Quiero que esa hermosura planetaria
del mar y los cielos, la noche y las olas
inunden de esencias mis rimas amadas
con el aroma de sueños que mi alma atesora.
Quiero que mi razón sea siempre la poesía,
que desahogue mis fantasmas y mis muchas tristezas.
Quiero que mi corazón palpite con energía
expresando con fuerza esas adorables ausencias.
Quiero relajarme y meditar en la soledad
de los más grandiosos y hermosos mares
pero que llegue la aurora siempre celestial
del sabor amoroso que en mi alma arde.
Quiero, sueño, anhelo el mundo marino
repleto de algas, de rocas, de espuma salada,
y que condecore mi corazón entristecido
de la más suave y sensitiva fragancia.
Pero yo quiero la fragancia enamorada,
la de la suprema ley del universo,
la del corazón de una mujer entusiasmada
que me inunde de ardientes caricias y besos.
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