En aquel día gélido y brumoso
brotó nuestra aventura del amor.
Aunque fuera ese día tan nuboso
lo recuerdo con dicha y seducción.
Era una tarde gris, vacía y triste.
Apenas había gente por las calles.
Pero en mi alma gocé porque sentiste
que te amaba y ansiaba como nadie.
Desde ese día de invierno somos novios.
Ya mi ser desde entonces resplandece.
Ya nuestros corazones permanecen
unidos y radiantes y dichosos.
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