martes, 18 de mayo de 2021

EL ESCRITOR Y LA SOLEDAD (4)

 Dentro del apartado de las soledades en la vida del escritor está uno que es esencial para el mundo literario que desarrolla. Se trata de la soledad amorosa. A lo largo de la historia de la literatura, el amor es un tema insistentemente explotado: es una realidad descargada en los diferentes escritos y quizás el que más motiva a los escritores a la hora de expresar su mundo: sus sentimientos, sus pasiones, sus ilusiones o sus frustraciones. Pero es la situación de soledad amorosa, es el no sentir el bienestar de una compañía sentimental lo que más impulso, lo que más motivación lleva al autor a expresarse, a desahogarse de algo que no es cómodo y que en la vida, el sentir el amor, es necesario. Es esta realidad de la soledad amorosa (la soledad más dura, penosa e inhumana) la que más conmueve, la que más angustia y la que más inspira al poeta, al novelista, al dramaturgo: al autor literario en definitiva. Es esta realidad de tristeza y frustración, de no poder sentir la compañía, el bienestar, el amor del ser querido, lo que más puede enriquecer la obra de un escritor. Es una obsesión, es el universo más amplio y más hermoso que el creador puede reflejar y es esta sensación de abatimiento la que origina grandiosas obras literarias. El amor conquistado, la felicidad, el mundo positivo alcanzado no produce tantas genialidades como la situación de soledad. La tristeza, la frustración, el desencanto de vivir desolado es la realidad que más energía transmite al escritor a la hora de expresarse. Como dijo Vicente Aleixandre en torno a estas situaciones vitales: "El poeta que no sufre será un poeta alegre, pero un poeta superficial". Es el sufrimiento, el malestar, la soledad, el no poder sentir el escritor lo que más desea, lo que le lleva a manifestarse con más acierto y genialidad en sus obras literarias. La soledad amorosa es una triste realidad, a veces, para el escritor, pero al mismo tiempo es la realidad que más satisfacciones le otorga a la hora de desarrollar su producción: es una sensación que no desea y de la que quiere salir, pero es lo que más enriquecimiento aporta a su actividad, lo que más gozo de sentirse identificado con su labor le transmite y la mejor forma que encuentra para desahogarse de su difícil y angustiosa vida: la situación agridulce de la soledad amorosa. 

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