sábado, 27 de febrero de 2021

ESCRIBIR POESÍA

 En marzo del año 1990 hubo unas jornadas literarias en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla dedicadas a la poesía. A ellas fueron invitados a realizar actos una serie de vates destacados, entre los que se encontraban Claudio Rodríguez, Luis Antonio de Villena, Blanca Andreu y otro más que ahora no recuerdo. Solo pude asistir al de Luis Antonio de Villena y al de Blanca Andreu, que era el que cerraba estos encuentros poéticos de la primavera sevillana. El acto--recital de la poetisa Blanca me resultó muy feo y pésimo y siempre lo he recordado con rabia y con disgusto porque me faltaron decirle algunas cositas a esta poeta durante la intervención lamentable que hizo aquella tarde en Sevilla. Para comenzar diré que esta lírica gallega que se sepa de toda una vida solo ha publicado tres poemarios nada más y algunos relatos. Una producción literaria muy breve, como se puede comprobar, pero a eso hay que añadirle que es mediocre y de baja calidad, por lo menos para mi gusto que la he leído y la conozco y no me ha aportado nada que merezca la pena. Si tuviera que calificar todos sus poemas, a ninguno le daría el aprobado. Pues bien, la cosa para el mundo literario en torno a esta poetisa es muy diferente, porque está ensalzada, muy reconocida y elevada a una gran categoría como si fuera de las vates más importantes y destacadas del momento. Y es así y no me equivoco a la hora de decir esto porque resulta sorprendente e increíble el trato que se le tiene tan relevante en las Historias de la literatura, enciclopedias, diccionarios enciclopédicos, de literatura, etc, cuando en realidad esta poetisa no ha aportado nada de interés a la literatura española y es tan solo poca cosa o más bien nada. El acto y lectura y coloquio de la señora Blanca no pudo ser más repateante, absurdo y decepcionante. Después de la presentación, que se la hizo un profesor de la Universidad de Sevilla, recitó varios de sus textos y comenzó la tertulia entre ella y los asistentes, que fueron pocos los que hubo. Desde un principio, Blanca no hizo otra cosa que largar de la poesía con métrica, diciendo que es muy facilona y que no aporta nada o no merece la pena o estupideces así por el estilo. En un momento se dejó caer de que se pueden escribir sonetos por un tubo y yo ya intervine y le dije que la poesía con métrica tiene su dificultad, porque hay que medir, mantener los ritmos, elegir rimas adecuadas, etc, a lo que ella me contestó indignada algo que ahora no recuerdo exactamente pero que era una sinrazón. Yo al final hice silencio y no quise entrar en una discusión, porque a esta gachí se la veía muy cabreada con mi forma de pensar y está claro que por mucho que yo le dijera no la iba a convencer de sus equivocadas ideas sobre la creación literaria. "El escribir poesía con métrica es como si nada porque coges un diccionario de rimas y todo queda resuelto". Y al final me lo sentenció todo diciéndome:

-Mira, conozco a un señor en Galicia que ha escrito 1500 sonetos.

A lo que tenía yo que haberle contestado que ella no había escrito ninguno. Pero no estuve inspirado para habérselo soltado en su momento, porque soy de efectos retardados y esa es una de las grandes putadas que se pueden tener en la vida. En ninguno de los tres poemarios que ha publicado esta tía aparece un solo soneto y ahora viene con el cuento de que se pueden hacer sonetos como rosquillas como si fuera lo más fácil de escribir del mundo entero. Cuando le comenté esto de que escribir en verso libre es muchísimo más difícil que con métrica, a un antiguo colega que es profesor de filosofía y escritor, no dudó en despotricar de todo envenenado por estas idioteces o disparates de esta escritora que no ha aportado nada de valor a la poesía española contemporánea. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario