La tensión física es inevitable en el escritor cuando está ejerciendo su actividad literaria. En efecto, el escritor desde el momento en que se pone a escribir siente una gran tensión en el cuerpo. Esto es debido a la concentración de la mente --a las vueltas que da el cerebro pensando con intensidad para desarrollar el escrito--, que genera inmediatamente tensión en el resto del cuerpo, sobre todo en las extremidades inferiores. Por lo tanto, la tensión y la concentración, aunque son cosas distintas, van íntimamente ligadas las dos. La concentración de la mente en el acto de escribir produce de inmediato tensión física y es esta una situación incómoda para el escritor, pero lo es más sin duda la inseguridad, que paso a analizar en el próximo ensayo.
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