domingo, 16 de mayo de 2021

SOBRE LA LECTURA (4)

Sobre la lectura de poesía voy a exponer en este ensayo mi propia experiencia, como ávido lector y amante de la buena poesía. Y digo buena poesía porque los lectores de este género deben, desde el primer momento, saber seleccionar los textos que más les gustan, identificarse con lo más genial de los vates que más les llenan, saber familiarizarse siempre con la lírica que les parezca de calidad suprema. Y, por otro lado, deben saber rechazar y no hacer el más mínimo caso a lo mucho que existe de podrido y corrupto en el variado y amplio panorama de la poesía, sobre todo en la contemporánea. Como lector de lírica que soy desde hace muchos años, tengo que decir que esto es lo que he solido hacer siempre, rechazar todo lo que me parezca malo --dentro de la obra de un mismo autor te puedes encontrar composiciones geniales y otras que no valen absolutamente nada, porque hay de todo y el mundo de la literatura es de lo más variado y sorprendente-- y releer únicamente los textos que más me fascinan, con los que me identifico más. En el género poético hay que buscar y dar solo con la calidad, al igual que en los otros. Tengo que decir que para mí leer poesía, saber leer poesía, es la lectura más hermosa que existe. La lírica más auténtica es la manifestación literaria más pura, es donde la belleza creativa alcanza las cimas más altas. Y es una lástima, es lamentable que los lectores de novela o de cuento, de teatro, de ensayo, géneros que cuentan con más aceptación, no sepan descubrir lo mucho y maravilloso que existe en este mundo literario de todos los tiempos. Y tengo que comentar que durante muchos años he sido lector mayormente de poesía, que me llena mucho y es el género que más me relaja y con el que más disfruto. Y, sin embargo, al contrario que la mayoría de los lectores, otros géneros como la novela me cansan, me agotan, no me concentro bien en ellos, a pesar de que les pongo una gran dosis de voluntad. No sé por qué no se lee más poesía, cómo no surge una fiebre mayor de lectores y se propaga más este género por excelencia, pues, al parecer, ha quedado para los poetas y para no muchos más. Se trata de una comunidad reducida y parece que va a peor, pero de esto tienen la culpa los señores especuladores que se mueven en este terreno, los ineptos, que valoran y premian y reconocen las muchas bacaladas que están viendo la luz de la edición y rechazan y perjudican a los buenos poetas --que todavía quedan-- a los que injustamente se les cierran casi todas las puertas. Es una realidad evidente que toda la basura poética que están premiando y publicando estos señores no es lo mejor. La poesía mejor es la que queda por salir --ya dice el refrán que lo bueno tarda más en llegar--  y cuando estos piratas ineptos se dejen de tantas mafias y reconozcan con mejor ojo la buena poesía que les llega a sus manos, entonces es cuando el mundo de la lírica actual podrá dar un respiro de todo este ambiente corrompido y lamentable que reposa en las solitarias estanterías de las librerías, solitarias porque la gente está cansada de ver las porquerías que se editan y han terminado por no hacer caso a esta historia de fabricar tantas pésimas obras literarias. 

 

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