miércoles, 20 de mayo de 2015

VIOLENCIA EN LAS AULAS

Me ha resultado excelente y muy bien analizado el artículo de Javier Ros Pardo en Diario de Sevilla (7-10-06) titulado "Cuando la envidia es madre de la violencia". Según el columnista, este pecado capital de los españoles viene de antaño, cuando pone un curioso ejemplo de lo que le sucedió al mismísimo Cervantes: "Me han molido a palos con una tranca, y todo por envidia". Según Ros, la envidia es la causa mayor de maltratos entre los escolares y queda bien sentenciado cuando habla del desprecio, los chantajes afectivos y la tiranía que los alumnos mediocres ejercen sobre los más aventajados. He comprobado como ha quedado claramente expuesto con todos los detalles, situaciones y pruebas lo fundamental de este escabroso y problemático tema que afecta a muchos escolares y más aún cuando se basa en lo que dicen las estadísticas. Y termina el autor invitando a que investiguen en su entorno los interesados en esta lamentable realidad y en su propia biografía. Sobre esto, el que suscribe tiene algo que decir, pues padecí insultos, agresiones, guarradas y daños psicológicos hace veintitantos años, allá por la década de los 70, cuando tenía la tremenda desgracia de estudiar en un incalificable colegio --en el que acogían a todos los alumnos expulsados de otros centros: todos los que no querían en ningún sitio iban a parar allí--. Pues bien, el que yo me aplicara en los estudios en mi última etapa de la EGB y lograra buenas calificaciones, supuso tener que soportar todas las brutalidades y salvajadas por parte de los bribones envidiosos que tenía como compañeros. Significó para mí un auténtico infierno que, a pesar de tanto tiempo transcurrido, todavía no he podido olvidar del todo.

                                               DIARIO DE SEVILLA. Lunes 16-10-06

                                         

1 comentario:

  1. La envidia puede motivar actitudes despreciables en muchas personas, pudiendo reflejarse con más claridad en el ámbito escolar. Siempre se ha dicho que en España ésta es nuestro pecado nacional.

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