sábado, 3 de diciembre de 2016

OTOÑO

Llegó el otoño a la aldea y sus familias no se habían preparado para soportar las lluvias torrenciales que no tardaron en aparecer. Hacía cinco años que no reforzaban las casas y este abandono y descuido les podría causar problemas si estas dos estaciones se presentaban tan difíciles o peor que en otras ocasiones. Estas viviendas estaban muy castigadas por los sucesivos inviernos, eran viejas y una mala racha podría hacer peligrar el bienestar de algunas familias de la aldea. Debido a las múltiples actividades de la primavera y del verano, apenas si recordaron llevar a cabo un refuerzo y esto hizo que las lluvias tan abundantes de este otoño sembraran de inquietud y malestar a sus habitantes. Un primer percance no tardó en sucederse, pero se dio la favorable circunstancia de que afectó a una de las casas que no estaba habitada y en la que almacenaban chatarra y utensilios que no eran imprescindibles en sus vidas. Cayeron enormes granizadas, lluvias casi constantes durante bastantes días, pero la aldea no se inundó porque estaban canalizados hacia el exterior todos los puntos donde podría almacenarse el agua y afectar a las casas. Durante estas duras jornadas de intensas lluvias se desprendieron también parte de los tejados de tres viviendas y las goteras comenzaron a cubrir de intranquilidad la vida de algunas familias. El curandero había sido el único en advertir a todos que debían arreglarse las casas, pero sus paisanos fueron unos testarudos y quisieron dejarlo para el año siguiente. Esta fue una gran equivocación y el curandero, que se las sabía mejor que los demás, les recordaba ahora su actitud de entonces, porque lo que él sí supo hacer es preparar su hogar para que no le sucediera lo mismo. Su postura fue muy positiva pues sabía que si su casa se iba para abajo, podrían estropeársele sus plantas y todas sus labores quedarían arruinadas, con repercusiones muy graves para todos los aldeanos ya que no podría curarles cuando se pusieran enfermos. Se aproximaba el invierno y los aldeanos se preparaban para soportar algo todavía peor. Por ello acordaron que para la próxima primavera su principal objetivo sería dedicarse a la reconstrucción de los daños y trabajar con todo esfuerzo para conseguir unas viviendas fuertes y consistentes, que rodearan de tranquilidad y bienestar sus vidas durante las dos hostiles estaciones del año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario