Sueña el alma joven con la naturaleza
y recuerda en sus días adorables
la belleza del parque que siempre
ha contemplado. Memoria de su vida
infantil y sentimiento presente de poder visitarlo
en un día nunca lejano con la mujer
de sus espejismos adolescentes. Amor natural,
situación palpitante que sus sueños esperan
conocer en este entorno que tanto
ha entusiasmado su existencia.
Sentir la pasión con la mujer
que comienza a ser foco permanente
de su corazón impulsivo y enamorado.
Es el parque la delicia de su mundo
y sueña contemplar las palomas, revolcarse
en la hierba, dialogar y compartir
unas vivencias antológicas con la ternura
de la mujer amada. Es el jardín
inmenso abierto a todos los ciudadanos,
es el parque, es el amor, son los sueños,
son las rosas de una nueva primavera
que reparten el aroma más fresco de la sensualidad.
Amor en el parque, vibración celeste,
tierna realidad iluminada. Un día soleado
sueña el joven en su presente; soleado de compañía
radiante de comprensión, de ilusión,
y que imagina como la promesa
más dulce y entrañable que podría sobresalir
en el panorama de su realidad adolescente.
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