domingo, 26 de abril de 2020

JUAN BOSCÁN

Juan Boscán nació en Barcelona a fines del siglo XV y falleció en 1542. Tuvo la afortunada iniciativa y trascendental hallazgo de introducir los metros italianos en nuestra literatura a raíz de su histórica entrevista con el Navagero. Y también de decirlo a su amigo Garcilaso de la Vega, quien quiso llevar también este camino y gracias a los dos triunfó la nueva corriente de la poesía italianizante en España. Su obra consta de composiciones a la manera tradicional, pero su principal producción es italianista, con noventa y dos sonetos y diez canciones. También escribió la "Epístola a don Diego de Mendoza", en tercetos, el poema alegórico titulado "Octava Rima" y la "Historia de Hero y Leandro", en verso libre. Dicen de Boscán que fue un poeta mediano y se afirma habitualmente que escaso de calidad. Yo no estoy de acuerdo con estas valoraciones negativas hacia su obra que las considero inapropiadas e injustas. Confieso que me leí sus noventa y dos sonetos de corrido y hubo una buena cantidad que me gustaron mucho. Algunas de sus canciones son de una gran belleza y no pierden el ritmo a pesar de su gran extensión. Y la "Epístola a Don Diego de Mendoza" y otros poemas son dignos de elogio. Se ha menospreciado, yo creo, el buen arte lírico de Boscán. Y como muestra de que admiro muchos de sus poemas, voy a citar algunos ejemplos: los sonetos "Nunca de amor estuve tan contento"; "Ha tanto ya que mi desdicha dura"; "Dulce soñar y dulce congojarme"; "Soy como aquel que vive en el desierto"; "Un nuevo amor un nuevo bien me ha dado"; "Garcilaso que al bien siempre aspiraste". Y de sus canciones cito la que comienza "Claros y frescos ríos", que la he leído montones de veces. Yo opino que Boscán es un autor de gran estima y valor y que no se le ha reconocido como lo que realmente es: un pedazo de poeta.

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