Es todo como el paraíso sensacional
de una utopía. Es el dulce amanecer
en el que por fin me encuentro contigo
en el lecho y gozo y vibro plenamente
del calor de tu cuerpo junto al mío.
Alegría cristalina de la primavera
donde huele al apetitoso aroma
del azahar y respiramos las fragancias
de todos los jardines de la pasión.
Hay brillos, hay luces, existen reflejos
que nos maravillan y hacen palpitar
que te siento conmigo y tú me adoras
y me abrazas como yo te quiero,
como ambos nos entregamos con fervor,
con alientos e impulsos arrebatados
porque el sueño de amarnos es la verdad
que ha dejado de ser utopía para siempre.
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