayudar a sus padres en múltiples tareas, siempre les sobraba tiempo para pasear y jugar por los espacios naturales que les rodeaban, ir a las fuentes y beber ese agua siempre tan pura, comerse todos los frutos secos y silvestres que se les apetecieran, visitar las cuevas que según los aldeanos guardaban algún que otro misterio de los tiempos prehistóricos y un sin fin de recorridos más que ahora, con esta estación del año, podían realizar con placer y regocijo. Existía también una zona en donde crecían hierbas medicinales autóctonas, cuyo uso y aplicación solo conocía el curandero de los aldeanos, quien lo había aprendido y conocía sus efectos y propiedades por su tradición familiar. Por ello se llevaba a los niños a este lugar y procuraba enseñarles todo lo que sabía, porque se había dado la circunstancia y negativa coincidencia de que ninguno de los otros aldeanos había querido aprender. Llegó una noche más y un intenso día primaveral había sido bien aprovechado por todos. Las montañas rebosaban de frutos, de animales y de flores durante toda la estación. Ahora tenían que llenar los graneros de piensos para alimentar a los animales en el invierno; pastorear las cabras, cerdos y vacas, cultivar los huertos y realizar otras labores, siempre con gusto, con alegría y con ilusión por trabajar. Esta era una fecha clave para los aldeanos, que aunque se sacrificaban para subsistir durante las estaciones hostiles, disfrutaban de la naturaleza y de la tierra que siempre han amado y en la que pasara lo que pasara, se resistirían con toda firmeza y energía a abandonarla.

domingo, 27 de noviembre de 2016

EL JOVEN POETA

Manuel tenía veinte años y desde hacía tres se dedicaba con toda ilusión y esfuerzo a escribir poesía. Esta labor la compaginaba con sus estudios de periodismo, otra actividad que le fascinaba y que se correspondía en muchos aspectos con la lírica. Se daba la circunstancia de que había momentos en los que le atraía más recrearse y desahogarse con su particular afición literaria que con sus estudios. La poesía era su otro camino y le gustaba escribirla en sus ratos libres, cuando toda su materia de trabajo la tenía asimilada. Poco antes de terminar el curso de orientación universitaria fue cuando se inició en la lírica, pero ahora que lo pensaba le hubiese gustado descubrir este apartado de su vida mucho antes. Años atrás, estudiando el bachillerato, sentía un vacío intelectual, no tenía esa segunda actividad que le llevara a ilusionarse más con su futuro y con un presente que le otorgara nuevas satisfacciones, ese estímulo que no había encontrado durante algún tiempo con el dibujo, la pintura o la lectura de algunos libros de su aún pequeña biblioteca. No obstante, durante estos tres años no había perdido el tiempo y eran ya cuatro libros de poemas en los que trabajaba. Sentía muchas inspiraciones, escribía bastante y cuando llevaba una racha larga sin escribir, se sentía incómodo e insatisfecho. Le gustaba crear nuevas composiciones, aumentar el caudal de su producción poética y sobre todo sentirse realizado con lo que hacía y observar el acierto que tanto deseaba en sus poemas. Estando en plena actividad durante el verano en el que había finalizado su tercer año de periodismo, le surgieron nuevos temas de futuros libros y los anotó. Pero prefirió no abarcar tanto y terminar primero con los poemarios en los que llevaba trabajando desde sus comienzos en que se consolidaron las ideas que supo trascender. Días antes de que finalizara el estío concluyó estas cuatro creaciones. Ya solo le quedaba intensificar su revisión y pasarlas a máquina, porque siempre había pensado que son muchas las correcciones que hay que realizar antes de su publicación. Algunos de sus primeros poemas los había repasado hasta cuatro y cinco veces y todavía pensaba que podrían surgir más retoques si en el momento que lo observara lo estimase oportuno. Había finalizado una etapa poética ambiciosa, su etapa inicial y ahora deseaba seguir con la poesía, pero pensó en dedicarse con más preferencia a la narrativa porque le podría dar mayores frutos en el campo editorial. Se había dado la circunstancia en Manuel que durante su carrera solo había escrito sobre los trabajos que le mandaban realizar en la facultad y sin embargo por cuenta propia nunca había elaborado nada extra o personal en torno al periodismo. Esto lo dejó para la poesía. Pero ahora le interesaba mucho más avanzar en la carrera para intentar coger trabajo y cuando comenzó el curso dejó atrás la creación poética y se dedicó más en serio al periodismo y la narrativa. Pasaron los dos últimos años de carrera y Manuel tenía ya veintidós años y todo un futuro por delante, si bien con sus libros no había conseguido frutos porque tuvo que someterse al fracaso de los concursos de poesía que eran muy difíciles de ganar. Durante estos dos años había estado centrado en la redacción periodística, a aprender de los grandes articulistas y a aplicar sus estudios universitarios a la disciplina y el esfuerzo que requiere elaborar la tarea diaria para que toda la información esté a punto. Pero mientras esto ocurría y se desenvolvía en diversidad de actividades preparándose para cuando encontrara trabajo en alguno de los diarios de la ciudad donde había vivido siempre, Manuel no dejaba de leer y de tener en cuenta la poesía. Deseaba con avidez encontrar trabajo, ganar dinero y poder algún día iniciar su segunda etapa o ciclo poético que presentaba abundantes e interesantes proyectos. Mientras esperaba que surgiera la fortuna de dar a conocer sus obras terminadas, esos libros en los que había trabajado tanto y que deseaba que encontraran lectores, en vez de permanecer aún encerrados en el cajón, en el cajón donde no irían a ninguna parte y donde no merecían estar más.

sábado, 26 de noviembre de 2016

PERDIDO EN EL BOSQUE

1

El fin de semana había llegado. La familia hacía los preparativos durante la tarde del viernes para salir temprano al día siguiente con destino al campo. Pero esta vez el lugar elegido para pasar la jornada de descanso no sería la sierra, el campo sin árboles, como le llamaba Eduardo Jr. al lugar natural que habían solido visitar en anteriores ocasiones. Por deseo común de todos esta vez prefirieron viajar hacia un bosque de pinos, donde también crecían eucaliptos y otros árboles en menor cuantía que se encontraban más apartados de la zona que solían visitar los amantes de la naturaleza durante los días festivos. Querían cambiar de ambiente y conocer nuevos lugares, nuevos parajes donde gozar del sosiego y expansión, saliendo de la monotonía de ir siempre a un mismo sitio. No obstante, esta vez el cabeza de familia advirtió a sus dos hijos que el bosque adonde los llevaba era muy grande, que se trataba de una masa forestal muy extensa y que debían tener mucho cuidado, tomando como única precaución no apartarse de su lado ni del de su madre cuando pasearan por su interior. Así lo escucharon cuando lo dijo Eduardo pero durante el viaje ninguno volvió a hacer más comentarios del asunto en cuestión. Solo iban con la ilusión y la felicidad de pasar un día agradable y tranquilo, aunque la quietud no fuera la actitud de los dos niños que iban con el pensamiento de divertirse, jugar y gozar del panorama de libertad y desahogo que ofrecía para ellos este día de encuentro con la naturaleza forestal.

2

  --¡Eduardo! ¡Eduardo! ¿Dónde estás? --gritó Alicia.
  --Ahora voy, espérame ahí un momento.
Ante la tardanza de su hermano la niña fue en busca de sus padres. Temía no localizarlos puesto que mientras ellos se distrajeron dialogando con un cazador que pasaba por allí, Eduardo Jr. aprovechó para correr y profundizar junto a su hermana por el bosque, soñando con la aventura de encontrar alguna novedad con la que disfrutar más intensamente del día. Alicia al fin encontró a sus padres y al cazador. Los tres manifestaron inquietud al preguntarle por su hermano y decirles que se había alejado de aquel entorno sin hacerle caso de que volviera. En efecto, el travieso Eduardo había visto pasar un conejo y corrió enloquecidamente a buscarlo o a intentar ver otros por aquella zona que era más densa en vegetación. Sus padres y el cazador intentaron encontrarlo pero fracasaron aun con las indicaciones de Alicia que les dijo con aproximación el lugar donde lo había visto por última vez. Eduardo Jr. siguió con su expedición hasta que llegó un momento en que se sintió solo y deseó volver, pero advirtió que no sabía por donde había llegado hasta allí y el estar rodeado de árboles le despistaba por completo. Comenzó a dar voces, a llamar a sus padres, pero los ecos de sus gritos no tenían respuesta. Se había perdido.

