martes, 8 de diciembre de 2015

MEMORIA DE NUESTRA VIDA 1

                                                                         

Yo quiero rememorar todo lo que fue nuestro pasado, la dicha de conocerte, de acompañarte, de sentirte a mi lado. Yo recuerdo con añoranza aquellos días en los que te conocí, en los que tú te acercabas a mí cuando yo acompañaba a tu hermana y a sus amigas preso del amor que ellas me inspiraban. Y fuiste tú al acompañarnos, al ponerte a mi lado, la mujer que más amor comenzó a inspirarme al yo sentir en ti una belleza inigualable, al yo palpitar lo tierna que eras, la simpatía que me mostrabas, el atractivo que te rodeaba. Se trataba de la mujer de mi utopía infantil, aquella princesa que amenizaba mis sueños, que ilusionaba de hermosas sensaciones los espejismos de mi mente, Y sentí que ya la tenía a mi lado, que había tenido la dicha de conocer a la musa de mi vida, a la criatura que armonizaba mis fantasías en la más pura realidad que siempre deseé que llegara. ¿Te acuerdas de aquellos días? Recuerdas todo lo que te contaba, todos los reiterados argumentos que te comentaba, no sabiendo qué decirte, qué poder expresarte porque tu belleza y encanto me dejaban asombrado; no sabía qué poder sacar de mi mente que te fascinara, que te ilusionara, que te sintiera atraída por mí. No. Yo no tenía palabras para expresarte cosas hermosas, palabras bellas que te amenizaran, que te llenaran de la ternura que comenzaba a sentir por ti, por tu mundo, por tu vida que la quería palpitar mirando hacia el futuro, Yo por entonces también quise tu amor... ¿Recuerdas cuando te pregunté si tenías novio? Tú sonreíste, me mostraste tu encanto y me giraste dulcemente la cabeza diciéndome que no. ¡Yo qué te iba a decir! "Me extraña que una niña tan guapa como tú no tenga quien la acompañe". Y así fue como yo te seguí acompañando, dialogando y queriendo tenerte conmigo, cerca de mí, para poder contemplarte y extasiarme con la aurora de amor y deseo que me producía ver tu belleza, tu dulzura y atractivo que hacían latir mi corazón que te quería, que empezaba a despertar y a sentir la mujer de su vida.

                                                                   

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