AMOROSA
----------------
Fue en aquel romántico atardecer de un mes de marzo
cuando el hechizo de tus verdes pupilas
sembró de flamantes sensaciones mis entrañas enamoradas.
Cuajó en mi espíritu ese brillo centelleante
cual espejismo de alegre primavera,
y todo mi ser, mi corazón palpitante,
mis neuronas, mi sangre ardiente
me aclamaban, me pedían, me transportaban
a tu fragancia apetitosa de mujer.
Una aureola de ensueño paradisíaco
me embriagó como oleajes de las más saladas espumas,
como un vendaval de palmeras tropicales
que obsequiaron de nuevos gozos el camino
de mi vida alentadora e impulsiva.
Ámame, bésame, quiéreme, como yo igualmente
siento y vibro y disfruto en este precioso edén
en el que el acicate y la energía pasional
nos envuelve de éxtasis y embrujo emocional.
Luces dichosas irradiaron nuestro amanecer
de primavera y resplandores efusivos
trascendieron en nuestras almas compulsivas
que nos han unido tal vez como una eternidad.
Por eso te lo expreso de corazón, musa y doncella
primorosa de mi existencia condecorada
por la gloria y el latir fervoroso
de aquella dulce mirada equinoccial.
MARTÍN ISIDRO VÁZQUEZ LEÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario