Tantas veces me gustaría contemplarte:
Oh mar, aventura infinita que me irradia
de sueños celestes, de alegres despertares.
Atardeceres relajantes que culminan
una vez más, mar mío,
en el latir de mi promesa soñadora.
Mar y cielo, oleajes, estrellas, luces
y sonidos que encienden la verdad
en mi corazón, en mi ardor por disfrutar
la asombrosa realidad de los paisajes.
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