Cuando te recuerdo mi corazón se marchita
porque te siento ausente, perdida y muy lejana.
El mundo feliz de nuestra pasión tan querida
se nos acabó como una hiriente puñalada.
Ya te perdí y mi alma se siente desolada
porque no gozo de tus besos y otros encantos.
Ya no vibro con nuestra efusiva llamarada
y mi corazón palpita triste y solitario.
Pero en mis entrañas sigue viva la esperanza
de que retorne nuestra alegría y disfrutemos.
Deseo que vuelva nuestra dicha enamorada
y ese maravilloso universo de querernos.
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