Amanece un día celeste
en la ordenada habitación. Es primavera
y pronto los rayos de una luz intensa
llenarán el corazón y el espíritu
del alma joven que piensa.
Son los sueños luminosos,
los sueños adolescentes,
en los que el presente sobresale
con una clara estampa reflejada.
Es su mundo de transparencia,
son sus tiernas sensaciones,
amor, deseos, luces nuevas,
imaginaciones en las que descubre
sus más radiantes satisfacciones.
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