3

Eduardo, Elena y el cazador avisaron a la Guardia Civil, cuyos agentes les informaron sobre la gravedad del asunto, puesto que se trataba de un bosque en el que no era difícil perderse y en el que ya se habían registrado varios casos. Tres patrullas se pusieron a recorrer distintas zonas del bosque, en un principio las más próximas a las indicaciones de Alicia y tras toda la tarde de intensa búsqueda la situación se transformó en angustia en torno a este niño del que no se encontraba ni rastro. Los padres, desesperados y torturados de miedo después de la larga jornada, pensaban en un desenlace trágico para su hijo y para sus vidas, que se ahogaban en el dolor de perderlo para siempre. Llegó la noche y los agentes de la Benemérita gritaban con potentes altavoces y alumbraban con grandes focos en la lucha de poder encontrarlo. Y así lo consiguieron a las dos de la madrugada, cuando el niño muy pálido y desfallecido después de haber pasado todo el día sin comer y temblando de frío y pánico, se abalanzó llorando a un guardia que estaba trabajando en su búsqueda. Éste lo llevó a un coche de la patrulla y pasados veinte minutos ya se encontraba con sus padres. Los agentes les refirieron el estado en que lo habían encontrado y les aconsejaron que no le reprendieran mucho ni le recordaran el tema porque podría resultar muy negativo para la psicología del chaval, ya que el percance le había dejado hondas huellas de depresión y debería reposar y ser tranquilizado. Así lo confirmó un psicólogo quien les recomendó que no lo llevaran más a lugares de ese tipo que le pudieran hacer recordar el drama vivido. Eduardo y Elena decidieron pasar el próximo verano en el mar y tratar de olvidar todo lo posible este calamitoso encuentro con la naturaleza.

viernes, 18 de noviembre de 2016

QUIERO OÍRTE CANTAR LA MELODÍA

Estos quince poemas últimos del Blog forman mi libro titulado "Nuevos versos amorosos".


Quiero oírte cantar la melodía,
esa balada dulce para amantes.
El romántico anhelo es maravilla
que suena con frescura relajante.


Cancionero de sueños y armonía.
Musa y doncella tierna y tan amable.
Mi corazón respira gallardía
por tu calor y afecto saludable.

RECUERDO AQUEL LLUVIOSO DÍA DE OTOÑO

Recuerdo aquel lluvioso día de otoño
cuando al fin emanó nuestra pasión.
El fuerte temporal nos fue glorioso
porque nació la pulpa del amor.


Sientes llover con gozo y alegría.
Tú la vives con dulce palpitar
y transmites ternura y armonía
con esta clara luz del fiel amar.


Ninguna otra estación es tan hermosa
para nuestras entrañas sensitivas.
El viento y esta lluvia nos arroba.
El calor en la alcoba nos fascina.

EN AQUEL DÍA GÉLIDO Y BRUMOSO

En aquel día gélido y brumoso
brotó nuestra aventura del amor.
Aunque fuera ese día tan nuboso
lo recuerdo con dicha y seducción.


Era una tarde gris, vacía y triste.
Apenas había gente por las calles.
Pero en mi alma gocé porque sentiste
que te amaba y ansiaba como nadie.


Desde ese día de invierno somos novios.
Ya mi ser desde entonces resplandece.
Ya nuestros corazones permanecen
unidos y radiantes y dichosos.

HA SIDO UNA FORTUNA HACER EL VIAJE

Ha sido una fortuna hacer el viaje
y gozar de esta sierra montañosa.
Enclave natural de altos pinares
y olivares y encinas majestuosas.


Siento fluir el arrobo y dulces sueños
que me siembra esta zona tan hermosa.
Vibro de bienestar sano e inmenso
por la naturaleza que me asombra.


Montañas con caminos accesibles
para poder hacer el senderismo.
Paraísos o paisajes apacibles
que nos llenan de encantos infinitos.

jueves, 17 de noviembre de 2016

ADENTRARSE EN LAS VERDES ARBOLEDAS

Adentrarse en las verdes arboledas
es un deleite limpio y primoroso.
El azul de este cielo en primavera
es un placer y hechizo venturoso.


Me seduce y cautiva y siento sueños.
Oh, mundo natural, gratos paisajes.
Pulmones y latidos estupendos
de relax y purezas celestiales.

VEN CONMIGO, MI AMOR, QUE ESTAMOS SOLOS

Ven conmigo, mi amor, que estamos solos
y este jardín de nardos y violetas
nos perfuma esta noche con decoro.
Ven y descubre mi alma de poeta.


Yo siempre te he cantado en estos versos
y te expreso lo mucho que te adoro.
Mi mujer, vida mía, yo te quiero
y eres en mi alma el más rico tesoro.


Esta noche de gozo y sensación
te he recitado algunos de estos versos
que han fluido colmados de emoción
porque son mi sublime cancionero.

ES DULCE TU ARDOROSA COMPAÑÍA

Es dulce tu ardorosa compañía
junto a este grato olor de las acacias.
El sueño de verano en esta playa
me embelesa, lo absorbo, me fascina.


La gloria de las flores tropicales.
Son hermosos y alegres paraísos.
Son destellos y puro colorido.
Son el impulso ardiente de abrazarte.


Pasiones estivales caribeñas.
Éxtasis de este amor bello y oleaje.
Ansias de venturosas realidades
en nuestras vidas fieles y risueñas.

ME GUSTAN ESTOS BELLOS NARANJALES

Me gustan estos bellos naranjales
en el verde esplendor de primavera,
florecidos de gratos azahares
que nos colman de fruta verdadera.


Sí, me encanta la flor de los naranjos
que anuncia la llegada del amor,
con su olor y aroma tan lozano
de numen y de magia y de fervor.


La primavera irradia regocijo
en nuestros corazones que palpitan.
Un día estimulante y campesino
de besos y fragancias y caricias.

AMO LA SENSACIÓN DEL TERCIOPELO

Amo la sensación del terciopelo
junto al caliente ardor de tus abrazos.
Tus besos tan fragantes y tu aliento
me transportan a un mundo renovado.


Yo siempre te he querido mi tesoro.
Los lirios y azucenas ya florecen
en el dulce pensil que tanto adoro
y a mi ser vigoriza y enriquece.


Pureza virginal de mis anhelos.
Luces y aromas, límpidos colores.
Brillos y resplandores de un te quiero
y sueños de vivir a borbotones.

DESDE ESTE VENTANAL DE LA ATALAYA

Desde este ventanal de la atalaya
divisamos con gozo el panorama
de nuestra urbe tan bella y conocida
con la flor de la dicha conquistada.


Contemplar la ciudad donde nacimos
y ahora nos queremos con pasión
es la gloria y el cielo sensitivo,
la elegancia de amarnos con candor.


Ya amaneció la rosa enamorada
que juntos disfrutamos con ensueño.
Ya germinó la pura llamarada
en nuestros corazones compañeros.









ME ENCANTA MUCHO ESTE RELAX CAMPESTRE

Me encanta mucho este relax campestre
que gozo con tu alegre compañía.
Un día soleado tan ardiente
quedará siempre en la memoria mía.


Es dulce escuchar juntos y abrazados
el precioso cantar de las alondras.
Este día brillante y azulado
nos ilusiona, embriaga y apasiona.


Este feliz encuentro con el campo
nos arroba, nos llena y emociona
porque ha nacido al fin nuestro anhelado
mundo de sensaciones amorosas.

