sábado, 18 de enero de 2020

DIARIO DE UN ADOLESCENTE 1

Sí, abandoné la infancia siempre dichosa
y llegué a la adolescencia. Esta etapa difícil
a veces, pero en donde encontré una realidad
de nuevas y atrayentes sensaciones. Comenzó
a transformarse mi vida, sentí cómo la verdad
amorosa me estimulaba, cómo el sentimiento sexual
era el foco permanente que más deseaba.
El desarrollo y la capacitación, el descubrimiento
de la suprema ley del universo, la mujer
que tanto manantial enriquecedor aportó
a mi ser y que estará presente
para siempre en mi mundo futuro.
Pero no solo el amor llegaría; se inició
una mayor y más completa percepción
del universo de la vida. Sí, el despertar
de los sueños, el descubrimiento y la razón
de dónde estoy, de lo que pasa, de los fenómenos
que rodean la realidad humana, del objetivo
positivo de la mente hacia esta experiencia
trascendental y eminente en el horizonte vital.
Ser adulto, evolucionar y disfrutar de otros encantos,
absorberlos, despertar, amanecer, ilusionarse
y caminar y saber elegir las vías que más interesan
en el complejo proceso de la existencia.

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