sábado, 1 de mayo de 2021

LOS INÉDITOS (2)

Sobre los inéditos, el filósofo y académico Julián Marías publicó en un conocido periódico un interesante y original ensayo. En él reflexiona acerca de una serie de puntos sobre los escritos que quedan inéditos, ya sean de autores vivos o muertos. Y se refiere al peligro, a la amenaza que suponen los inéditos, porque basta que ostenten esta condición para que sean mucho más valorados que las otras obras de los autores --verdaderamente más importantes y valiosas para el futuro de la literatura y el pensamiento-- que están olvidadas, no se leen mucho, se habla y se escribe poco sobre ellas y no se las suele reeditar. Y sin embargo, cuando aparece un inédito de estos autores se le da una gran relevancia --a veces hasta exagerada-- y su hallazgo despierta mucho interés y notoriedad. En la mayoría de estos casos --las obras que han quedado inéditas-- ha sucedido así porque a su autor no le pareció una obra de calidad que mereciera la pena ser editada, no se encontraba satisfecho con ella y lo más seguro es que no le agradara su publicación. Y cuando esas obras son descubiertas en el futuro, sus herederos, críticos y editores se vuelcan con ellas, les dan una desbordante publicidad y el hallazgo es celebrado, elogiado y se le presta todo tipo de atenciones, estudios y valoraciones. Sobre todo esto, Julián Marías dice que se trata de un problema de moral intelectual, porque los ansiosos lectores de los inéditos que se publican, resulta a veces que no tienen ni idea de la otra obra esencial y significativa de sus respectivos autores. Y especifica también que los editores no suelen reimprimir libros agotados, quedando incompletas las auténticas obras de muchos escritores, y, sin embargo, vuelcan todo su interés por publicar los textos que sus autores nunca quisieron que se hiciera. Y de este modo, no se lee lo que ellos desearon, lo que verdaderamente destinaron para ello, porque se trataba de escritos con los que se sintieron identificados y satisfechos y optaron por su publicación. En cambio, se leen los que quedaron inéditos y que les producía hasta repulsa, por ser obras menores, inaceptables, pésimas, inacabadas, a las que no les vieron continuidad y que se negaron a seguir escribiendo, escritos, en definitiva, que no reflejaban lo que ellos deseaban de su producción literaria. 

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