ESTE AMOR NUESTRO SIEMPRE DESBORDANTE

Este amor nuestro siempre desbordante,
tan intenso, titánico, ferviente,
lo siento tan insólito y fragante
como el mejor paraíso adolescente.


Parece que llegó de otra galaxia
a iluminarnos de pasión y ensueños.
Esta alegría espléndida acompaña
a nuestros corazones halagüeños.


Amantes de vivencias tan geniales.
¿Es un sueño, un diamante, una utopía?
Es un mundo de fábula admirable
de cielo y gloria y luz de avemaría.

ME INVITAS A VIAJAR PARA OBSERVAR

Me invitas a viajar para observar
las joyas conservadas de la historia.
Los castillos deseas disfrutar
y retenerlos siempre en tu memoria.


Yo quiero, mujer linda, mi corazón,
gozar contigo de aquellos encantos
y todo lo sublime, esa atracción
que alimenta la fiel dicha de amarnos.


En fin, mi amor, mujer siempre querida,
yo deseo conocer muchos tesoros,
de la historia, del arte y de la ciencia
y unidos y abrazados sobretodo
demos a nuestras almas complacencia.

ME FASCINA ESCUCHAR EN MI TERRAZA

Me fascina escuchar en mi terraza
al lindo ruiseñor que canta amable.
Mis sueños y recuerdos se entrelazan
en torno a ti, mujer siempre entrañable.


Ya no disfruto tu perfil divino,
flor y esencia preciosa de mis versos.
Pero mi corazón siente el cariño
que me nutre y motiva por entero.


Canta el ruiseñor, canta la calandria.
Cantan todos los pájaros del mundo.
Canta todo el vibrar de mi garganta
por tu amor siempre cándido y profundo.

SUEÑA CON BESAR LA POESÍA DE SUS LABIOS

Sueña con besar la poesía de sus labios,
contemplar el verdoso lirismo de sus ojos.
El alba de su ser quiere sus fieles abrazos
para vibrar de dulzura y placer clamoroso.


Primavera y luz, atardeceres relajantes
llenos de puras y efervescentes impresiones.
Elegantes palabras de incipientes amantes
que respiran aromas de jardines y flores.


Pinceladas de dicha al aura de sus mejillas.
Música y resplandor en el limbo de los sueños.
Sensaciones de gozos y efluvios de alegría
es el germinar fiel del cariño verdadero.

sábado, 4 de junio de 2016

DECLARACIÓN DE AMOR

Mi querida y soñada Cristina: Te escribo desde este hospital universitario de nuestra ciudad. Una crisis de ansiedad me ha apartado de repente de nuestro entorno vecinal y ahora procuro recuperarme con estas líneas para dedicarte sincera y plenamente mi amor hacia ti, mi hermosa y dulce doncella de veinte años. Aunque sé que te doblo la edad y solo nos conocemos de vista, necesito la felicidad que nada más que tú, en estos difíciles momentos de mi vida, podrías proporcionarme. A pesar de que observo que mi presencia cuando nos encontramos por la calle no te es agradable, anhelo ahora más que nunca rehacer mi vida contigo. Necesito la salud, la ilusión, el bienestar, el cariño y el gozo de tu compañía, de iniciar una nueva etapa en mi existencia y que tú despiertes igualmente a la dicha del amor, pues siempre, desde que te he visto crecer, has estado muy sola y la soledad es una triste realidad que a veces se hace tremendamente insoportable. Quiero, sueño, anhelo la oleada de sensaciones que nuestro amor podría regalarnos, si tú quisieras entregarte a mí, sin prejuicios ni nada que nos lo pueda impedir porque te quiero fervorosamente y mi mente no hace otra cosa que pensar en ti. Desde que enviudé hace cuatro años --como supongo que sabrás por otras personas--, mi existencia ha sido muy dura, no rindo bien en mi trabajo de funcionario y voy de capa caída en mi progreso personal y laboral. A propósito, te vi no hace mucho tiempo en la Facultad de Bellas Artes de nuestra ciudad, ha sido una casualidad y una grata sorpresa encontrarte en un sitio así, pues supongo que estarás estudiando esa preciosa carrera. Pues bien, Cristina, amor mío, yo comparto también esa afición, esa pasión, esa ilusión y fantasía desmedidas por la estética del arte, ya sea dibujo, acuarela, pintura... ha sido un universo que durante muchos años he cultivado y la única terapia que me ha hecho superar, o, al menos, apaciguar los momentos y circunstancias difíciles en mi vida. Oh, sí, Cristina, ven ahora a mi ser, quiéreme, ayúdame, te adoro, te admiro, te sueño; conmigo no te faltará nunca de nada y te pido que no le des importancia a nuestra diferencia de edad ni a nada que pueda impedirnos la dicha de nuestro amor. Estoy convencido de que a tu lado renovaré mi vida y que podré hacerte feliz. Me gusta también leer, viajar, jugar al ajedrez, aunque todas estas aficiones hace tiempo que las abandoné, solo he mantenido la pintura y últimamente ni eso. Quisiera que llegara un día, que ojalá y no sea muy lejano, en que pueda rescatarlas, desarrollarlas y compartirlas contigo. Te propongo viajar conmigo, te propongo que seas la mujer de mi vida, y podamos evadirnos de la rutina de nuestra ciudad, pues he observado que no has viajado nada durante los veranos, siempre te he visto muy sola y quisiera que dejases tu soledad y descubrieras una nueva realidad, un nuevo horizonte con mi compañía. Te propongo en nuestro futuro, si tú decides ser mi mujer, que viajemos a los impresionantes museos que hay en muchos lugares del mundo y conozcamos exhaustivamente todo lo relacionado con el arte. Pero no solo esto te propongo: todo lo que tú quieras y que esté al alcance de mis posibilidades estoy dispuesto a brindártelo porque quiero ante todo que seas bienaventurada, que encuentres conmigo la alegría y el cariño que tanto creo que te mereces. No estés más sola, doncella mía, abre una novedosa realidad a tu vida y libérame de esta situación oscura en la que me encuentro: quiéreme, descúbreme porque me entrego a ti en cuerpo y alma, a corazón abierto y enamorado de ti, únicamente de ti, mi lindo amor. Ante el inmenso impulso vital que está significando para mí escribirte en estos momentos estas palabras, espero y le pido a Dios que pronto reciba el alta médica y al volver a verte en la misma calle donde vivimos, tú me hables y me refieras algo sobre esta declaración de amor, pues ansío y necesito que reflexiones y que no te sea indiferente, porque te quiero y sueño que ilumines nuestras vidas de ilusión y de esperanza.

CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA

Es una hermosa tarde de otoño. Me recuerda la "Canción de otoño en primavera" de Rubén Darío. Impresionante poema amoroso que el autor inicia con un famoso estribillo, que repite cada tres estrofas y con el que concluye la creación. Este estribillo, para recordarlo, dice así:

                                        Juventud, divino tesoro,
                                        ¡ya te vas para no volver!...
                                        Cuando quiero llorar, no lloro,
                                        y a veces lloro sin querer...

En esta conocida cuarteta de versos eneasílabos (Rubén acostumbró a utilizar versos que apenas habían sido cultivados en la Historia de la Literatura), se puede destacar un fuerte impulso vital, de intensidad y dolor, ante la pérdida del tesoro de la juventud. Pero es significativa la antítesis de los versos tercero y cuarto. La antítesis de la vida, en la que el autor colma de expresividad y fuerza la emoción que siente, la sensación de tristeza:

                                       Cuando quiero llorar... no lloro.
                                       Cuando no quiero llorar... lloro.

Es un sentimiento que queda reflejado en su plenitud con la energía lírica que Rubén Darío logra con su sabia utilización de la retórica, en este caso del contraste o antítesis, que además de darle a la creación un cierto matiz filosófico (son estructuras que pueden ser adaptables a su interpretación lógica), se produce una mayor contradicción de la vida. Tal y como sucede en Santa Teresa en sus impresionantes antítesis sobre la vida y la muerte, que están cargadas de sabor filosófico en tan solo tres versos:

                                       Vivo sin vivir en mí,
                                       y tan alta vida espero
                                       que muero porque no muero.

