sábado, 27 de mayo de 2017

UNA NOCHE JUNTO AL MAR

Es hermoso escuchar el apacible
rumor de las olas, durante la noche,
tumbado en la arena y sumergirse
en el espejismo de los sueños y las ilusiones
adolescentes. Es dichoso ser joven y palpitar
la pureza de la vida y que el mar, siempre el mar,
se haga partícipe, colaborador de la verdad
más gratificante que ofrece el presente. Es el mar
una fuente inspiradora de armonía que llena de estética
el espíritu de esta cálida noche. Sí, es el mar
una realidad prometedora de la felicidad
relajante del verano. Es ese rumor el gozo
de que el mundo existe, de que el volcán sagrado
de la Tierra y de los astros nos acompaña.
Escuchar el romper lento y frágil
de las pequeñas olas, cuando la marea está baja,
cuando ofrece ese tono de paz y bienestar
que tanto satisface. Ponerse a mirar el cielo
plagado de estrellas, con todo el mar por delante,
mientras tranquilamente los recuerdos de la infancia
hacen sentir la plenitud de esta nueva situación
que también es dulce y entrañable.
El mar y los sueños, la noche y las olas,
rumores solo naturales que despiertan
pasiones y deseos inmensos de vivir.
A lo lejos, un barco aparece sobre el horizonte
mientras desde el suelo arenoso se contempla
el brillo de la noche marina de los cielos.

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