jueves, 6 de agosto de 2020

LA HIPOCRESÍA

Hay quien en este mundo solo vive para la hipocresía, para la mentira, para ir diciendo fantasmadas a todo el que pilla, desparramando orgullo y grandeza cuando lo cierto es que vale para poco y en realidad es un pobre hombre. Hay quien se cree que con el fantasmeo se consigue mucho en la vida y que de esta forma se es alguien importante. Y se encuentra en todo momento orgulloso y radiante y satisfecho con pensar que los demás se creen todas sus mentiras y queda como un triunfador y una persona relevante. Y que destaca y que tiene grandes virtudes cuando la verdad es que es tan solo un mierda y un impresentable. Este tipo de gente trolera o fantasmona abunda en la sociedad y estos individuos que nada más que viven para el cuento son el asco de la mayoría del entorno con el que se relacionan. Y son seres que no merecen la pena y a los que se debe dar de lado y no mezclarse con ellos. Y no dejar que te transmitan su hipócrita y estúpido mundo. Un fulano que encarna a la perfección todo lo que acabo de exponer es alguien a quien tuve la tremenda desgracia de conocer y que se cruzara en mi vida para desquiciarla y trastornarla. El indeseable sujeto del que hablo --aunque vista muy pijo siempre con su chaquetita y su corbata para tratar de dar una buena imagen aunque en realidad es una auténtica basura humana--, siempre ha vivido para el cuento, su único afán y objetivo es trolear con sus actividades y logros y éxitos en la vida. A base de esto siempre ha estado muy orgulloso y engrandecido y a la vista está lo que ha conseguido: tan solo ser un desgraciado que no ha llegado a ninguna parte. Aunque se crea que muchas personas a las que les ha fantasmeado alaban y reconocen tantas virtudes y maravillas conquistadas por este fenómeno y prodigioso personaje que ha dado el género humano. Para empezar, este patrañoso, vanidoso y pedante no hizo otra cosa que presumirme de ser escritor, cuando es una actividad que no hace ni tiene el más mínimo talento para ello. Me hizo un universo literario de tanto como escribía, cuando en realidad no escribía ni hacía nada. Solo, eso sí, tenía imaginación para contar todas las historias que decía que narraba, pero a la hora de la verdad no redactaba ni hacía nada, solo vivía para darle a la fantasía y transmitirla. Y no solo se jactaba de ser un excelente y fecundo literato sino que además troleaba de que había ganado premios y que le iban a publicar libros que luego no existieron. Ni premios ni libros ni nada, este imbécil solo vivía para las mentiras y para la prepotencia de creerse un genio. Y ahí están sus logros cosechados después de toda una vida que hace que se vanagloriaba de todo esto. En realidad es un pringaete anónimo que no ha ido ni va a ninguna parte: ha quedado entre los que lo conocen como un falso y un pedante que no ha conseguido nada y es tan solo un miserable.

1 comentario:

  1. Martín, no ofende quien quiere sino quien puede ... ignóralo, no se merece ni que lo menciones.

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