Igualmente tienen su interpretación lógica. La lógica se extrae de los significantes de las palabras y se le da su significado a través de las reglas de sus signos abstractos. En esto observo una diferencia substancial con respecto a las matemáticas, pese a la consabida identidad matemática--lógica o lógica --matemática. En el ejemplo de los dos poemas la lógica nos sirve para tratar mediante su simbología de dar una interpretación de la realidad de la vida expresada en estas creaciones literarias. Pero suelen darse ejemplos no solo en las creaciones literarias sino en muchas frases de la vida cotidiana que pueden ser analizadas mediante la lógica, y que nos causan una sorpresa cuando se comprueban tales contenidos mediante las llamadas tablas de verdad. El contenido literario del conocido estribillo de Rubén Darío es compatible con su valor filosófico. Y esto es así porque está claro que la realidad de filosofar no solamente se encuentra y adquiere o se cultiva sumergiéndose en estas lecturas específicas, o sea, en los ensayos que se centran en el tema y que es el género literario en el que más comúnmente se suele expresar la realidad del pensamiento. Muchas veces en los otros géneros literarios (en la poesía, la novela, el teatro) se dan valores en sus contenidos claramente vinculados al saber filosófico. Se podrían citar innumerables ejemplos pero en estos momentos se me ocurre el de los Proverbios y Cantares de Antonio Machado. Pero, sin duda, el caso más original y quizá trascendental lo representa Miguel de Unamuno, que llevó su obsesión y sentimiento trágico de la vida, sus inquietudes filosóficas en definitiva, a todos los géneros que cultivó, insistiendo en cada uno de ellos (hasta en el teatro, como es el caso de "Fedra") sobre el problema de la personalidad, la inmortalidad del alma y todas las cuestiones que rodearon su visión de la vida a través del pensamiento. Esta lectura de la "Canción de otoño en primavera" en esta dulce tarde otoñal me ha hecho recapacitar, a través de esa antítesis, lo que siempre ha sido una realidad en la literatura y en la filosofía: las conexiones, afinidades o interrelaciones entre estos dos saberes. Aunque, como es sabido, al filosofar no solo se pretende dar una explicación al mundo y a la vida bien a través de las letras o de las ciencias; la filosofía yo la observo como la materia o el saber que engloba a todos los demás saberes existentes y que intenta analizar y profundizar con sus métodos y objetivos toda la verdad que encierra la realidad de la vida, la Alezeia o realidad verdadera que persigue descubrir, que está impregnada en las otras materias y de las que se nutre en el intento de desvelar los misterios que permanecen ocultos en la existencia humana.

viernes, 3 de junio de 2016

LA COLECCIÓN TEMÁTICA

José Luis, un adolescente de doce años, llevaba desde que era muy niño disfrutando con la filatelia. Fue su abuelo Jaime el que lo aficionó a este hermoso pasatiempo y siempre sentía mucha atracción cuando contemplaba la enorme y variada colección de su abuelo. A pesar de su avanzada edad y tantos años reuniendo tantas colecciones, Jaime mantenía intacta la afición por este arte que nunca lo había dejado ni descuidado, pues sentía una especial fascinación de toda la vida que por fortuna había heredado su nieto. José Luis hasta ahora había coleccionado sellos usados de muchos países, pues el sello matasellado le gustaba más y era más asequible a su economía. Pero estando un día en una Filatelia de su ciudad que solía frecuentar con su abuelo, sintió de repente deseo por hacer una colección temática. José Luis había visto en numerosas ocasiones sellos en paqueterías de muchos temas y le gustaban, pero tardó en cuajar esta idea. Cuando se lo comentó a su abuelo Jaime y al empleado de la Filatelia, los dos le animaron a que comprara estos sellos e hiciera una colección así, pues colocándola bien ordenada, con gusto e ingenio en un clasificador, el resultado sería alucinante. Sin embargo, a los padres de José Luis no les agradaba que se gastara el dinero en sellos ni que le absorbieran el tiempo de estudio, pero como nunca había suspendido ninguna asignatura, si tenía ilusión por este mágico mundo del coleccionismo filatélico debían dejarlo que siguiera con esta pasión. Su abuelo Jaime le regaló un clasificador grande y le prometió que cada mes le compraría dos paqueterías temáticas. De esta forma José Luis comenzó a colocar en el clasificador los sellos de las dos primeras paqueterías cuyos temas eran Arte y Astronomía. El procedimiento que siguió para que estos sellos quedaran estructurados de la forma más idónea fue, en primer lugar, agruparlos por continentes. Y así puso todos los sellos que venían de países europeos primero, después los de países asiáticos, luego los africanos, los de América... dentro de cada una de estas clasificaciones los ordenó de más antiguos a más modernos y también puso juntos a los que observaba que pertenecían a una misma serie. Resultó genial la forma en que quedaron ordenados y siguió durante muchos meses colocando nuevas paqueterías en el clasificador: aviones, barcos, edificios y monumentos, coches, deportes, desnudos, dinosaurios, fauna, flora, fútbol, infantiles, mariposas, orientales, olimpiadas, pájaros, peces, personajes, pinturas... Fueron tantas paqueterías las que había que tardó más de un año en reunir esta preciosa colección temática que quedó de auténtico lujo. Y cada vez que la enseñaba a sus amigos y a otras personas se quedaban maravillados de lo bien presentada que estaba. Y fue Jaime el primer admirador de esta bella colección de su nieto que tenía el gusto de haberle comprado poco a poco, por lo que decidió que toda su colección la heredara íntegramente José Luis, por el encanto y el interés que había mostrado siempre por la filatelia.

LOS SELLOS COLONIALES

En el año 1972 me tocó hacer el servicio militar en la provincia española del Sahara. Me inquietó en un principio, como les sucedía a muchos quintos, pero después me resigné porque no me quedaba otro remedio y hasta me animé a ver qué tal me iba esta nueva experiencia que viviría tan alejado de mi ciudad, de mi familia, de mi novia y de mis amigos. Yo que apenas había salido de mi Valladolid natal, ahora iba a recorrer muchos lugares de España. Después del larguísimo viaje en tren primero y en barco después, puse los pies en el desierto del Sahara con el deseo de que me fuera bien y superara sin problemas graves esta dura y sacrificada realidad que se había presentado en mi vida. Cuando llevaba varios días de mili en este desierto, nos dieron tiempo libre para descansar y yo aproveché para escribir cartas a mis padres y hermanos, a mi novia y a mis amigos, que desde que llegué no tenían noticias mías. Fui a una tienda del Aaiún y compré sobres y sellos de correos del Sahara. Desde un primer momento me gustaron mucho los sellos de esta colonia española; yo nunca los había visto en Valladolid: no conocía ni éstos ni los de otras antiguas colonias como Ifni, Guinea española, Fernando Poo, Río Muni, Marruecos, etc. Esta información de los otros sellos coloniales me la dio Javier, un compañero que era filatélico y que me comentó que tenía en Sevilla una buena colección de sellos de colonias que había comprado en su ciudad en el mercado filatélico de la plaza de Santa Marta. Me gustaron más estos sellos que los que había visto anteriormente de España y otros países extranjeros. Me recorrí en los ratos libres que nos daban todas las tiendas del Aaiún en busca de todos los sellos que tuvieran e hice un buen acopio, porque en una de ellas, al comentarle a la dependienta que me gustaban los sellos del Sahara y que me había decidido a coleccionarlos, me vendió una buena cantidad de otros que se emitieron muchos años atrás y que ya no se utilizaban para el franqueo. Javier los tenía casi todos, pero le compró a esta mujer algunos que le faltaban. Estos sellos son todos preciosos y muy originales: de dromedarios, indígenas, músicos, peces, fauna indígena, deportes, personajes, escritores como Miguel de Cervantes, Lope de Vega y Francisco de Quevedo --éstos me llamaron mucho la atención--, carteros saharauis, aves, plantas y flores y un largo etcétera. Pero hubo una serie de sellos nueva que se emitió estando yo allí que es de tipos indígenas: Pinturas de la Dirección General de Promoción del Sahara. Esta emisión me dejó maravillado y es la que más me ha gustado siempre de todos los sellos de colonias españolas. Les escribí en las cartas que envié a mi familia, novia y amigos que me guardaran todos los sellos que les franqueaba porque deseaba coleccionarlos. Después de licenciarme fui completando mi colección de sellos del Sahara y compré también los de las otras colonias españolas. Años después amplié mi colección adquiriendo series coloniales inglesas, francesas, portuguesas...

