Allí, donde el amor
me descubra
la más verdadera pasión
que nunca sentí. El más puro
de los deseos,
el más ansiado
despertar hacia la definitiva
luz de una aurora
adorando mi ser.
Que vibre sobre mi espíritu
la llama, la concepción
natural
de un progreso
de mi alma y corazón,
que sienta esa iluminación
y me descubra
el más trascendental de todos los sentimientos.
El amor, la consecución
de lo mejor de la vida,
del inicio más placentero
con el que soñamos
con tantos impulsos y ardores
y que queremos vivir como una liberación
de la más honda esencia del ser.
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