La Historia algunas veces --o muchas, según--, no es como te la cuentan, es como al historiador le va y desea que se interprete, o bien que solo se sepa y se difunda lo que le conviene o interesa y surge la manipulación en los estudios históricos. Esto es una triste y lamentable realidad que se está extendiendo cada vez más en las jóvenes generaciones de historiadores y que están falseando o bien ocultando hechos, personajes, situaciones o circunstancias del pasado que incentivan a que la sociedad aprenda la historia de manera errónea y sin ajustarse a la realidad de lo que sucedió y sus protagonistas. Pues se dan casos en los que personajes relevantes y muy influyentes son de una manera injusta, absurda e incongruente anulados como si no hubieran existido. Se está llegando a una situación en cuanto al criterio de estos supuestos intelectuales de "cepillarse" en sus libros a protagonistas primordiales, en este caso de la Historia de España, y acontecimientos trascendentales que se omiten como si no hubieran ocurrido, que están contaminando, corrompiendo y empobreciendo la cultura y la verdad de las cosas a las generaciones presentes y futuras. Y que llevan camino de cargarse mucho y de infectarlo y podrirlo todo para siempre. Este es el saber manipulado que tenemos y el que nos espera y que no parece que haya nada ni nadie que le ponga freno. Y expongo todo esto con fundamento y procedo a poner varios ejemplos de lo que están haciendo algunos de los historiadores que tenemos en España actualmente. Y me refiero a la importante colección "Descubrir la historia", que la editorial SALVAT fue publicando no hace mucho tiempo por entregas semanales. No quiero decir que esta enciclopedia de Historia Universal en 60 volúmenes sea tachable y despreciable, eso no, porque tiene muchísimos aciertos y la labor que han realizado la mayoría de estos intelectuales se la observa adecuada y correcta. Pero en este ensayo yo voy a denunciar varias lagunas sobre la Historia de España que chocan y resultan inadmisibles. Para comenzar, en el tomo titulado "Las revoluciones liberales del siglo XIX", dedica un capítulo el historiador Juan Sisinio Pérez-Garzón a los escritores e intelectuales románticos. No salgo de mi perplejidad al comprobar que hace un listado de los norteamericanos e hispanoamericanos y de los europeos: alemanes, ingleses, franceses, italianos, rusos, etc. Y ahora resulta que de los españoles no menciona ni uno solo. O sea, para este intelectual no existen los románticos españoles, al parecer nuestro país no ha dado genios de este movimiento literario y artístico del siglo XIX --también menciona pintores y músicos de otros países, pero españoles ninguno--. Y aquí no han existido el Duque de Rivas, ni José Zorrilla, ni José de Espronceda, ni Mariano José de Larra, ni Gustavo Adolfo Bécquer, ni Rosalía de Castro, etc. Negar en esta historia a estos fundamentales representantes del romanticismo y no poner ni uno solo desacredita algo la labor de este historiador. Como también resulta injusto ignorar al almirante Blas de Lezo y Olavarrieta, y descartar la enorme hazaña que en defensa de la América hispana hizo en Cartagena de Indias en 1741. En el volumen de esta colección "La formación de los primeros estados modernos de Europa", cuyo autor es Miquel Ángel Martínez Rodríguez y en el titulado "Absolutismo y parlamentarismo" de Víctor Sabaté, no se dice nada en ninguno de la aplastante y humillante derrota de la Pérfida Albión, propiciada por la heroicidad, estrategia y talento del tuerto, manco y cojo Blas de Lezo. Como tampoco dice absolutamente nada de España y su papel clave y fundamental en la independencia de los Estados Unidos el historiador Jordi Figuerola en el volumen de esta Historia Universal de SALVAT titulado "La construcción de Estados Unidos". Para este otro intelectual España no tuvo nada que ver en este proceso emancipador de las trece colonias frente a la metrópoli británica y Bernardo de Gálvez no existió ni tuvo lugar la batalla de Pensacola y alucinante e increíble que no menciona en todo el libro a España, cuando nuestro país lo fue ahí prácticamente todo y de no haber sido por la intervención hispana y la heroicidad de Bernardo de Gálvez, la independencia de las colonias norteamericanas no se hubiera producido entonces. Manipulaciones de los historiadores ¿españoles? actuales una detrás de otra y todas apuntando en perjuicio de nuestra nación. Increíble pero cierto. Así se está escribiendo la Historia de España. Urge que tomemos conciencia y nos rebelemos y no nos dejemos engañar por estos miserables.
Acertadas observaciones de Martín en referencia a vergonzosas omisiones de protagonistas y hechos de la literatura y de la historia de España que aún alcanzan su mayor punto de perplejidad al tratarse de personajes españoles, que desgracia que estos autores denigren de esta forma la historia de este país que por lo que parece no sólo no es motivo de orgullo para ellos sino que se avergüenzan del mismo.
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