EL FILATÉLICO

A Joaquín le gustaba coleccionar sellos. Esta afición la descubrió muy tempranamente, siendo muy niño y la iniciativa fue suya, personal; no influyó en este tipo de entretenimiento ninguna otra persona, como suele ocurrir con otros coleccionistas que al observar a alguien que lo hace, se sienten atraídos, se ilusionan y deciden hacer lo mismo. O lo que es muy común, que sea un familiar como su propio padre o abuelo quien le introduzca en este hermoso pasatiempo. Siendo niño Joaquín fue contrario al resto de sus amigos y en vez de coleccionar estampas o cromos, prefería recortar los sellos de las cartas que llegaban a sus manos y guardarlos. Joaquín lo descubrió al ver los sobres que llegaban a su casa porque su familia recibía abundante correspondencia y tras observar varias veces su belleza, fue quedándoselos. Le gustaban mucho más que las estampas de fútbol, animales, etc. y además se enteró que al menos valían algo o que podrían adquirir valor con el tiempo, cosa que en el caso de los cromos, pegatinas y otros tipos de coleccionismo sería inexistente. Pronto se informó de cómo se debían manipular, el lavado de los sellos usados, su clasificación por catálogo, el uso de las pinzas, la utilización de una lupa para observarlos mejor y ahondar en los pequeños detalles, el poseer un clasificador donde guardarlos ordenadamente, y en definitiva, adquirir el material y los medios para confeccionar una colección vistosa que es el objetivo de toda persona que se inicia en este atrayente recreo. Siendo un adolescente contó con una curiosa colección de sellos usados y el dinero que recibía por parte de sus padres lo empleaba en material filatélico y en comprar los valores más raros o difíciles de conseguir que le faltaban para completar la que era su primera etapa de coleccionista. Una vez que quedó satisfecho con su ordenada y bien presentada reunión de sellos usados, decidió introducirse en el sello nuevo que sabía que era mucho más caro y que le costaría más tiempo y más esfuerzo. Pero de momento no se adentró plenamente y decidió solo comprarlos en las expendidurías filatélicas a su valor facial y de esta forma fue coleccionando las emisiones más recientes que llevaba al día. Pasaron cinco años y Joaquín tenía todos los sellos nuevos que se habían emitido durante este tiempo, pero contaba ya con muy pocos ratos libres para dedicarse a su pasión de siempre porque había comenzado a estudiar la carrera de Arquitectura. La colección quedó más olvidada, pero de vez en cuando le gustaba contemplarla y relajarse con su belleza después del intenso esfuerzo que dedicaba a sus estudios. Disfrutaba, sentía bienestar al ver sus sellos que tanto tiempo y dinero le habían costado y pensaba en llegar a ser un importante coleccionista en el futuro, sobre todo cuando terminara su carrera y su posterior trabajo como arquitecto diese los frutos deseados.

jueves, 2 de junio de 2016

LAS FRUSTRACIONES OCULTAS

1

La vida de Francisco podría decirse que había sido de lo más normal hasta la llegada de esta etapa clave en su realidad que transformó su mundo de la forma más sorprendente y afortunada. Contadas veces una persona de las características de Francisco había conseguido ver su existencia evolucionar con tanta felicidad sin haberlo proyectado nunca y sin esperar que el carro de la fortuna iba a llegar a su puerta para hacer un gratificante viaje en las entrañas de su corazón favorecido. La historia de este joven fue apasionada a partir de ese momento, había encontrado un destino que quizá no mereciera porque Francisco no había progresado ni hecho méritos en la vida como para disfrutar del mundo tan fascinante que le brindó Leticia, la joven universitaria que conoció y que se enamoró enloquecidamente de él. Pero esta relación necesitaba para consolidarse que Francisco rehaciera su vida con una actividad a la que Leticia le animaba, porque pensaba que en la vida había que hacer algo y no perder el tiempo en la vagancia y en el aburrimiento, actitud peyorativa de Francisco a juicio de Leticia. El amor había triunfado en ellos, se querían, se adoraban y Leticia observaba la sinceridad y nobleza de Francisco, su excelente buen humor y trato hacia ella que cada día la enamoraba más.

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Las virtudes de Francisco no eran suficientes para que el bienestar de la pareja diera sus frutos. Y fue cuando este joven se planteó prosperar, progresar y salir adelante con un trabajo, con una actividad que despertara en su novia más atracción por él y pudieran unir sus vidas, culminar sus sueños de amor, garantizar la verdad que necesitaba de este requisito para que todo fuera normal y su felicidad mutua la conquistaran más plenamente. Leticia le apoyó en todo momento y le refirió que ella no era nada materialista y no buscaba la ambición y el interés de sus otras compañeras de facultad hacia un joven; se mostraba menos exigente pero, no obstante, sí creía imprescindible que Francisco desarrollara una actividad laboral. Y, en efecto, el amor lo podía todo y Francisco comenzó a estudiar pese a que esto siempre le había sido muy difícil. Observó que podría conseguirlo y que tenía que sacrificarse para ganarse el amor de Leticia que le explicaba y le ayudaba todo lo que podía en los temas de las oposiciones que comenzó a prepararse.

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A Francisco le agobiaban totalmente las materias que estudiaba para los exámenes de estas oposiciones; le costaba un esfuerzo y una voluntad enormes poder obtener conocimientos y asimilar el contenido de estos difíciles, extraños y horribles temas que a cada momento se le atragantaban. La situación más incómoda se le presentaba siempre al tener que ponerse a estudiar, su estado de ánimo se ensombrecía cada vez que se veía en la obligación diaria de luchar con estos libros que le torturaban y le producían una sensación de rechazo y deseo de que llegara el día afortunado de no volver a verlos más. Leticia colaboraba todo lo que podía y Francisco se esforzaba porque ya lo hacía por amor, por llegar a disfrutar de su vida futura junto a Leticia que le hacía olvidar con su cariño y apoyo todas las tareas que estaba llevando a cabo. No comprendía como a su novia le podían gustar y dominar estas asignaturas que estudiaba en su carrera, algunas de las cuales estaban presentes en los temas de Francisco. Leticia no coordinaba en ese aspecto con su novio, ella les encontraba su belleza y encanto e intentaba que su amor de siempre las aprendiera para intentar lograr el proyecto de sus vidas.

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Llegó el día del examen después de seis largos meses para Francisco cuando hacía una semana que su novia no se ponía en contacto con él a consecuencia de una pequeña discusión que tuvieron, la primera por cierto desde que empezaron a salir juntos. Francisco no quiso verla ni llamarla tampoco para evitar que este malestar influyera en su situación psicológica a la hora de enfrentarse a la dura prueba de la oposición. Francisco hizo el ejercicio y quedó confuso y desconcertado de su realización. Ahora solo esperaba comunicarse con su todavía novia a ver cuál iba a ser el desenlace de su relación con ella. Una discusión así --pensó Francisco-- no es para tanto. Quería hablarle del examen, de las preguntas que habían caído, de su planteamiento a la hora de ir contestando, etc. Todos los consejos que Leticia le dio en su momento los tuvo muy en cuenta. Francisco los puso en práctica de la forma que mejor pudo ante la dificultad y la tensión que le produjeron las complicadas y escogidas preguntas sobre los temas que se había preparado.

