Sentí todos mis anhelos realizados
de palpitar una doncella enamorada.
Conchita de mis más puras entrañas
lo mejor de mi vida te lo debo a ti.
¡Todo fue tan alegre y tan dichoso,
fue todo tan lindo y sensacional!
Ese cariño y aroma verdadero
que me brindaste con dulzura
y con arte y con gracia y con salero
es memoria de mi vida para siempre
y para siempre vaya mi gratitud por delante
y ahora también te digo que te quiero.
Martín Isidro agradece a Conchita todo el amor que le dio y que aún sigue queriéndola en su recuerdo.
ResponderEliminarSentidos versos en los que la pesadumbre por el fracaso amoroso y el desasosiego por el desamor se transforman en un cálido recuerdo y sincero agradecimiento por lo que pudo ser y no fue.
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