lunes, 24 de mayo de 2021

EL ESCRITOR Y LA DEPRESIÓN (1)

 Son innumerables los testimonios a lo largo de la historia de la literatura que ofrecen una especial relación entre el escritor y la enfermedad. Ahora bien, por su talento peculiar que le otorga capacidad de trascendencia, no se puede comparar al escritor enfermo con el enfermo habitual. Podría decirse que el escritor es un enfermo distinto, particular, especial, que difiere en una considerable capacidad de relevancia y de genialidad con respecto al enfermo común. Se trata de un enfermo con unos rasgos muy importantes y trascendentes que no los suelen poseer la mayoría de los enfermos. Existe una indiscutible relación entre enfermedad y creación literaria. Y los escritores, las víctimas de estas patologías, las han aceptado. Indagando en las biografías de una larga lista de escritores se puede comprobar esta relación: tísicos, sifilíticos, epilépticos, locos... Al parecer la enfermedad genera creatividad, para escribir en serio es necesario --según se desprende de tantos casos y estudios sobre el tema-- padecer una patología grave, porque la enfermedad enriquece y capacita la conciencia. Podría enunciar en este ensayo la confirmación de lo anteriormente expuesto con una larguísima lista de ejemplos de escritores enfermos. O, dicho de otro modo, de enfermos que escribieron. Pero prefiero centrarme en la relación especial del escritor con la enfermedad nerviosa, con la locura, de ahí el título de este ensayo: "El escritor y la depresión". 

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