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Francisco llamó a Leticia pero no se quiso poner al teléfono. Parecía ser que por el simple tropiezo que habían tenido, Leticia quería romper con el consolidado noviazgo de ambos. Hasta no mostraba el menor interés por saber el desarrollo del examen que Francisco había hecho por ella, por su ilusión, por el que era verdaderamente su amor y la razón de ser de su vida. Ante esta situación Francisco quedó en un absoluto desconcierto. Ahora que su vida podría cambiar si todo le saliera bien en las oposiciones, ahora que podría descansar del esfuerzo realizado y pasarlo en su compañía... ahora todo lo veía acabado. No pensaba ni quería darle vueltas al ejercicio de la oposición, no quería especular con él; lo hizo lo mejor que pudo y solo quedaba ver los resultados. Leticia y él no se volvieron a encontrar. A los dos meses Francisco fue a ver si habían salido los resultados. El ordenanza de la administración le dijo que probablemente se pondrían las listas de aprobados al día siguiente. Francisco quedó nervioso y preocupado al pensar que la frustración podría ser doble: suspender las oposiciones y perder a Leticia para siempre. Y así fue porque su desolación fue inmensa en aquel día lluvioso de otoño al saber que no había aprobado las oposiciones y al encontrarse a Leticia con un nuevo compañero que él conocía y que sabía que estudiaba la misma carrera que ella en la universidad.

domingo, 29 de mayo de 2016

COMPAÑERA DE VIAJE

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Juan se acostó pronto, en la tarde-noche del viernes, después de haber organizado los preparativos para el viaje de fin de semana a su ciudad de origen. Era un joven funcionario que había sido destinado a otra ciudad de su misma región debido a que en la capital donde vivía no pudo coger la plaza correspondiente porque no obtuvo en su examen el resultado que necesitaba. Era la primera vez que había salido fuera de entorno natal y en un principio se sintió inquieto y nervioso de tener que vérselas solo en otra ciudad, pero observó que ya era mayorcito y que todo sería acostumbrarse y echarle valor a la nueva vida que le había tocado, una vida afortunada porque había conseguido eludir muy tempranamente el problema del paro y su porvenir ya lo tenía asegurado para siempre. Era la primera vez que visitaría a su familia después de los dos meses que llevaba trabajando y no quiso hacerlo antes porque estaba asentando y organizando su vida en esta ciudad. Se levantó temprano, se arregló, cogió los bultos y salió rápido a coger el autobús que le llevaría a la estación ferroviaria donde se subiría en el tren que le dejaría en su tierra natal. Solo iba a estar dos días, pero sí el tiempo suficiente para ver a los suyos y que supieran cómo evolucionaba su nueva vida. El viaje para tan poco tiempo era precipitado --pensó-- pero él ya quería saber qué había sido de los amigos que dejó allí y recobrar la identidad perdida con su ciudad. A Juan no le atraía mucho viajar, pero después de dejar el andén y subir al moderno tren se sintió muy a gusto y relajado sobre todo por la hermosa compañera que tendría durante el viaje, con la que podría disfrutar de un agradable trayecto. Tuvo la suerte de no tener más compañías en el departamento y pensó que la fortuna estaba con él al haberle correspondido viajar con esta chica a solas, quien en un principio le ofreció poco diálogo y permaneció seria, pero que después, conforme avanzaba el viaje, profundizó con Juan en sus vidas y asuntos, por lo que ambos comenzaron a sentirse muy atraídos y entusiasmados.

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Esther vivía en la misma ciudad que Juan, eran paisanos, pero hasta el presente encuentro nunca se habían visto, no se conocían y tuvo que ser en esta circunstancia en la que comenzaran a sentirse impulsados y felices de relacionarse. Esther era estudiante de Biología, tuvo que irse a esta ciudad, al igual que Juan, aunque observó que la situación de este joven era más relajante que la suya. Juan ganaba un sueldo con su trabajo, sentía el bienestar de haber resuelto su vida. Ella tendría que seguir estudiando y sacrificándose para sacar adelante su carrera, al mismo tiempo que sus padres se esforzaban económicamente porque la beca que le concedieron no lo cubría todo. Juan se sintió muy impresionado con el diálogo que Esther le estaba ofreciendo pues ni tan siquiera prestó atención a los hermosos paisajes naturales que tanto le gustaba contemplar y que se observaban plenamente durante la mayor parte del trayecto ferroviario. Estos dos jóvenes hablaban de todo: de sus vidas, de sus aficiones, de sus pasiones, de sus proyectos, de sus ilusiones, de su futuro...

  --Es una ventaja y un bienestar muy grande el que seas funcionario tan joven...
  --Sí, pero también me ha sido muy difícil conseguirlo, aunque reconozco que la suerte también me ha acompañado. No obstante, estudiar una carrera y más cuando te gusta y te sientes fascinado por ella tampoco está nada mal...
  --En efecto, pero no sé si compensará con el tiempo...
  --Sí, yo te puedo poner el ejemplo de que tengo compañeros de trabajo que son licenciados y que al final han acabado en mi misma situación laboral, el subempleo es una triste realidad...

Durante un largo rato la conversación versó sobre este tema, pero tanto Juan como Esther estaban dispuestos a charlar sobre cualquier asunto que surgiera, el viaje era largo y tendrían la oportunidad de amenizarse con una tertulia diversificada y estimulante para ambos...

  --¿Ha cambiado mucho tu vida desde que te marchaste a estudiar?
  --Pues la verdad es que sí, me encuentro más animada de conocer otro entorno que el de nuestra ciudad, pues en ella no me había relacionado mucho; parece ser que en esta capital me siento más comunicada, tal vez al verme despegada de mi vínculo familiar me hace tratar más con los compañeros y hacer buenos amigos y amigas... nuestra ciudad es más aburrida que esta en la que creo que hemos tenido la suerte de instalarnos...
  --Es cierto... aunque yo apenas me he relacionado todavía en los dos meses que llevo trabajando y me encanta haberte conocido... podríamos, si te parece, vernos a partir de ahora y salir cuando nuestras ocupaciones nos lo permitan...

Esther sonrió y se mostró conforme y entusiasmada ante la actitud deseosa de Juan, en el que advirtió gran admiración y gusto hacia ella. Dialogaron no solo sobre sus vidas, trataron muchos otros temas: Juan comentó con Esther sus conocimientos sobre Zoología, Geología, Paleontología, etc. y fue éste el motivo por el que ella comenzó a ilusionarse con este chico que la sorprendía en muchos de estos aspectos. Esther era una entusiasta de las Ciencias Naturales y hablar sobre estos temas la maravillaba. Comenzó a sentirse impresionada ante los conocimientos de Juan, quien le comentaba aspectos de sus materias de estudio que hasta ella, aun con su experiencia y dedicación, ignoraba. Juan le dijo que todos estos temas le habían fascinado siempre pero no pudo seguir el camino de ella porque prefirió asegurar su vida cuanto antes después de finalizar el bachillerato. Juan le comentó que los temas que estudió en su etapa de opositor no solo le aburrieron sino que lo agobiaron y le costó gran esfuerzo comprenderlos y asimilarlos, pero mereció la pena porque al final todo le salió bien y prosperó en sus objetivos.

  --Y ahora, en tus ratos libres, ¿Qué más te gusta hacer?
  --Pues precisamente me dedico a saborear las lecturas de los libros de Ciencias Naturales con los que estudié en el bachillerato. Soy autodidacta y los momentos en los que puedo dedicarme a estas mis materias favoritas los aprovecho plenamente. No obstante, me atrae la cultura en general y más adelante me gustaría poder dedicarme con más intensidad a muchas otras materias, pero cuento con poco tiempo...

