Oh juventud, edad celeste y dorada,
tesoro digno de ser vivido junto
a la inmensidad regocijante del mar
en unos veranos esenciales y claves
en el panorama de esta realidad presente.
Son deleitantes las temporadas estivales
para los jóvenes, el mar es contemplado
y gozado intensamente, el mar
es la afirmación de una vida,
es la configuración de un mundo
dichoso y resplandeciente de verdades.
El mar o la mar, un universo profundo,
repleto de satisfacciones para esta juventud
que busca y quiere y pretende, que sueña
y anhela arrolladoramente conquistar
los placeres de una vida que ha evolucionado.
Poema que ensalza apasionadamente la relación entre la juventud y el mar.
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