CONTEMPLANDO EL PAISAJE

Es una celeste realidad vivir rodeado
de naturaleza, disfrutar de los parajes
del mundo de la sierra, los bosques,
las montañas, los ríos o el mar.
Perderse confundido en la naturaleza
es alejarse del mundanal ruido,
es evadirse de las angustias sociales,
es ganar la paz y la tranquilidad
que tanto bienestar y hermosura ofrece
a quien sabe encontrar y realizarse
con esta realidad gratificante. Disfrutar
de los encantos de la naturaleza es un sueño
que debe hacerse verdad. Gozar
de una dulce compañía a la luz
de estas agradables soledades es un sol
de dicha y pasión inmensa. Es conjugar
la belleza de una compañera con el aroma
de vivir condecorado de naturaleza.
Es un universo de felicidad sentir
el amor con la plenitud del paisaje;
sensación de escuchar el bramar
del oleaje, o bañarse y jugar en los ríos,
en los lagos, en los manantiales
naturales en los que tanto se disfruta,
en los que se percibe con más intensidad
el encanto unitivo de la vida.

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Quiero contemplar los paisajes, los álamos
en los ríos, los olivos centenarios, los árboles
frutales, las cuevas, las montañas, las fuentes
de aguas puras, claras y transparentes.
Quiero sentir el placer de vivir
rodeado de naturaleza, de animales,
de plantas, de flores, de esos adorables sabores
que en algunos episodios de mi existencia
he gozado, pero que quisiera palpitarlos
con más frecuencia porque solo los recuerdos
no pueden ser mis sentimientos naturales.
Quiero sentir los paisajes, contemplarlos,
vivirlos, extasiarme con ellos. Quisiera volver
a mis paraísos, pero la próxima vez
con el aroma feliz, puro y relajante
de una hermosa y atrayente compañera
que también adore ese sabor inmenso
que es amar, soñar y vivir con la naturaleza.