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Esther y Juan dialogaron sobre toda la multiplicidad de saberes en los que les encantaría sumergirse además de las disciplinas científicas, y tanto uno como otro se sintieron atraídos porque se compenetraban en todo lo que reflexionaban y comentaban. Y debido a esta hermosa realidad que se abría paso en sus vidas ambos sintieron el instinto y la atracción de que se gustaban por toda suerte de razones. Juan no se esperaba después de la monotonía vivida en los dos últimos meses en la ciudad donde trabajaba, que iba a conocer con tanta fortuna a esta mujer que se acoplaba perfectamente a sus deseos. Y más aún en el moderno tren en el que tanto le fascinaba viajar, en el que quedó maravillado durante su anterior desplazamiento al contemplar la fabulosa sierra montañosa por la que atraviesa. Pero aquél trayecto Juan lo hizo nervioso ante la soledad en la que se vería en la capital a la que le destinaron. No se le ocurrió pensar que en el siguiente viaje conocería a Esther, esta joven universitaria que le abrió un nuevo horizonte en el planteamiento de su vida.


sábado, 28 de mayo de 2016

LA HUELLA DEL AMOR

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Hacía ya tiempo que Gabriel no sabía nada de aquella chica que un día conoció en el parque, con la que hizo footing y toda clase de ejercicios gimnásticos durante varios meses y con la que llegó al amor durante los últimos días que disfrutó de su compañía. Gabriel no se explicaba qué había podido pasar, qué sucedió para que no la volviera a ver en el parque al que tanto solía ir a correr. Y todo fue repentino. Después de haber pasado una noche en su compañía, aquella placentera noche lluviosa de otoño, quedaron en verse como siempre, en el parque, para desahogarse con el ejercicio físico que tanta salud y bienestar transmitía a sus vidas. Luisa fue reacia desde el primer momento a hablarle de su vida privada. Tampoco se interesó demasiado por la de Gabriel, a quien no le importaba comentarle todas las actividades y proyecciones que rodeaban su vida. Gabriel la recordaba con tristeza y desconcierto porque no sabía qué podía haber pasado para que después de la espléndida noche sentimental que Luisa le brindó --con entrega y pasión desmesurada--, desapareciera de su vida. Gabriel pensó que aquella noche se la dedicó con tanto afán porque era su despedida. ¿Qué pudo haber pasado? ¿Se habría ido a vivir a otra ciudad? ¿Estaría casada? Gabriel se debatía en toda esta serie de interrogantes ante esta mujer que surgió en su vida y que no le dejó concluir en los que eran sus sinceros y nobles deseos hacia ella. Todos estos pensamientos giraban en su mundo presente porque desde entonces no se había relacionado amorosamente con ninguna chica y este largo periodo de soledad le hacía recordar aún más aquellos días de compañía deportiva que se esfumaron de su realidad tal vez para siempre.

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Así parecía que iba a ser la vida de Gabriel, monótona y desolada por la falta del ingrediente amoroso que tanto necesitaba. En todos sus intentos por relacionarse formalmente con las chicas que deseaba fracasó. Solo fue Luisa, aquella dulce y encantadora joven, quien le manifestó simpatía y gozo, ilusión y ardientes ganas de vivir. Pero Gabriel recapacitó últimamente y pensó que esta mujer no era la única, que todo consistía en tener la fortuna de dar con una doncella de las muchas que circulaban por su ciudad y que le gustara, que le convenciera y se sintiera realizado con su compañía, situaciones que solo disfrutó con aquella mujer que empezó a querer olvidar. Y el olvido llegaría --como casi siempre--, al sentir el bienestar de una novedad: Gabriel conoció a una muchacha que le sumergió en una ópera amorosa tan intensa o más a la que sintió con Luisa, aquella atrayente estrella enamorada de sus deportivas tardes. Cuando Soledad se interesó por el pasado de Gabriel no se esperaba que fuera tan pobre en cuanto a su vida sentimental, le parecía que este hombre que llenaba de sueños felices y energía vital su presente había gozado de un pasado más movido. Aunque Gabriel le manifestara con sinceridad su única relación, Soledad se extrañaba porque observaba que Gabriel era un joven maduro, cultivado, inteligente y que no merecía ni aparentaba el rechazo que había sufrido por parte de las muchas chicas que lo conocían. Pero a Soledad no le disgustaba ni mucho menos: en Gabriel había encontrado lo que todas las otras no supieron valorar.

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Gabriel finalizó sus estudios de ingeniería y sus perspectivas futuras se presentaban muy ambiciosas. Soledad se sentía feliz con la verdad de la que disfrutaba. Pronto se casarían, deseaban unir sus vidas para siempre y Soledad lo preparaba con deseos y prisas: como lo dejara para más adelante podría tropezarse en su camino cualquiera de las muchas tías que en su momento lo rechazaron y que ahora, al parecer, sí se acordaban de él.

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Tras esta etapa de actividad sedentaria, Gabriel sintió deseos de volver a ejercitar su cuerpo con el deporte. Recordó su pasado en el parque con Luisa. Soledad preparaba su casa, su matrimonio, su futuro. Gabriel corría siempre que podía y un día su sorpresa fue mayúscula, quedó perplejo cuando una mañana temprano se encontró en el parque con aquella joven que fue la magia de sus sueños.

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Luisa se fue directa para Gabriel, lo abrazó y besó con intenso deseo y tras este saludo efusivo y emocionante ambos se pusieron a hablar muy inquietos, se cruzaron las palabras con rapidez ante la sorpresa que se llevaron. Sin duda era Luisa la que más tenía que contar, y aclaró a Gabriel todo lo que pasó para que se fuese a vivir a otra ciudad durante todo este largo periodo de tiempo. Gabriel se sintió atónito ante la amplia historia que Luisa le relató de su vida: hubo problemas familiares, de herencia y otra serie de acontecimientos durante aquellos meses en los que estuvo corriendo con él. Fue precisamente el estrés y la angustia que padeció lo que le llevó a desahogar toda la adrenalina con el deporte. Asimismo le comentó a Gabriel lo feliz que se sintió con su compañía y le interrogó cómo iba su vida ahora y si había culminado los proyectos de los que le habló. Gabriel le contó su versión y Luisa quedó bastante frustrada, pero comprendió que la vida evoluciona, que las personas cambian y se les presentan nuevas realidades que obstaculizan retornar a los deseos y a las ilusiones del pasado. Gabriel se sentía impresionado de la belleza y el encanto de Luisa que tanto le hizo delirar, pero no quería, ni estimaba justo y razonable acabar con la felicidad que Soledad y él ya sentían. Su futuro estaba ya planteado con la que iba a ser su mujer y Gabriel meditó en torno a estos casos que se dan en las relaciones humanas. No se culminan, no se realizan, no se consiguen muchos de los sentimientos que se despiertan en el corazón y las personas que se sueñan y se quieren no acaban fusionadas, se dividen, se separan sus destinos y su verdad se les presenta diferente. Gabriel le confesó a Luisa que se enamoraba al verla, pero su mundo sentimental era ya otro, aunque, eso sí, le reiteró que el chispazo sensitivo, emocional, de pasiones y felices jornadas disfrutadas en su compañía quedarían grabadas en la memoria de su vida.

