¡Oh, Esperanza! ¡Oh, tu luz grandiosa
de leyendas en nuestra tradición!
¡Oh, madre de Sevilla, sensación
de toda nuestra tierra siempre hermosa!
¡Oh, madre tantas veces temblorosa,
redentora de nuestra frustración,
que pide y llora y siente salvación
de la Sevilla siempre deseosa!
La Sevilla perdida quiere y vive
tenerte, volver siempre a compartir
la imagen que grabada le dejaste.
Sevilla, la de siempre, te revive,
porque en tu corazón siempre llevaste
nuestra gloria y amor en el vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario