domingo, 3 de mayo de 2020

VOYEURISMO

RESUMEN DE LA NOVELA DE MARTÍN ISIDRO VÁZQUEZ LEÓN

Gregorio Rivas, un joven de veinte años, narra sus experiencias como voyeur tras haber disfrutado de variadas y originales ocasiones a lo largo de su vida. La primera le sucede con Aurora, una vecina suya, a la que observa duchándose desnuda desde la azotea a través de la ventana del cuarto de baño. Posteriormente tiene una aventura sexual con ella poco antes de que se marche de su ciudad, a la que no volverá; todo sucede en el cuarto trastero de la terraza en pleno verano: se desnudan, se magrean y se desahogan con toda clase de experiencias eróticas. Tras la partida de Aurora, Gregorio se queda muy triste y desconcertado, pero la suerte le acompaña otra vez al descubrir que en el edificio colindante vienen unas extranjeras, al parecer alemanas, y que se suben a tomar el sol a la azotea. Gregorio no desea que lo vean, y se encierra en el cuarto trastero, detrás del que hay un respiradero a través del que las observa con el inmenso deseo de que exhiban sus exuberantes cuerpos que lo tienen maravillado. Esto no sucede en un principio, pero ante la soledad de la que gozan estas alemanas en la terraza, se van desinhibiendo y se quedan en top-less. Gregorio disfruta con esta increíble experiencia voyeurista, pero su asombro y sorpresa es aún mayor cuando las observa haciendo el amor descaradamente, por lo que descubre que estas extraordinarias hembras tienen inclinaciones sexuales lesbianas. La aventura voyeurista dura poco porque se marchan con el probable destino de la playa. Pasa el tiempo y Gregorio descubre una nueva sorpresa en su entorno vecinal. Una joven se instala en un piso enfrente de donde él vive. Calcula que tiene unos treinta años y se entera que es escocesa. Comienza a saludarla y por las noches observa desde su casa todos los movimientos y evoluciones que hace Catherine --así se llama--. Al principio no tiene la fortuna de verla en ropas menores, pero ante el asfixiante calor de la ciudad y el deseo morboso de ambos --Gregorio por verla y ella por exhibirse, porque cree que su vecino la fisgonea-- comienza una nueva aventura voyeurista para el protagonista y que Catherine desarrolla con toda la expectación y el calentón para que su vecino sienta más regusto erótico. Se va desnudando poquito a poco, quitándose las prendas de tarde en tarde, hasta que Gregorio consigue al fin, tras muchas dosis de morbo y de ansiedad, verla completamente desnuda. Prosiguen los fisgoneos para Gregorio, a quien le surgen todo tipo de situaciones voyeuristas. A través de dos amigos descubre una piscina en la ciudad en pleno verano que pertenece a un prestigioso y lujoso hotel. Consigue ver mujeres con cuerpos impresionantes bañándose en top-less. Pero la historia quizás llega a su mayor salsa voyeurista cuando Gregorio y sus amigos Raúl y Gabriel entran a trabajar en una pizzería muy frecuentada de la ciudad. Una vez que salen de trabajar y ante la ausencia de los padres de Raúl, los lleva a su casa y contemplan con potentes prismáticos cómo hacen el amor dos parejas en el edificio de enfrente en plena madrugada. Pero todo parece que va a más cuando los compañeros más veteranos de la pizzería les revelan que en el almacén hay un agujero que comunica con el servicio de las mujeres. A través de este orificio y siempre que pueden, es cuando contemplan escenas de todo tipo: las mayores guarradas que imaginarse puedan y sienten más morbo aún al observar las cosas que hacen dos chavalas que conocen y que en su día los rechazaron. Mientras tanto, Gregorio sigue afianzando su relación con Catherine. Hasta que plenos de confianza y de cariño, Catherine le ofrece una aventura sexual. Ésta llegará durante la celebración de la feria primaveral en la ciudad. Gregorio y Catherine van a un teatro erótico y se divierten como no lo habían hecho nunca viendo todos los números erótico-cómicos que representan en el teatro. Suceden escenas de lo más graciosas y al final desfilan por el escenario mujeres completamente desnudas, porque se trata de una sesión especial de madrugada en la que ofrecen más desmadre. Gregorio y Catherine se van para su casa, ambos ansiosos de desahogar toda la adrenalina acumulada durante la noche echando un buen polvo. Después del éxtasis vivido con Catherine, la novela termina con una breve reflexión del protagonista en torno a lo interesante, divertida y original que ha sido su vida en cuanto a la realidad del voyeurismo durante su adolescencia y juventud y que considera una hermosa experiencia haberla sabido tertimoniar.

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