miércoles, 21 de abril de 2021

LOS INÉDITOS (3)

De los análisis sobre el mundo de los inéditos de Julián Marías, yo, a mi modesto criterio, discrepo en algún que otro punto. Estoy de acuerdo con estas reflexiones, pero quisiera matizar algunas diferencias sobre la aparición de los inéditos. Resulta que se descubren obras inéditas que a sus autores --como se ha comentado-- no les parecieron aceptables y no desearon que se publicaran, no prestaron en su vida interés por su porvenir. Y, sin embargo, gustan y atraen a un sector del público lector  --ya dice el refrán que sobre gustos no hay nada escrito-- quien sí se siente identificado con ellas y no las lee solo por el hecho de tratarse de inéditos aparecidos del célebre autor. Yo expongo mi caso personal, con ejemplos, para aclarar esta cuestión tan proclive a debates y opiniones diversas. Hace unos años apareció la poesía inédita de juventud de Federico García Lorca. Yo había leído bastante la obra lírica del autor granadino y en algunos casos me había gustado y en otros no, como es normal en todo escritor, porque en la literatura no siempre se acierta. Pues sucedió que al leer estos inéditos --olvidados durante setenta y tantos años-- descubrí una poesía lorquiana que me gustó y me causó más atracción en muchos poemas que los de la mayor parte de su producción posterior editada y sobradamente conocida. En otro caso, la aparición de algunos inéditos de Luis Cernuda no me decepcionó en absoluto. Ni los de Antonio y Manuel Machado. Todo es según el criterio o el gusto de cada cual. Hay diferentes valoraciones para todo. Por ello considero que se le debe dar también valor a los inéditos, aunque, eso sí, sin olvidar por este motivo la obra que los autores respectivos destinaron para su publicación. Un caso reciente que ha sido un gran acontecimiento cultural, es la aparición de los inéditos de adolescencia de Pablo Neruda, los ya célebres y sorprendentes "Cuadernos de Temuco", perdidos durante tantos años y que su autor no quiso publicar en vida y se desentendió de ellos. Pues tras mi lectura total de estos poemas de adolescencia del genial vate chileno, he descubierto bastantes composiciones de gran belleza, de gran aprecio y valor literario por mi parte. Me han gustado y he sentido gran gozo tras su esperada aparición y voy a poner como única objeción a lo expuesto, que la mayoría de estos poemas no fueron revisados por su autor, no fueron depurados y pecan en su construcción y expresiones de falta de maduración. Pero en ellos se observa el talento artístico de un gran poeta y se contempla una voz de gran altura y valía, como luego Pablo Neruda corroboraría en tantos y tantos textos geniales a lo largo de su dilatada y ambiciosa obra. Es por ello por lo que he deseado poner estos ejemplos sobre el mundo de los inéditos que yo particularmente he observado. Y como reflexión final quiero decir que los inéditos sí deben ser publicados, pero siempre deben tenerse en cuenta las otras obras de sus autores ya editadas y valorar ambas según el gusto literario que deparen sus contenidos a los lectores.

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