viernes, 27 de mayo de 2016

LA VERDAD CONQUISTADA

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La juventud había que aprovecharla y vivirla intensamente. Este era el planteamiento de Jesús, un joven de veinte años que deseaba sacar fruto de su presente, después de la adolescencia tan problemática y accidentada que había padecido. No quería más oscuridad en su vida y comenzó a organizar y proyectar su futuro, ahora que el ingrediente fundamental de su existencia --la salud que tanto le había fallado en su pasado-- lo había recuperado. Ahora podría disfrutar de los atractivos de su plenitud vital, pero era responsable del desempeño de una actividad laboral para ganarse su porvenir en la vida. No tardó Jesús en encontrarlo a través de las relaciones de su familia y ahora se sentía muy feliz y realizado; ya tenía trabajo, un sueldo corto pero suficiente de momento. Era la circunstancia oportuna para relacionarse con más gente, introducirse en círculos y ambientes juveniles a los que no había tenido apenas acceso debido a la enfermedad que asoló su pasado. Jesús se lo quería montar bien, eso lo tenía muy claro y ahora la psicología de su trabajo le facilitó tener ese don de palabra o esa elocuencia que tantos buenos resultados otorga en las relaciones con los demás. En efecto, su personalidad se transformó totalmente. Jesús se convirtió en un chico hablador, atento, avispado y simpático que coordinaba con toda clase de personas, convencía y estimulaba en el diálogo, su fino sentido del humor hacía honda sensación en todas las chicas que lo trataban. Aunque Jesús no era ambicioso en sus proyectos futuros y quizá nunca destacara en los ámbitos de la vida porque estaba convencido de que eso solo es para los mitos y no había nacido para ser algo así, él sí deseaba al menos absorber los muchos placeres que la vida puede otorgar. Mientras trabajaba en el comercio textil en el que tan buenas amigas había encontrado se relacionaba también con otras chicas que conoció a través del único amigo de su infancia que fue quien más lo supo comprender y quien más le apoyó en su encuentro con la vida. La facilidad de palabra de Jesús, su alegría, su honradez, sus agradables expresiones, impactaron notablemente en las chicas a quienes les importaba olímpicamente su categoría profesional porque preferían la humanidad y calidad de persona que había en él; sus sentimientos, sus emociones, su vitalidad, creaban bienestar en todas las personas que lo trataban. Con esta positiva y favorable forma de ser el amor llegaría a su realidad presente, pero quiso en un principio disfrutarlo con variedad, probarlo con muchas mujeres, no amarrarse y quedarse sujeto a la primera que llegara y desconectarse de las demás. Se definía como hombre de muchas mujeres, no deseaba la monotonía de engancharse con una nada más y esta actitud la podía aprovechar ahora que era joven y dejar para el futuro la estabilidad con una sola. Así transcurría su vida y llegó su primera relación heterosexual, la culminación de sus planteamientos en los que siempre buscó con deseo su primer fruto amoroso. Su primera aventura dio paso a otras muchas pero él siempre recordaría ésta con más placer y satisfacción porque fue la más extasiosa impresión que recibió de una mujer.

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Jesús se enfrentó con relajación y naturalidad a esta dulce experiencia, que llegó con la más hermosa chavala de las compañeras de trabajo; al menos era la que más le gustaba y tras enamorarla vivamente acordó disfrutar en su compañía de una espléndida jornada sexual que colmara de gozo sus vidas. Lola estaba deseosa de llegar a su primera aventura, quería acabar con su virginidad y más con una persona de la calidad de Jesús... el tiempo pasaba, los años se sucedían y esta joven se decidió a desahogar la ardiente sed amorosa que la dominaba. El encuentro se presentó además en una ocasión propicia como era la noche de fin de año. Estos dos jóvenes querían fusionar sus cuerpos después de la fiesta a la que acudieron y todo fue despacio, poco a poco; en la pensión a la que fueron se sintieron cómodos y expectantes ante la oleada de placer y éxtasis sexual que se les avecinaba. La primera impresión al verse solos fue regocijante en su plenitud. Jesús deliraba al ver como Lola se desnudaba: desde que la conoció había soñado con que llegara este momento en el que pudiera gozar y vibrar de verle los dos hermosos pechos que Lola le mostró con el morbo y el deseo de que se los devorara. Jesús disfrutó alucinado, sintió esta ópera sexual intensamente al mismo tiempo que Lola no se preocupaba demasiado por el dolor que sentía al desvirgarla Jesús porque junto a ese dolor estaba la satisfacción de que comenzaba a hacer el amor y que la llama apasionada de la vida la estaba probando y palpitando arrolladoramente. Así le sucedió también a Jesús que pensaba que esta experiencia la debía proseguir en cantidad y variedad porque la vida juvenil había que saciarla y él poseía un encanto especial que podría llevarle a ser objetivo sexual de muchas de las jóvenes que conocía, las que sin duda buscaban que Jesús les correspondiera con el talento seductor que tanto las entusiasmaba.

miércoles, 25 de mayo de 2016

UNA NUEVA VIDA

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Era una mañana de sábado y a Jorge le apetecía descansar. Había tenido una semana muy agitada de trabajo y las dos últimas veladas las había compartido con una antigua compañera de facultad que disfrutaba de un corto permiso y había decidido pasarlo en esta ciudad. Jorge era soltero y hacía dos años que se había emancipado de su vida familiar, vida siempre difícil y en conflicto con sus padres y hermanos que no comprendían sus inquietudes y sus actitudes que para él eran de lo más positivas y normales. Pensó que no merecía ese trato y un buen día, cuando aprobó las oposiciones, dijo a su familia que se iba y que les fuera bien que por su parte no quería verlos nunca más. Y así fue. Su familia había frustrado sus estudios de Filología, porque ante tanto sin vivir decidió estudiar las oposiciones y abandonar la carrera. Pero el presente que vivía era favorable y prometedor pese a estar todavía solo: hacía lo que más le apetecía, disfrutaba de un buen sueldo, gozaba de buena salud y del bienestar que supone estar libre. Se sentía cómodo y seguro. No obstante, estos dos años habían transcurrido demasiado solitarios y Jorge deseaba tener más relaciones amistosas, sobre todo cuando la vida de soltero lo requiere más. Las dos noches pasadas se había sentido muy feliz con esta amiga que justamente cogió el mismo camino que él cuando estudiaban en la facultad y se decidió por una colocación fija del Estado. Jorge se había acordado mucho de ella durante estos dos años en los que dejaron de verse y se preguntó en numerosas ocasiones qué había sido de su vida, porque se dio la extraña coincidencia de que ambos no comentaron nada en su día de sus objetivos y proyectos. Después de terminar el curso, pasó el verano y ya no se volvieron a ver. Jorge no sabía su dirección ni su teléfono y no quiso localizarla últimamente porque pensaba que ya podría tener novio o incluso estar casada.

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Mientras Jorge soñaba y una infinidad de pensamientos inundaban su cabeza ante la sorpresa de las dos jornadas vividas sonó el teléfono. Pensó que podría ser ella, la mujer que de nuevo se introducía en su vida. Fue deprisa a cogerlo y, efectivamente, esta joven amiga quería estar con él. Los dos se hablaban con ilusión, los dos deseaban estar juntos y unir sus vidas ahora que ya nada podía impedírselo. Jorge le dijo que no tenía planes para todo el día y que estaba cansado, pero en seguida desayunaría, se arreglaría y esperaría con mucho agrado su visita. A la media hora ya estaba allí, sonó el timbre y esta hermosa mujer se presentaba ante Jorge. Nada más ver lo elegante y atractiva que iba sintió deseos de abrazarla y besarla. Ante su timidez fue ella quien se le acercó y lo saludó con seducción diciéndole: --Aquí estoy contigo, Jorge, ¿te gusta que te visite? Pasaron para adentro y le enseñó su pequeño pero bien cuidado apartamento. Ella se sintió sorprendida de la limpieza y el orden que presentaba. Esta mujer había notado en Jorge durante las dos noches anteriores lo tímidamente que le hablaba y los temas que le exponía que no solían rozar la sensualidad y el encanto de dos personas que tienen todo el espacio resuelto para llegar al amor. Por esto ella quería sentir el amor de Jorge quien debido a su cortedad y torpeza para relacionarse con una mujer seguía todavía soltero. Jorge le dijo una vez que le enseñó el apartamento que podrían salir a dar una vuelta porque el día era primaveral, pero su amiga solo le refirió que iba a entrar en el cuarto de baño. Jorge, tan inocente como siempre, esperó y al abrir la puerta contempló atónito lo que nunca pudo sentir de la vida: estaba completamente desnuda, un cuerpo precioso, unos senos sorprendentes, una mujer que se le atragantaba entre la sorpresa y el manantial de los deseos y las sensaciones. --Jorge, ¿a qué esperas? --le dijo. Y Jorge esta vez no lo pensó ni un instante más. Se desnudó y se fueron directamente para su cama que aún no había hecho. Nunca pudo imaginar esta aventura Jorge y más con su antigua compañera de facultad, la única chica que le supo comprender y que ahora se acordó de él para iniciar el feliz y trascendente camino de sus vidas.