Después de un intenso día
en el que ambos hemos trabajado.
Después del sacrificio mutuo
en el transcurrir cotidiano
ha llegado el placentero momento
de acostarnos.
Es el amor nuestra recompensa
y tú te desnudas
ante mis ojos agotados.
Te metes en la cama
y yo gozo con el atractivo
de tu cuerpo necesitado.
Es el calor, el contacto y la sensación
la delicia que nos transmitimos
y que inunda nuestras almas
del bienestar, alegría y relax
que tantas veces hemos compartido.
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