En esta fría mañana de lluvia nos queremos
y estamos juntos y abrigados al calor de la lumbre.
No existe pasión más grande ni amor tan supremo
que nos extasíe y nos encante y tanto nos guste.
Yo siempre busqué y me entregué a tu cariño inmenso.
Doncella mía de labios rojos como amapolas.
Morena hermosa que me arrobas con ardor intenso
que me nutre y me llena, me ilumina y me asombra.
Esta aurora de magia, esta verdad, esta dicha.
Este volcán ferviente de ilusión y placeres
es un mundo tierno y amable que nos hechiza
y nos eleva al cielo más adorable y celeste.
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