sábado, 18 de enero de 2020

DIARIO DE UN ADOLESCENTE 2

Sentí cómo las ilusiones y los deseos de prosperar
se hicieron presentes, cómo debía alcanzar en el futuro
el pan de cada día, cómo había que enfrentarse
a la vida para sentir la realización personal.
Se presentaba una etapa antitética, positiva
por una parte y la otra negativa, el infierno
en el que no debía entrar y plantearme
qué realidades y qué situaciones elegir para no hundirme
en las equivocaciones de la juventud. No, no eran esos
mis problemas pero se presentó la crisis de una enfermedad
y me tocó sufrir. Soportar la desdicha de la pérdida
de lo más fundamental, fallaba la salud
y casi todo fue negativo y cruel en el panorama
adolescente de mi vida. Un drama
que arrastraría durante muchos años, los años
perdidos, la alegría deseada inexistente.

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