Fue de interés muy grande descubrir
en mi juventud la creación literaria.
Fue una ilusión enorme y un acicate
que me llenó de múltiples sueños
y todo un mundo apasionante giraba
en mi realidad. Las ambiciones se dispararon
y la creatividad la llevaba constante,
casi todos los días reinaba en los escritos
y todo el sentimiento literario fascinante
era la auténtica verdad y razón de mi vida.
En mis obras estaba presente de forma obsesiva
el tema del amor y ese fue mi otro
gran sueño y deseo de poder conquistarlo.
Sueños literarios y amorosos juveniles,
las dos constantes y esperanzas de mi vida,
los dos universos en los que me movía
y que eran unos manantiales permanentes.
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