El ardor, el impulso, la energía,
rodearon mi vida de tristeza
por no sentir tu encanto y tu pureza
que abriesen una aurora a mi agonía.
Disfrutar la promesa que quería
de llegar a besar esa belleza
y salir de la angustia y la crudeza
que acaparó mi ser día tras día.
Después de tu rechazo permanente
tu recuerdo quedó grabado en mí
durante tanto tiempo transcurrido.
Y ahora me acapara el insistente
deseo de olvidar lo que sufrí
por la pasión que siempre he vivido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario