Es un hermoso día de primavera.
El sol reluce, el calor enciende
y surgen los deseos de salir y dar un paseo
por el parque. Expansión, relax
y ganas de descansar en este sábado
de la rutina que se vive en el trabajo,
en el hogar, en la escuela...
Niños que juegan
y que disfrutan y se divierten
columpiándose, subiendo y bajando
y absorbiendo la dicha de la infancia.
Ancianos que descansan
de su largo recorrido por la vida,
sueños pasados, nostalgias,
meditaciones sobre lo acontecido
y sobre la realidad actual que contemplan,
el progreso, la evolución de la sociedad
y las nuevas generaciones.
Jóvenes deportistas que quieren
llevar una vida sana, ejercitar
el físico, desahogar el cuerpo y la mente.
Es la jornada placentera
que se vive en paz y sin problemas
en esta dulce y agradable
mañana de abril. Los ciudadanos
gozan del bienestar
que ofrece el mundo sagrado
del parque, la representación urbana
del mundo natural.
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