Tu hermosura que me llena.
Tu encanto que me fascina.
Eres mi musa divina
y te vibro siempre plena.
Mi alma clama y se serena,
toda entera se alucina
y se endulza y se ilumina
con calor y ardiente vena.
Oh doncella mía pura,
cuánto y cuánto yo te quiero,
cuánto siempre te querré.
Porque tu vida es dulzura,
porque te sueño y venero
y ya siempre te amaré.
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