La doctrina filosófica del positivismo considera que el único medio de conocimiento es la experiencia, comprobada o verificada a través de los sentidos. Exclusivamente se preocupa de los fenómenos y del estudio de sus leyes. Para los positivistas, la ciencia es nada más lo que necesita el ser humano para sus realizaciones, sus necesidades y para progresar; debe ser su único objetivo de estudio y conocimiento. La ciencia es, en efecto, de una importancia y trascendencia muy grandes en la realidad del hombre, siempre ha sido y así seguirá siendo para muchas cosas en la existencia. Ahora bien, la ciencia no puede o no debe caminar por sí sola en sus objetivos de dar bienestar y prosperidad a la sociedad. Necesita ir acompañada de las letras, de la sabiduría de las humanidades, para que la realidad del ser humano y su evolución sea positiva, adecuada y provechosa. Dicho de otro modo, la ciencia no es suficiente para una vida humana digna, aunque suministra uno de los ingredientes que el progreso exige. Hace falta, por lo tanto, una concepción justa de los fines de la vida, porque está claro que la ciencia no es el único fin y que no lo es exclusivamente todo en la existencia.
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