Quiero besar la frescura de tus labios.
Deseo contemplar la belleza de tus ojos.
Quiero que esos encantos siempre amados
brillen en mi vida de alegrías y gozos.
Sí, quiero mujer, mi doncella hermosa
que la fragancia de tus lindos besos
me hagan adorar la pulpa sabrosa
de luces y mieles, placeres eternos.
Quiero, en fin, mi mujer bienvenida
que me sacies de pasión pura y arrobo,
que todos tus jardines de flores y dichas
me hagan disfrutar del más rico tesoro.
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